Washington y Moscú realizan gestos para la distensión ante la cita de Helsinki
El máximo dirigente soviético, Mijail Gorbachov, anunció ayer que la URSS suspenderá sus explosiones nucleares durante un período de cinco meses, desde el 6 de agosto próximo hasta el 1 de enero de 1986, e invitó a Estados Unidos a sumarse a la iniciativa. La propuesta, hecha en la víspera del décimo aniversario del Acta de Helsinki -que se conmemora con una reunión que inician hoy en la capital finlandesa los ministros de Asuntos Exteriores de los 35 países signatarios del documento-, ha sido ya rechazada como no significativa por Washington, que, por su parte, ha invitado a Moscú para que envíe observadores a presenciar una prueba nuclear subterránea estadounidense.
La moratoria de las pruebas nucleares soviéticas, hecha pública ayer por la agencia oficial Tass y por la televisión, entrará en vigor al cumplirse el 402 aniversario del lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima.
Washington también aprovechó la reunión de Helsinki para hacer un'gesto de distensión dirigido a la opinión pública. "Como una demostración de nuestra seriedad, el presidente Reagan ha extendido a los dirigentes soviéticos nuestra invitación para que un equipo de la URSS observe una de nuestras pruebas nucleares en Nevada", dijo ayer el portavoz de la Casa Blanca, Larry Speakes. Poco después, Moscú, a través nuevamente de Tass, rechazó la invitación por "no aportar nada nuevo".
Los ministros de Asuntos Exteriores de la URSS, Eduardo Shevardnadze -en su primer viaje al extranjero desde que ocupa este cargo-, y de EE UU, George Shultz, llegaron ayer a Finlandia para participar en la reunión de los 35 signatarios del Acta de Helsinki. Ambos se reunirán mañana para preparar la anunciada cumbre soviético-norte americana del próximo mes de noviembre.
Pasa a la página 3
Shevardnadze inaugura sus actividades internacionales con una apología del diálogo Este-Oeste
Viene de la primera página
"No creo que nos interese suspender nuestro programa de pruebas (nucleares) en las presentes circunstancias", dijo el secretario de Estado norteamericano, George Shultz, respondiendo a preguntas de periodistas, en el avión que le trajo ayer a Helsinki. Las "circunstancias" a que aludió Shultz son las dificultades que presenta la verificación de acuerdos de suspensión de pruebas nucleares.
"Tenemos alguna experiencia en asuntos de este tipo. Como recuerdan hubo un período, hacia finales de los años 50 y principios de los 60, en que se acordó una moratoria, y los soviéticos terminaron por realizar la mayor exhibición de pruebas nucleares que se haya visto nunca", añadió el secretario de Estado.
"Lo importante", prosiguió, "es avanzar hacia la consecución de un sistema verificable de controlar las pruebas nucleares. Y en la medida en que los soviéticos demuestren interés por ese objetivo, vale, pero el modo de alcanzarlo es mediante propuestas como la que acabe de hacer el presidente Reagan. Su oferta es incondicional, aunque, evidentemente, nos gustaría que hubiera reciprocidad".
La medida de una moratoria unilateral de explosiones nucleares no ha constituido una sorpresa entre los observadores occidentales en Moscú, que esperaban un gesto de este tipo con motivo de las dos fechas citadas. Particularmente, la conmemoración del 10º aniversario del Acta de Helsinki ha permitido que el nuevo ministro de Asuntos Exteriores de la URSS, Eduardo Shevardnadze, inaugure sus actividades en las arenas internacionales con una apología de la distensión y el diálogo Este-Oeste.
Shevardnadze parece decidido, según informa nuestro enviado especial en Helsinki, Peru Egurbide, a potenciar su imagen internacional. De momento ha cobrado ventaja sobre los norteamericanos convocando dos conferencias de prensa para sus tres días de estancia en la capital finlandesa.
Mejorar el clima político
A su llegada a Helsinki, Shevardnadze se declaró "convencido de que la tensa situación actual en el mundo exige esfuerzos comunes a fin de mejorar el clima político en Europa y el de las relaciones internacionales en su conjunto".
El ministro soviético estimó que "el documento histórico" que constituye el Acta Final de Helsinki "sigue siendo un buen fundamento, que no ha perdido nada de su significado, para el desarrollo de la comprensión mutua y la cooperación en Europa, y no solamente en Europa".
Shevardnadze, que sin duda es la gran atracción en Helsinki, llegó a la capital finlandesa, acompañado de su esposa, Manula, poco antes que su homólogo norteamericano, George Shultz. Ambos tendrán ocasión mañana de conocerse personalmente y preparar la cumbre de Ginebra.
La imagen de distensión que Shevardnadze quiso dar en su primera misión en el extranjero fue corroborada en Moscú por la declaración de Gorbachov sobre la moratoria de ensayos nucleares. El texto de la propuesta no contiene ninguna alusión a las posibilidades de verificar el cumplimiento del compromiso adoptado.
Con esta propuesta, la URSS trata de "dar un buen ejemplo" con objeto de proceder a una congelación y disminución de los arsenales nucleares. La moratoria puede "prolongarse" más allá del plazo fijado si EE UU, por su parte, "se abstiene de realizar explosiones nucleares". Anteriores propuestas soviéticas de moratoria sobre las explosiones nucleares no encontraron eco entre los países poseedores de armas nucleares, según recordaba Gorbachov en el texto distribuido ayer.
La moratoria anunciada por la URSS se suma a otra, que también fue adoptada por Gorbachov, sobre la instalación de misiles nucleares SS-20 en territorio europeo de la URS S y continuación de las contramedidas decididas en función de la "doble decisión de la OTAN". Esta moratoria, sobre la cual dudan los expertos militares occidentales, tiene validez hasta noviembre próximo.
En este mes, el Parlamento holandés debe decidir sobre la instalación de los misiles norteamericanos en su territorio, y además Mijail Gorbachov debe encontrarse con el presidente norteamericano, Ronald Reagan.
Mientras tanto, en Moscú, el órgano del Partido Comunista de la Unión Soviética, Pravda, dedicaba ayer una página entera a valorar los resultados de la década posterior a la Conferencia de Helsinki. Bajo el título de "restablecer la atmósfera de distensión", varios artículos cuidadosamente compaginados trataban de demostrar que la URSS cumple con los compromisos adquiridos en el documento final de Helsinki. Al mismo tiempo, Pravda acusaba a Occidente de no respetarlos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
Archivado En
- George Shultz
- Finlandia
- Mijail Gorbachov
- Guerra fría
- Edvard Shevardnadze
- Pruebas nucleares
- Armas nucleares
- Política exterior
- URSS
- Estados Unidos
- Bloques políticos
- Escandinavia
- Organizaciones internacionales
- Historia contemporánea
- Conflictos políticos
- Bloques internacionales
- Europa
- Historia
- Armamento
- Partidos políticos
- Relaciones exteriores
- Defensa
- Política