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El festival de cine de San Sebastián vive su mayor crisis tras rechazar a Erquicia como director

El rechazo a la candidatura de Pedro Erquicia para el puesto de director del Festival Internacional de Cine de San Sebastián pone fin a una etapa organizativamente estéril y absurda en la que el certamen donostiarra ha mostrado escasa capacidad de reacción y nula iniciativa. Seis meses después de la clamorosa decepción que supuso la anterior edición, el festival continúa sin tener un proyecto definitivo, carece de director y no ha avanzado un ápice en la preparación de la próxima edición. Sólo los contados con la Federación Internacional de Productores (FIAPF), que permiten albergar la esperanza de recuperar la categoría competitiva, y la voluntad de renovación contribuyen a dar credibilidad a este certamen, que vive ahora su mayor crisis.

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Otra mentalidad

San SebastiánEl fracaso que supone el rechazo de la candidatura de Erquicia, tras casi cuatro meses de contactos, parece haber espoleado a los organizadores, que proclaman su voluntad de continuidad cuando faltan cinco meses para la próxima edición. Mañana, la comisión permanente aprobará un nuevo organigrama organizativo, tratará de fijar las directrices del próximo festival y discutirá el nombramiento de un director.La propuesta de reestructuración del certamen plantea la creación de un comité de dirección que asumirá la gestión profesional del festival y de un comité ejecutivo, delegado de la comisión permanente, en el que estarán representadas las instituciones que financian la muestra: el Gobierno vasco, el Ayuntamiento de San Sebastián y la Administración central, además de la Asociación de Productores Vascos.

La formación del comité de dirección debe deslindar las responsabilidades y aportar al festival de San Sebastián una capacidad de gestión y de iniciativa de la que ha carecido. En estos seis meses, la organización se ha mantenido a la espera de la designación del nuevo director, supeditada al ritmo de trabajo de la permanente, donde los partidos políticos tienen amplía mayoría.

Los partidos

Nadie discute que el control del festival debe estar en manos de los representantes de los ciudadanos. Pero el excesivo protagonismo de los partidos en el máximo órgano de decisión, que se reúne muy esporádicamente, ha dificultado la creación de un verdadero equipo de gestión, con autonomía suficiente para programar y dar operatividad al certamen. En ocasiones, las discrepancias en la permanente han estado lastradas fuertemente por diferencias estrictamente políticas, que reproducían enfrentamientos y protagonismos ajenos al propio festival.Igualmente, resulta discutible la aportación en trabajo e iniciativas de otros organismos presentes, como la Sociedad Fotográfica, la Cámara de Comercio de la ciudad, la Filmoteca vasca, la Asociación de Productores, la sección de barrios y la Asociación de Comerciantes de San José.

Los organizadores parecen haber asumido la idea de hacer de San Sebastián la plataforma del cine europeo para Latinoamérica, al margen incluso de la decisión que pueda adoptar la FIAPF en Cannes, el día 10 de mayo, sobre la devolución de la categoría competitiva a San Sebastián.

La Administración central y el Gobierno vasco han abonado ya los dos millones de pesetas de las cuotas que los productores españoles adeudaban a la FIAPF, cumpliendo así con el requisito para la normalización de las relaciones. El Ayuntamiento está además comprometido en la remodelación del hotel María Cristina y el teatro Victoria Eugenia, escenario del certamen, que permitirá una infraestructura digna.

El delegado de la Federación Internacional de Productores, Joseph Brisson, sugirió el lunes en Madrid la necesidad de que la Administración se comprometa a fijar la fecha en que finalizará el período transitorio de la incorporación de España a la CEE en lo referente a la cinematografía. La incorporación de España a la Comunidad Europea traerá consigo la desaparición de los cánones de doblaje y de las licencias de importación de películas, para satisfacción de los productores europeos, que se quejan de que el festival no les abría las puertas al mercado español. Al parecer, Joseph Brisson recibió del subdirector de Cinematografía, Carmelo Romero, garantías de que este período transitorio durará sólo unos años. Estas expectativas pueden hacer que la FIAPF se plantee el próximo 10 de mayo la devolución de la categoría competitiva a San Sebastián.

El rechazo unánime de la candidatura de Pedro Erquicia tras cuatro meses de contactos ha desconcertado en los ambientes cinematográficos vascos. El periodista donostiarra contaba hasta hace una semana con el apoyo del alcalde de San Sebastián y el presidente de la fundación propietaria del festival, Ramón Labayen, pero fue criticado antes por otros miembros de la comisión que le reprochaban el retraso en emitir su informe. Ahora se afirma que el candidato pretendía suspender la próxima edición y que no había aceptado expresamente la plena dedicación que el festival exige.

Remuneración

Erquicia sostiene, sin embargo, que el retraso ha sido responsabilidad de los organizadores del festival y que estaba dispuesto a aceptar la plena dedicación, siempre que llegaran a un acuerdo sobre su remuneración. "El primer contacto informal con el festival se produjo a finales de diciembre. El 8 de enero me propusieron formalmente. El día 15 agradecí la propuesta e indiqué que antes de aceptar debía contactar con los organizadores y saber las condiciones económicas. El 21 de febrero recibí un telegrama con una propuesta económica, y el 28 presenté mi informe. Dos días después me pidieron que acudiera a San Sebastián para aclarar algunos apartados de mi informe, pero una operación a que fui sometido en aquellas fechas me obligó a posponer el viaje hasta el día 22 de marzo".La oferta económica del festival, cinco millones de pesetas, no especificaba si esa cantidad era bruta o neta, y el antiguo candidato afirma que los organizadores abordaron por vez primera esta cuestión el pasado día 22. Erquicia considera que la alternativa de anular la próxima edición está fundamentada en la necesidad de profesionalizar la organización del certamen.

Afirma el periodista que se había ilusionado con el proyecto de trabajar para el festival y señala que tenía una idea bastante clara sobre el futuro del certamen, al que dice estar ligado sentimentalmente. El ex candidato cree que el festival de cine de San Sebastián necesita hacer un profundo examen de conciencia y teme que prevalezcan el voluntarismo y la falta de profesionalidad.

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