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Almudena Grandes, la escritora que retrató a los perdedores del franquismo

Aitana Sánchez-Gijón, Juan Diego Botto, Carmen Machi, Susi Sánchez, José Sacristán y Blanca Portillo han puesto voz a los protagonistas de ‘Episodios de una guerra interminable’ en el homenaje de la Academia de Cine a la autora

La pianista Rosa Torres-Pardo, en el homenaje a la escritora Almudena Grandes en el teatro María Guerrero.
La pianista Rosa Torres-Pardo, en el homenaje a la escritora Almudena Grandes en el teatro María Guerrero.Alberto Ortega (Europa Press)
Patricia Casas

Las artes se congregaron anoche para recordar a la escritora Almudena Grandes en el Teatro María Guerrero. En el mes en el que se celebra el primer aniversario de su muerte, el cine, la literatura, el teatro y la música se han reunido en un acto que ha honrado la vida y obra de la autora a través de sus propios textos. Personalidades como Ana Belén, Víctor Manuel o Pedro Almodóvar fueron algunos de los asistentes que desde el patio de butacas para dar testimonio sobre la cara más cinéfila de la escritora. “Una película es una de las lecturas de una novela”, recordaba Fernando Méndez-Leite, presidente de la Academia española de Cine, la institución organizadora del homenaje. En primera fila, la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz; el ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta; y la ministra de Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría.

Juan Cerezo, su editor desde hace 20 años, aseguró que ella pensaba las novelas en términos visuales: “El origen de sus libros estaba en un pequeño plano”. Cerezo ha repasado uno por uno los Episodios de una guerra interminable y las imágenes que Grandes creó. Inés y la alegría surge después de ver a una mujer subida en un caballo para sumarse a los republicanos en el valle de Arán. Un niño enclenque que vive en la Casa Cuartel de Jaén y mientras mecanografía ejercicios escucha las voces de las torturas es la secuencia de El lector de Julio Verne. Una joven Manolita que de manera forzada se encuentra en la cola de una cárcel y se sorprende de que un lugar que debía ser triste sea el ejemplo de la solidaridad entre mujeres que hacen de la alegría un símbolo de resistencia, el plano clave de Las tres bodas de Manolita. Son algunos ejemplos de que “esas imágenes eran las semillas de las que brotaban sus historias”.

Los actores Aitana Sánchez-Gijón y Juan Diego Botto intervienen en el homenaje a la escritora Almudena Grandes en el teatro María Guerrero.
Los actores Aitana Sánchez-Gijón y Juan Diego Botto intervienen en el homenaje a la escritora Almudena Grandes en el teatro María Guerrero.Alberto Ortega (Europa Press)

Sobre el escenario, decorado con una foto en pantalla de la escritora y un telón rojo, desgastado y roto, algunos actores han recordado pasajes de este proyecto de la escritora. Aitana Sánchez-Gijón y Juan Diego Botto han recordado la historia de amor entre Inés y el capitán Galán en Inés y la alegría. El relato de las torturas de esta joven, en la voz de Sánchez-Gijón, ha arrancado las lágrimas de una de las mujeres que ocupaban las primeras filas. Carmen Machi ha conseguido que los presentes pasaran de las risas por la picaresca de un niño a aguantar la respiración con la interpretación de Nino cantándole a su hermana pequeña “Vamos a contar mentiras para no escuchar los gritos procedentes de la sala de interrogatorios”. Susi Sánchez ha contado el primer beso, con “lengua gruesa”, de la protagonista de Las bodas de Manolita; José Sacristán, el encuentro del doctor García con una niña, y Blanca Portillo ha encarnado un monólogo delirante sobre la locura de Aurora Rodríguez Carballeira en La madre de Frankenstein. Todo ello, con Rosa Torres-Pardo al piano.

Aunque la protagonista de la velada ha sido Grandes, el núcleo del acto lo conformaron sus personajes y las historias de la posguerra. Juan Cerezo ha optado por definirlos como “perdedores”, la realidad oculta de la dictadura franquista. Son sobre todo historias de mujeres, distintas y semejantes a la vez, contadas por mujeres. Alfredo Sanzol, presidente del Centro Dramático Nacional, se centró en el trato de la escritora de las consecuencias menos visibles de la dictadura: “La alianza del Estado y la Iglesia católica desató sobre ellas una represión que las encarceló por dentro, intervino su vida privada y coartó su libertad para impedir que fueran felices”.

Foto de familia en el homenaje a la escritora Almudena Grandes en el teatro María Guerrero, a 7 de noviembre de 2022.
Foto de familia en el homenaje a la escritora Almudena Grandes en el teatro María Guerrero, a 7 de noviembre de 2022.Alberto Ortega (Europa Press)

El relato de una historia reciente que, según su viudo, Luis García Montero, es la misión de la cultura. “Nos dedicamos a recordar la experiencia humana, los recuerdos que merecen ser parte del presente como un modo para imaginar el futuro”, ha reivindicado con la lectura de un poema de Luis Cernuda. “Con esto quiero celebrar a Almudena y, con ella, la Ley de Memoria Democrática”, concluía. Justo aquello que la autora quiso contar en sus páginas que han caído de lo alto del escenario al final de la función mientras Torres-Pardo tocaba.

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