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El general Viola, virtual heredero de Videla en la Presidencia argentina

Los tres comandantes en jefe de las fuerzas armadas argentinas celebraron ayer su quinta reunión para designar al sucesor de Videla en la presidencia de la República. Aunque es muy poco probable que el nombre de la persona elegida se haga público antes del 29 de septiembre, todos admiten que debería ocurrir un cataclismo político para que el nuevo presidente no sea el general retirado Roberto Viola.

De acuerdo con el calendario que los tres integrantes de la Junta establecieron a finales de agosto, la de ayer tenía que haber sido la última reunión para llegar a la unanimidad en la persona del sucesor. En todo caso, disponen de un plazo suplementario de diez días para la designación. El nuevo presidente tomará posesión de su cargo el 29 de marzo del próximo año.El sucesor de Videla, de acuerdo con las normas impuestas por la propia cúpula militar, debe ser un oficial superior de las fuerzas armadas que esté en situación de retiro. Cualquier general de las tres armas podría, por tanto, aspirar al cargo, pero una tradición nunca rota impone que el presidente pertenezca al Ejército de Tierra y su candidato, en esta ocasión, es Viola, un amigo personal del actual presidente.

La Marina, que ha mantenido una pugna histórica con el Ejército, postula otros candidatos, pero los observadores señalan que esto forma parte de un planteamiento táctico. Dado que el nombramiento debe efectuarse por unanimidad, la Marina trataría de ganar parcelas de poder -ministerios, gobernaciones- antes de conceder su plácet al candidato del Ejército. La Aviación, que siempre figuró en tercer lugar, no parece poner ningún reparo a la nominación de Roberto Viola.

Hombre relativamente joven -55 años-, desde su situación de retiro ha mantenido diversos contactos con fuerzas políticas y sindicales. Aunque no ha prodigado las declaraciones públicas, algunas de ellas han sido fuertemente criticadas. Cabe recordar asimismo que de su círculo salió hace algunas semanas la noticia de que Viola iba a entrevistarse con Ronald Reagan, noticia que tuvo que ser desmentida ante una verdadera oleada de opiniones adversas.

Mientras los comandantes en jefe (Leopoldo Galtieri, por el Ejército; Armando Lambruschini, por la Marina, y Omar Graffigna, por la Aviación) deliberan en torno a la figura de quién será presidente el 29 de marzo próximo, las fuerzas políticas han desautorizado el proceso. Los peronistas, pese a sus divisiones internas, coinciden al señalar que se trata de un procedimiento antidemocrático y de corte totalitario.

La Unión Cívica Radical, que preside Ricardo BaIbín, hacía público ayer un comunicado en el que anunciaba que luchará con todas sus fuerzas para que esta elección sea la última que se realiza al margen de la Constitución y confía en que «las fuerzas armadas comprenderán la necesidad de iniciar sin dilaciones el retorno a las instituciones democráticas».

Un líder radical expresaba así el punto de vista de su partido ante la designación presidencial «Bienvenido sea el nuevo presidente y que se vaya cuanto antes».

La actuación de Viola en la presidencia no parece que vaya a ser muy diferente de la que ha tenido Videla en estos cinco años, aunque uno de sus cometidos será el de iniciar el camino hacia la normalización democrática del país, con la publicación de un estatuto de los partidos políticos. Por otra parte, se le considera un hombre menos vinculado a la represión, aunque sólo sea porque no formó parte de la Junta durante los dos primeros años.

El tema quizá más conflictivo que se le presentará al nuevo mandatario es el de su política económica. El actual equipo que encabeza el superministro de Economía, José Martínez de Hoz, está fuertemente cuestionado en el país, a pesar de que ha conseguido dos objetivos importantes: aumentar las reservas por encíma de los 10.000 millones de dólares y reducir la inflación por debajo del 100 % anual (llegó a superar el 1% diario).

Estos dos logros han exigido, sin embargo, un elevadísimo coste social, que han sufrido, sobre todo, las clases sociales más bajas.

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