Problemas dietéticos tras la extirpación del tumor

La extirpación de una zona amplia del colon a un paciente que sufre de cáncer de este órgano plantea la posible limitación o corrección de los hábitos alimentarios en el futuro.El colon es una zona fundamentalmente de tránsito del contenido intestinal y de absorción de agua para conformar el definitivo tamaño y consistencia de las heces. Podría, por tanto, ocurrir que, al faltar superficie de absorción a causa de la extirpación, las heces fueran menos consistentes y se provocaran diarreas de tipo acuoso. Este hecho sería controlable aportando sustancias ricas en fibra vegetal del tipo del sencillo salvado de trigo que, a manera de esponja, absorberían el exceso de agua y darían mayor consistencia a las heces. No se necesitaría, recurrir, generalmente, al empleo de medicamentos.

Otro problema puede plantearse cuando se extirpa el íleon terminal, vecino del ciego, donde estaba localizado el pólipo can ceroso del presidente Reagan. El íleon terminal es una pequeña zona encargada de absorber vi taminas como la B-12 y ácido fólico, cuya carencia provoca alteraciones en la sangre (anemia) y en el sistema nervioso. Suplementos orales de esta vitamina soslayarían el problema. Dado que parece que en la intervención se han extirpado unos 30 centímetros de intestino delgado y otros 30 centímetros de colon ascendente, pudieran surgir pro blemas a este respecto. La aparición de un síndrome de intestino corto sólo aparece cuando se ex tirpan más de 100 centímetros de intestino delgado, lo que no ha ocurrido en esté caso. Ello ha bría podido provocar problemas de mala absorción de ácidos biliares, de grasas...

Otro problema que sí puede surgir debido a la resección de la válvula ileocecal y de parte del colon derecho o ascendente, que en este caso sé ha extirpado en unos 30 centímetros, es la aparición de sóbrecrecimiento bacteriano, disminución del tiempo de tránsito intestinal y diarrea; incluso se ha informado de un aumento secundario de la liberación de gastrina, que daría lugar a una hipersecreción de ácido gástrico y la consiguiente mala absorción alimentaria.

Dado que es muy probable que la alimentación rica en azúcares refinados pobres en fibra incida en la formación del cáncer de colon, habría que tener en cuenta en la dieta un adecuado aporte de fibras vegetales, bien en forma de alimentos (cereales, verduras, frutas, leguminosas ... ), bien en forma de suplementos que no forman parte de la dieta habitual en Occidente (salvado de trigo, ágares ... )

En definitiva, y pasado el período posoperatorio del paciente -muy similar al de tantas intervenciones quirúrgicas-, no parece probable que se produzcan limitaciones o correcciones dietéticas importantes a largo plazo. El colon es agradecido en este aspecto, lo que no ocurre con su vecino el intestino delgado, en el que las extirpaciones parciales suelen originar importantes trastornos nutritivos, de complejo control, dado que en este órgano se desarrollan importantes funciones digestivas como la absorción de principios inmediatos: azúcares, grasas, proteínas...

Una vez pasado el período de convalecencia, no hay inicialmente razón alguna para que el presidente Reagan monte a caballo, corra o practique algún otro deporte. Con independencia de que en el futuro se reproduzca o no la dolencia, Reagan podrá hacer una vida prácticamente normal.