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Los académicos relatan sus recuerdos de Juan Ramón Jiménez

Manuel Alvar, Gerardo Diego y Luis Rosales intervinieron en la sesión pública que la Real Academia de la Lengua Española dedicó el domingo último a conmemorar el centenario del nacimiento del poeta Juan Ramón Jiménez.El poeta y académico Gerardo Diego recordó sus encuentros con el poeta de Moguer antes de hablar de su poesía. La última conversación con él, en el intermedio de un concierto celebrado en el madrileño teatro de la Comedia, en 1935, fue sobre los jóvenes poetas de entonces. «Quince días antes», recordaba, «estuvimos los dos hablando durante horas con León Felipe en un coloquio que fue de gran impacto para nosotros dos».

«Juan Ramón Jiménez», dijo, «es poeta alto y simbólico. Alto por la categoría de su poesía, y simbólico, por su ejercicio poético y su posición ante el destino. Tanto él como su obra coinciden como las dos caras de una moneda, en una vida entera dedicada a una poesía llena de temblor humano ».

Antes de pasar a la lectura de algunos poemas de Juan Ramón Jiménez, Gerardo Diego afirmó que «los poetas jóvenes tuvimos un abuelo, Unamuno, un padre, Antonio Machado, y una madre, Juan Ramón Jiménez. Juan Ramón inventó, refrescó y recreó una lengua como no lo ha hecho nadie».

Manuel Alvar, por su parte, se refirió a Juan Ramón Jiménez como el poeta pintor o, más bien, como el poeta que quiso pintar, e hizo notar el carácter impresionista tanto de la pintura que ha quedado de él como de su escritura. En este sentido en todos sus textos se siente, según el profesor Alvar, la necesidad de trabajar en contacto con la naturaleza y de captar las sensaciones fugaces de color, aroma y huida del tiempo. Después de hablar de distintos aspectos de su vida y su obra, y de leer alguno de sus poemas, añadió que «su tragedia fue crear, y su simbolismo nació y se produjo en todo momento como necesidad de expresión».

En cuanto a Luis Rosales, comenzó diciendo que «el motivo de esta reunión de los amigos de Juan Ramón es rendir homenaje a uno de los poetas más grandes de todos los tiempos». «Hoy día», añadió, «lo que más importa de la obra de Juan Ramón es su prosa maravillosa y sin par», destacando que la belleza, la poesía y la divinidad son las personas divinas de su obra, unidas «en un solo dios verdadero que es el poeta».

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