Canarias reclama un sitio en la “periferia” del cine de animación

El cineasta tinerfeño David Baute tocó la cima de su carrera al recibir el 8 de febrero el Goya a la mejor película de animación. En su discurso, se acordó de su pueblo, Garachico (norte de la isla) y ensalzó el floreciente trabajo audiovisual que se hace en Canarias. “Creo que desde la periferia se puede hacer cine”, clamó mientras se aferraba a su galardón. Un premio que, por cierto, logró en competición con Superklaus, otra animación canaria. Mariposas negras, la película que resultó premiada, dedicada a los emigrantes climáticos, es el último exponente de una industria nacida en las islas en 2017 y que en este tiempo ha pasado a consagrarse como uno de los principales polos de animación de Europa. Es un caso único de crear una industria desde cero y ponerla a competir a primer nivel. “Canarias es posiblemente uno de los lugares del mundo donde existen más productoras de animación por metro cuadrado”, bromea Baute en conversación telefónica.

Desde hace ocho años, el archipiélago ha desplegado una serie de incentivos para atraer estudios pequeños, tratar de apoyarlos en su crecimiento y que creen tejido. “La idea no pasaba por captar un gran estudio y que trajera todo el personal de fuera, sino que viniera personal sénior y poco a poco se formasen júniores locales”, explican fuentes del consorcio Zona Especial Canaria (ZEC) ―área de baja tributación prevista para una serie de actividades―. Gracias a estos alicientes, las empresas de artes digitales en Canarias recuperan entre el 45% y el 54% de los gastos de producción a través del denominado tax rebate. Además, pagan apenas un 4% de impuesto de sociedades sobre sus beneficios, están exentas de impuestos sobre dividendos, intereses y ganancias de capital, y en las islas, por último, no existe el IVA.

Esta política ha atraído también a empresas punteras de distintos puntos. “En 2016 buscábamos un lugar que ofreciera ventajas competitivas para la producción de contenido de animación, tanto desde el punto de vista financiero como operativo”, explica Agustín Arocha, general manager de Ánima Kitchent (Cleo y Cuquín, PINY o Brave Bunnies), en Madrid. “Gran Canaria se presentó como una opción ideal debido a la combinación de varios factores clave: infraestructuras modernas, un entorno propicio para el desarrollo del sector y la seguridad jurídica que brinda formar parte del marco regulatorio de la Unión Europea”.

El caso del animador japonés Hidetaka Yosumi fue algo distinto. “Fue una decisión pasiva”, explica por correo electrónico. “En el verano de 2020, yo trabajaba para Netflix Animation Studios. Mi novia de entonces consiguió un trabajo en Tenerife y decidí seguirla”. A los tres años mudó a la isla su compañía, Studio Nowake (con películas como Rompe Ralph, Valiant o Bolt), una empresa dedicada a la creación de personajes digitales. Los incentivos fiscales fueron determinantes. Pero también cuestiones no financieras. “Siempre soñé vivir al lado del océano”, rememora. “Y ahora vivo en una casita cerca de Santa Cruz de Tenerife, a solo 10 segundos de la playa. No pensé que el sueño se haría realidad”.

Una veintena de empresas han optado por las islas: 3 Doubles, (Superklaus); la francesa Atlantis Animation (Tara Duncan o la serie de Leo Messi para Sony y Disney); Gigglebug, un estudio finlandés establecido en 2024 que ha producido las series de Batman para Warner y 101 dálmatas para Disney; B-water studio, uno de los primeros en aterrizar en las islas; Tomavisión (Space Jam 2); Amuse Animation, Mondo TV, Flaming Frames; 22 Dogs...

También está la francesa Fortiche, un estudio que produjo Arcane, la serie más vista de Netflix en 2022, basada en el videojuego League of Legends y que recientemente logró siete premios Annie (los que entrega la International Animated Film Association de Los Ángeles). “Esta configuración geográfica”, resalta Remy Terreaux, supervisor de animación en el estudio, con experiencia en películas como Gru, mi villano favorito 3 o Sing ¡Ven y canta!, “puede ser una ventaja, ya que fomenta la creatividad y fortalece el espíritu de equipo”, y sostiene que “el estudio de Las Palmas se ha convertido en un gran activo” para la producción de la segunda temporada de Arcane.

Incentivos y debilidades

También hay ejemplos locales. Como la productora Tinglado, creadora de Mariposas negras. “En Canarias ha habido un movimiento cinematográfico muy interesante desde hace muchos años”, asevera Baute. “Lo que pasa que es verdad que no ha tenido quizás la repercusión que merecía”. El archipiélago se ha convertido en un destino predilecto para producciones internacionales de cine tradicional. Y algo similar ha sucedido en las artes digitales. “Nos estamos convirtiendo en un plató especial para las productoras de animación”.

La veintena de estudios de primer nivel de animación y efectos especiales en las islas emplean a unas 1.300 personas de forma directa, según los datos de la ZEC a partir de los registros mercantiles ―de acuerdo con ICEX (entidad pública empresarial) añade el organismo, la animación en España tiene unos 8.500 puestos de trabajo―. En Canarias, los estudios de animación han pasado de no existir en 2016, a facturar casi 40 millones de euros en 2023. Además, en el ámbito de los videojuegos hay unos 20 estudios, con unos 200 puestos de trabajo.

Sin embargo, este crecimiento tiene sus debilidades. “Las de aquí somos pequeñas productoras que hacemos un tipo de animación más artesanal”, explica Baute, “y ahora están llegando grandes productoras con grandes alianzas bajo el brazo, y resulta complejo competir con ellas para captar mano de obra”. “Falta mucho personal, quizás porque no se hizo una labor previa también de formar a estudiantes antes de que llegara todo este bum de la animación a Canarias”. Y eso, a pesar de iniciativas públicas, como las que se desarrollan en varios institutos de formación profesional. “Debido al exceso de turismo y a la inflación de los últimos años”, completa Yosumi, “el coste de la vida y el precio del alquiler de la vivienda ya no son tan ventajosos”. “Sigue siendo más barato que cualquier otro país europeo, pero para los españoles, Canarias se están volviendo realmente caras para vivir”.

Baute duda sobre el efecto que pueda tener su premio sobre la industria en Canarias. Pero sí confía en una cosa: “Igual puede servir para que autores o estudiantes que quieran empezar a hacer sus películas vean que puedes crecer y desarrollar el sueño de hacer animación desde aquí, desde unas islas donde estamos algo alejados de muchos sitios”.