Muere David Crosby, leyenda del folk-rock, a los 81 años
El influyente fundador de The Byrds e integrante de Crosby, Stills, Nash & Young fallece a los 81 años después de definir el sonido de los sesenta
David Crosby, una de las figuras más importantes de la música de Estados Unidos, ha fallecido este jueves, han confirmado sus representantes a la revista Variety, quienes no mencionaron la causa de muerte. El músico fue el responsable de la mezcla de géneros que definió el rock de mediados de los sesenta como integrante de los influyentes The Byrds y la agrupación Crosby, Stills, Nash, a la que después se sumó Neil Young, uno de los primeros supergrupos de la música norteamericana. Crosby batallaba desde hace tiempo con varios problemas de salud que derivaron de un trasplante de hígado y de un pasado marcado por el abuso de drogas y alcohol. Su pareja, Jan Dance, ha escrito un comunicado donde habla de “una larga enfermedad”. En el momento de su fallecimiento, el músico, de 81 años, estaba acompañado por ella y por su hijo, Django.
Los primeros en despedirle han sido sus excompañeros, con los que tuvo momentos de unión y también de peleas. Como Graham Nash, que escribió: “Con profunda tristeza supe que mi amigo David Crosby falleció. Sé que la gente tiende a centrarse en lo tirante que ha sido nuestra relación a veces, pero lo que siempre nos ha importado a David y a mí más que nada fue la alegría pura de la música que creamos juntos, el sonido que descubrimos juntos y la profunda amistad que compartimos durante todos estos largos años. David era audaz con su música y en la vida. Decía lo que había en su cabeza, en su corazón y su pasión por la belleza en la música nos deja una gran herencia. Eso es lo que más importa”.
En mayo de 2012, ambos apartaron su rivalidad y tocaron juntos en un mitin político en favor de Barack Obama, quien entonces buscaba ser reelegido. Crosby nunca ocultó sus tendencias de izquierda progresista, ideología que conocen los más de 230.000 seguidores de su muy activa cuenta de Twitter.
Originario de Los Ángeles e hijo del director de fotografía Floyd Crosby, David creció queriendo ser actor, una idea que abandonó cuando tenía 20 años y se dedicó a tocar la guitarra con un grupo de folk del condado de Orange, al sur de la ciudad angelina. Aquellos eran los primeros años de la década de los sesenta, y la costa oeste de Estados Unidos estaba llena de sonidos, experimentos y drogas que estaban por definir el sonido de una década.
Uno de aquellos experimentos lo abanderaba Jet Set, una banda que unió a Crosby con Gene Clark y Robert McGuinn, quienes conocían la escena tocando la guitarra en cafeterías y habían fabricado sonidos pop en algunas boy bands. La agrupación se cambió el nombre un par de veces, pero halló la fama cuando se convirtieron en The Byrds. En 1965 lanzaron su debut, Mr. Tambourine Man, una canción de Bob Dylan que fue reconvertida en un exitoso sencillo. Uno de los mejores primeros álbumes de la historia, según los expertos. La crítica también los calificó como la respuesta más sólida ante el auge de la música británica. Consiguieron colocar en los primeros puestos de las listas de éxitos varios temas, la mayoría versiones de Dylan y Pete Seeger.
Crosby solo figura como compositor en uno de los temas de aquel estreno, pero Mr. Tambourine Man fue suficiente para consolidarlo como el cerebro de las armonías del grupo que, con el paso de los años, fue mostrando su interés en la música hindú, la psicodelia y el jazz. El músico siempre citó entre sus influencias a John Coltrane y Miles Davis, quien en 1970 hizo una versión de su tema, Guinnevere. Los Byrds sufrieron varios ajustes en su alineación durante cuatro años, un periodo tan turbulento como fecundo donde lanzaron Fifth Dimension y Turn! Turn! Turn!.
Crosby también escribió temas para el álbum The Notorious Byrd Brothers, lanzado a inicios de 1968. Los problemas internos llevaron a que Crosby fuera despedido del grupo que fundó. Había colmado la paciencia de McGuinn al tocar con bandas rivales como Buffalo Springfield, donde figuraban los músicos Stephen Stills y Neil Young, quienes serían muy importantes más adelante para Crosby.
A ojos de sus compañeros, Crosby también había protagonizado un papelón en el festival de rock de Monterey, donde se extendió innecesariamente entre los temas para hablar del asesinato de John F. Kennedy y exaltar las bondades del LSD, una droga que, en su opinión, debía ser suministrada a “políticos y hombres de Estado de todo el mundo”. Los aficionados al grupo aseguraban, con algo de mala fe, que McGuinn lo reemplazó con un caballo en la portada de The Notorious Byrd Brothers, algo que el compositor ha negado.
Ya en 1968, Crosby era una figura de gran dimensión. Tanto sobre los escenarios como en los estudios de grabación. Aquel año produjo el disco debut de una joven cantante canadiense originaria de Fort McCleod, Joni Mitchell. Así nació Song to a Seagull. Fuera de esta excepción, Crosby reservó su trabajo como productor para sus grupos.
Su paso por The Byrds le valió una entrada al Salón de la Fama del Rock. Iniciaría una nueva etapa años después gracias a su trabajo junto a Stephen Stills y Graham Nash con quienes lanzó en 1969 un álbum donde figuraban solo sus apellidos. Con más de cuatro millones de discos vendidos, se convirtió en un éxito. Un año después, en 1970, el trío sumó a Neil Young gracias a la propuesta del legendario productor de Atlantic Records, Ahmet Ertegun. Así nació Crosby, Stills, Nash & Young, conocido también como CSNY, que le valió una segunda entrada al Salón de la Fama. El grupo formó parte del cartel original de Woodstock. Neil Young ha dicho este viernes que Crosby era “el alma del grupo” en una despedida publicada en su página oficial.
El álbum debut de CSNY, Deja Vu (1970), es otro clásico que captura en sus sonidos y letras el fin de los sesenta y el movimiento hippie. En uno de sus temas, un hombre confesaba que estuvo a punto de cortarse el pelo largo, pero que finalmente había cambiado de opinión y dejado volar la bandera freak (”I feel like getting my freak flag fly”). Lo que los seguidores del grupo asumieron como un grito de batalla a lo largo de las décadas. En 1971 firmó su primer disco como solista.
Adicciones y problemas de salud
La década de los setenta fue especialmente destructiva para Crosby. Su consumo de marihuana y sustancias psicodélicas lo llevó a una fuerte adicción de varias drogas. “Tenía suficiente dinero para hacerme más y más adicto”, dijo a la revista People en los años noventa. Neil Young lo recuerda en pleno proceso de recuperación en 1988, cuando CSNY trabajaba en lo que sería American Dream. “Emocionalmente, ha estado viviendo la vida al máximo. Vive cada momento por pequeña que sea y está sintiendo todo al extremo, después de no haber sentido nada por 10 años. Así que está muy vivo y yo lo quiero mucho por haber tenido la fuerza necesaria para recuperarse”, dijo Young en una entrevista. En 1994 se sometió a un trasplante de hígado pagado por Phil Collins, el exitoso músico de Genesis.
Hace algunos meses, Crosby anunció que finalizaba su recorrido por los escenarios. La pandemia acabó con un frenético ritmo de conciertos que duró décadas, al estilo del interminable tour de Dylan. “Soy demasiado viejo para hacerlo más. No tengo la resistencia, no tengo la fuerza”, dijo Crosby hace ocho meses, aunque poco después se desdijo.
Con su retiro de los escenarios, el compositor también anunció que grababa un nuevo disco, el decimosexto como solista. For Free era también una despedida. “Ahora tengo 80 años, así que moriré bastante pronto... Estoy tratando de producir tanta música como sea posible, siempre que sea realmente buena”, dijo. Este miércoles, un día antes de morir, mostró humor en las redes sociales. Aplaudió a Greta Thunberg, quien fue detenida en una protesta en Alemania. Y respondió a alguien que hablaba del cielo. “He oído que el lugar está sobrevalorado. Está muy nublado”, escribió.
Babelia
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