El mundo, aun muy lejos de superar la crisis
El Fondo Monetario Internacional espera que la economía, al menos, no empeore en 1986
La economía mundial está aún muy lejos de poder iniciar una fase firme y estable de crecimiento sostenido. La persistencia de un cuantioso déficit fiscal en EE UU, las rigideces estructurales de las economías europeas, la resistencia de Japón a estimular su demanda interna y el endeudamiento del Tercer Mundo pesan como una tremenda losa en la capacidad de las naciones industriales y en desarrollo para abordar con decisión políticas expansionistas.
No obstante, las perspectivas económicas no han empeorado significativamente en los últimos seis meses, y todavía subsisten esperanzas de que el año 1986 sea, al menos, tan esperanzador respecto al futuro inmediato como el actual. En otras palabras, que la situación global no empeore.Tal es el mensaje, a grandes rasgos, del último World economic outlook que ha elaborado el staff técnico del Fondo Monetario Internacional (FMI). El informe, que lleva fecha del 26 de agosto en su última versión, mantiene, en líneas generales, las previsiones económicas contenidas en el que el mismo organismo publicó el pasado mes de abril. Quizá exista, sin embargo, una pequeña diferencia. La recuperación económica registrada en 1984, fundamentalmente como consecuencia de la favorable evolución de la economía norteamericana, se ha enturbiado por razones coyunturales en los países industriales.
En las naciones en desarrollo, sin embargo, los nubarrones que presagian un empeoramiento de las condiciones económicas son muy densos y, a menos que se produzcan algunos cambios en la política económica seguida hasta la fecha, cabe esperar resultados inferiores, aunque no muy sustanciales, en sus constantes económicas (véase cuadro adjunto), tanto en lo que queda de este año como en el próximo.
Con todo, el crecimiento del producto bruto mundial esperado en 1986 será superior al previsto para este año (3,4%, frente al 3,1 %), aunque más de un punto inferior al registrado en 1984. Pero este porcentaje es engañoso para numerosos países, especialmente los europeos y los que se encuentran en vías de desarrollo. Para éstos, la situación sigue, pese a todo, en parecidas circunstancias a las de años anteriores, ya que sólo es la economía norteamericana, que significa un buen trozo de tarta de la economía mundial, la que se está resintiendo del boom del pasado año. En 1985 y 1986, Estados Unidos no conseguirá igualar las altas tasas de crecimiento obtenidas en 1984 y, lo que es peor, si Washington no introduce profundos cambios en su política fiscal (reducción de su déficit), las consecuencias serán negativas para todos.
Problemas superados
El informe semestral del FMI parte del punto de que muchos de los problemas que originaron la recesión de los primeros años ochenta han desaparecido. La inflación aparece bajo control en la mayoría de los países, algunas de las rigideces estructurales típicas de las sociedades avanzadas europeas se han corregido (fundamentalmente, en la República Federal de Alemania y en el Reino Unido) y en Japón todo parece marchar bien, a excepción hecha de su particular manía de crecer a base de la demanda exterior.El comercio mundial aparece recuperado (crecerá un 4%, en cuanto a volumen, en este año), pero la tasa será inferior a la prevista el pasado mes de abril (4,5%). Esta previsión, sin ser alarmista, es preocupante para las naciones en desarrollo, especialmente las más endeudadas, ya que coincide con una sensible baja de los precios de sus productos de exportación, básicamente petróleo y materias primas. Como consecuencia, sus exportaciones, en términos de valor, se verán sensiblemente reducidas, aunque aún podrán mantener bajo control sus déficit por cuenta corriente (que se ha reducido en los dos últimos años) como resultado de os fuertes ajustes y reducciones lúe han introducido en sus importaciones. El mercado de trabajos el que continúa aún mostrando pocos o nulos indicios de recuperación.
El informe del FMI hace distinciones significativas según los países analizados. Salva, en este sentido, a la RFA, Japón y Reino Unido, pero aún condena a naciones como España a situaciones poco agradables. Y, cuando menciona el caso español, el informe reitera la famosa cantinela de las rigideces del mercado de trabajo. El alto nivel de los salarios mínímos es un hecho cierto que constituye una barrera al empleo de jóvenes o de trabajadores no especializados, y en algunos países (incluyendo Bélgica, Francia y España) la tasa de crecimiento (de los salarios) ha sido ciertamente reducida ( ... ) aunque debería aún mejorar más las perspectivas de crecimiento del empleo.
En el capítulo de las recomendaciones, el staff del FMI es particularmente crítico de la política fiscal norteamericana, de su escasa atención (hasta la reciente reunión del grupo de los cinco en Nueva York y su acción conjunta para intervenir en los mercados de cambio) al alto valor del dólar y a la evolución negativa de su balanza de pagos. También lo es con respecto a Japón, al que critica su ignorancia del hecho de que su recuperación se está haciendo a costa de los demás (cierre del mercado interno y una agresividad desequilibrada de su sector exterior) y de la poca voluntad del Reino Unido y de la RFA, así como de Japón, para sustituir a Estados Unidos como motor del crecimiento económico.
Una nueva situación
A Estados Unidos, el FMI le anticipa un déficit por cuenta corriente de 130.000 millones de dólares en 1985. Este déficit, viene a decir el FMI, ha trastocado la posición tradicional como acreedor de Estados Unidos y le ha convertido, a mediados de este año, en un deudor neto. Los bancos norteamericanos, como resultado, han reducido sustancialmente sus volúmenes de crédito al exterior y se han convertido en captadores de depósitos externos.Para 1986, el déficit por cuenta corriente de Estados Unidos ascenderá a 148.000 millones de dólares, mientras que el superávit de Japón se situará en 58.000 millones de dólares, frente a los 43.000 millones de este año. Este fuerte desequilibrio podría provocar un resurgimiento de las tensiones proteccionistas, tentación en la que, según el FMI, no deberían caer.
Según el informe del FMI, Estados Unidos se ha comprometido a actuar decididamente para reducir este déficit mediante cortes en los gastos federales. Pero los expertos del FMI señalan que esta vía de actuación puede resultar insuficiente. Decisiones más importantes en la reforma del sistema impositivo son necesarias.
En Europa, las actuaciones fiscales han sido más favorables, y en algunos países, como Francia y el Reino Unido, los efectos de sus decisiones han sido beneficiosos. Pero en otras naciones, como la RFA, es aconsejable una política fiscal más expansionista que permita una mayor recuperación de la demanda interna. El ejemplo alemán es extensible también a Japón, que no puede estar siempre pendiente del tirón de su sector exterior. Otros países europeos más pequeños deben actuar, según el FMI, según su circunstancia particular.
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