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Cerdos ibéricos engordan en una dehesa en el parque natural de Cornalvo, a 10 kilómetros de Mérida.
Cerdos ibéricos engordan en una dehesa en el parque natural de Cornalvo, a 10 kilómetros de Mérida.jorge armestar

De puertas afuera

Mariano Ahijado|Mérida (Badajoz)

Los visitantes llegan a Mérida con el anfiteatro y el teatro romano en mente y se marchan después de haber hecho una caminata al lado de cerdos ibéricos en la dehesa del parque natural de Cornalvo, una de las recomendaciones que nacen de los trabajadores del parador

La desembocadura del Guadiana separa Ayamonte (Huelva), en primer término, de Portugal.

Donde la costa onubense se funde con Portugal

La cercanía con el país vecino, al que se llega en barco en 10 minutos, y un parador asomado a la desembocadura del Guadiana motivan la visita a Ayamonte, un municipio pesquero luminoso por su ubicación y por el esplendor comercial del siglo XVIII, reflejado en su arquitectura

Una bandada de grullas se aproxima a la zona de encharcamiento al atardecer, en las Tablas de Daimiel, por donde transcurre una ‘autovía’ ornitológica entre Europa y África.

De vacaciones en un lugar de paso

El espectáculo de ver 7.450 grullas sobrevolar las Tablas de Daimiel, la visita a una granja de ovejas manchegas y el parador de Manzanares, un antiguo albergue de carretera abierto desde 1931, convencen al viajero para que lo que iba a ser una paradita en La Mancha se convierta en una larga estancia

La plaza de Chinchón, de origen medieval, y la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, que alberga un lienzo de Goya.

Un pueblo que busca elevarse por encima de su propia plaza

Chinchón, con los 234 balcones de madera de su plaza Mayor, y el cercano Colmenar de Oreja, donde se ubica el museo de Ulpiano Checa, se apoyan en el parador, un convento del siglo XVII, para demostrar que no basta con ir a pasar el día para conocer los ajos finos, la historia y la arquitectura de la cuenca del Tajo-Jarama

El cementerio de los Ingleses, entre la punta do Boi y la punta da Cagada, un punto fatídico en el que han muerto 245 marineros.

El litoral que reluce cuando se vuelve gris

Esta región del noroeste de Galicia se apoya en un luminoso parador construido en terrazas para captar visitantes que quieran acercarse a ese mar bravo y caprichoso que la domina a través de una visita a una lonja, un paseo a caballo por la playa y una excursión a un punto fatídico de naufragios

El parador de Santo Domingo de la Calzada, al fondo, y la catedral, a la derecha, en la plaza del Santo.

Todas las formas de patearse la Rioja Alta en otoño

Esta comarca vinícola recibe a andarines de ciudad entusiasmados por el claustro de una abadía cisterciense, a senderistas sorprendidos por los bosques de la sierra de la Demanda y a quienes hacen el Camino. Escojan la ruta que escojan, todas confluyen en Santo Domingo de la Calzada, en cuyo centro histórico sobresalen dos paradores: uno, un antiguo hospital de peregrinos del siglo XII y otro, un convento del XVI

El parador de Fuente Dé, ubicado en el pueblo del mismo nombre, está rodeado de las paredes de roca caliza propias de Picos de Europa. Amantes de coches clásicos, como el Lagonda de la década de 1930 que aparece en primer término, lo eligen como una de sus paradas.

En la vertiente mediterránea de Cantabria

Esta comarca interior se apoya en un teleférico que sube hasta los 1.823 metros en Picos de Europa y en el parador de Fuente Dé, ubicados donde termina una carretera de montaña, para atraer a amantes de los coches clásicos, peregrinos movidos por el Año Jubilar Lebaniego con ganas de caminar bajo el fino sol del otoño y aventureros que se asoman a la escalada en vías ferratas

Un gamo joven en la ruta con guía por Cazorla, Jaén

La sierra de Cazorla para un final de verano

Esta región montañosa de Jaén compite con el litoral apoyada en rutas de senderismo, una fauna vistosa, una iglesia obra de Andrés de Vandelvira y un entorno apacible representado en el parador, desde donde arrancar a andar y terminar para cenar y descansar sin el bullicio de la costa

De secreto mejor guardado a paraíso recuperado

De secreto mejor guardado a paraíso recuperado

Si alguien quiere pisar la montaña más antigua de la península Ibérica tiene que ir a Guadalupe. También si quiere ver espléndidos bosques atlánticos y un cielo límpido por el que pasear por las estrellas. Junto a su monasterio, este pueblo mezcla aventura, ciencia e historia con su parador como vértice desde el que conocerlo todo

Petri Villaescusa, en su finca de viñedos y olivos que tiene en las inmediaciones de Almagro (Ciudad Real).

Los otros colores de la vida en la llanura manchega

Este vivo pueblo conocido por su festival de teatro ofrece más razones para visitarlo: un sorprendente paisaje donde el rojo del suelo contrasta con los campos de olivos y de pistachos y un monasterio convertido en parador en el que ver arte y ver pasar el tiempo

Tres jóvenes miran en sus teléfonos las fotos que se han hecho, en el puente romano de Cangas de Onís.

Oriente de Asturias, una primavera como las de antes

Alrededor del parador de Cangas de Onís, un monasterio benedictino a orillas del Sella, se organizan actividades y excursiones para descubrir cómo vivían y viven los habitantes del lugar. Una forma apasionante y respetuosa de hacer turismo en una zona dominada por la montaña

El parador de Calahorra.

La Calahorra de siempre, más viva que nunca

Esta ciudad fértil de La Rioja Oriental se apoya en una excelente huerta, en su pasado romano y en las actividades socioculturales que suceden en la comarca para, con la ayuda del parador, dejar de ser solo una zona de paso o de negocios y convertirse en un lugar de visita

El parador de La Palma.

La Palma saca lustre al volcán

Esta isla salvaje y frondosa, verde y negra, se apoya en su belleza natural de siempre; en la de ahora, representada en Tajogaite, y en el impulso del parador para recuperar el turismo, tan necesario como el plátano para la supervivencia de los palmeros

El parador de Mazagón (Huelva) se encuentra en primera línea de playa.

Huelva, el verano infinito comienza en otoño

La costa onubense, con sus largas playas de arena fina y dorada, recibe desde septiembre al visitante que busca estar y disfrutar, con el parador de Mazagón como refugio, y al que no quiere parar, con Doñana como espacio natural exclusivo y La Rábida, el origen del viaje que cambió el mundo en 1492

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