Reagan-Schmidt, conversaciones a la sombra de Mitterrand

Durante la primera hora de conversaciones en Washington entre el presidente Ronald Reagan y el canciller Helmut Schmidt, trataron con prioridad de la posición occidental común frente al rearme soviético y de las implicaciones que puede tener la victoria del socialista François Mitterrand en la Presidencia francesa.Helmut Schmidt, personalidad sobre la que toda la Prensa estadounidense coincide en su delicada posición en política interna, tratará durante su estancia de tres días en la capital norteamericana de convencer a Ronald Reagan de iniciar rápidamente conversaciones con Moscú para una limitación de armas nucleares en Europa.

El canciller de la República Federal de Alemania desearía que las mismas comenzaran en septiembre. Antes de la posible visita a Bonn del líder soviético Leónidas Breznev, «por nuestra parte respetamos la decisión tomada hace tres semanas en Roma por el conjunto de países de la OTAN», declaró un alto oficial de la Casa Blanca. Es decir, acuerdo de principio para continuar las negociaciones de control de armamento con la URSS, quizá antes de fin de año, pero sin calendario fijo y tras una serie de reuniones preparatorias.

Las posibles consecuencias de una entrada de los comunistas en el futuro Gabinete francés, la coyuntura económica internacional, la evolución en Oriente Próximo, la crisis de Polonia, las relaciones con los países del Tercer Mundo y los preparativos de la cumbre económica de Ottawa, completaron la reunión de trabajo entre Reagan y Schmidt. Seguida de una cena de gala anoche en la Casa Blanca y de otra hora de diálogo previsto para la mañana de hoy.

Reagan recordó, en su alocución de bienvenida, «la importancia de la libertad en este año que se cumple el veinte aniversario del muro de Berlín», donde, a un lado, la gente vive «con dignidad y democracia», y al otro lado, «dominados y oprimidos».

Recordó la necesidad para Estados Unidos de la alianza con la República Federal de Alemania y los demás países de la OTAN para contrarrestar las fuerzas militares perturbadoras soviéticas.

Schmidt celebró también reuniones de trabajo con el secretario de Estado, Alexander Haig, y el secretario del Tesoro, Donald Regan.