El Senado de Estados Unidos concede 7.000 millones de pesetas a los rebeldes nicaragüenses
El Senado norteamericano ha accedido a que se envíen 38 millones de dólares (alrededor de 7.000 millones de pesetas) en ayuda humanitaria a la guerrilla nicaragüense (más de 10.000 personas) que combate al régimen sandinista. "Esta ayuda no es otra cosa que apoyo logístico a la guerra de la contra contra los sandinistas. Es más dinero para más guerra", manifestó el senador demócrata Edward Kennedy. El Senado también ha levantado las restricciones que impedían una implicación armada de Estados Unidos en el país centroamericano.
El apoyo económico que se concedió a los antisadinistas en votación efectuada a última hora del jueves (madrugada del viernes en España) tiene, en principio, carácter humanitario (alimentación, medicinas y vestido), pero una votación celebrada ayer por la tarde dio vía libre a las actividades de la CIA y otra dejó la puerta abierta a la posibilidad de intervención militar norteamericana, directa o indirecta.El presidente Ronald Reagan, que acababa de regresar de un viaje de dos días por Estados del Sur en los que había realizado una intensa campaña propagandística en favor de tal ayuda, no pudo ocultar el jueves por la noche su satisfacción ante la victoria de su posición, por 55 a 42. La votación del Senado "muestra la preocupación de demócratas y republicanos por la gente de Centroamérica y por nuestra propia seguridad nacional", dijo Reagan.
Edward Kennedy, como portavoz más cualificado de quienes se oponían a los deseos presidenciales, teme graves repercusiones de esta ayuda, y más después de que el Senado rechazara, por 64 a 31 una propuesta suya que prohibía el envío de fuerzas de combate norteamericanas a Nicaragua sin la aprobación del Congreso. "La conclusión es nítida: la Administración está preparando la guerra en Nicaragua", comentó.
El Senado tenía previsto discutir ayer otras enmiendas según las cuales la ayuda -14 millones de dólares (unos 2.500 millones de pesetas) para este año y 24 millones de dólares (unos 4.200 millones de pesetas) para 1986- también pudiera emplearse en sistemas de radar y en compartir servicios de espionaje.
El senador demócrata Sam Nunn, defensor de la enmienda, ha manifestado que con ella se pretende demostrar la existencia de consenso en el apoyo a los guerrilleros, que durará tanto cuanto sea necesario para que los sandinistas acepten la democracia.
La propuesta pide a Reagan que continúe tratando de conseguir soluciones diplomáticas, que se reanuden las negociaciones bilaterales con los sandinistas y que considere el levantamiento del embargo a Nicaragua, si los sandinistas acceden a un alto el fuego y a emprender negociaciones con los guerrilleros. La enmienda señala explícitamente que Reagan puede volver a pedir ayuda militar al Congreso en el momento en que considere que el proceso de paz del Grupo de Contadora o el embargo comercial han fracasado.
La votación del martes
La incuestionable victoria lograda por Reagan en una Cámara de mayoría republicana como es el Senado puede verse recortada cuando el próximo martes la Cámara de Representantes, de mayoría demócrata, vote otra enmienda que recorta el apoyo económico y no dé opción a la salida militar. Los representantes votarán sobre una propuesta de conceder 14 millones de dólares en ayuda humanitaria por un plazo de nueve meses y casi con toda seguridad se opondrán a cualquier implicación militar.
En cualquier caso, será una victoria para el presidente Reagan, que hace meses pidió a los congresistas el apoyo necesario para obligar a decir al Gobierno nicaragüense "me rindo", y vio rechazado en abril un plan para conceder 14 millones a los antisandinistas.
Kennedy no es el único senador que considera peligroso y contraproducente el camino emprendido por Reagan. Joseph Biden, otro demócrata, opina que "el presidente ha apostado por la lucha". "Creo que está buscando una excusa para invadir". Christopher Dodd, que vio rechazada su propuesta de suspender toda ayuda a la contra, dice que desde que actúa la guerrilla los sandinistas se han fortalecido y que no muestran señales de rendirse. "¿Por qué insistimos en continuar con una política que no sirve?", se preguntó.
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