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Un poema universal recorre el espacio interestelar

El colectivo español Poetas participa en un proyecto internacional que ha lanzado 22.000 versos desde Chile con dirección a la nebulosa del Saco de Carbón

Imagen de parte de la nebulosa Saco de Carbón, hacia donde se dirige el Poema Universal.
Imagen de parte de la nebulosa Saco de Carbón, hacia donde se dirige el Poema Universal.ESO/Digitized Sky Survey 2. Ackn
Sergio C. Fanjul

En el espacio exterior hay un poema flotando. Se lanzó en forma de onda de radio la madrugada del pasado domingo, hora peninsular española. Desde Punta Arenas (Chile), en pleno estrecho de Magallanes, muy al sur del planeta, donde se juntan el Atlántico y el Pacífico. En estos momentos los versos viajan hacia la nebulosa del Saco de Carbón, muy lejos, a 600 años luz. De un confín planetario a un confín cósmico. Así que el poema llegará a su destino en el año 2622, más o menos por estas fechas, y probablemente no habrá nadie allí para recibirlo. Quién sabe, quizás alguna entidad alienígena se lo encuentre por el camino y se ponga a contar alejandrinos. Es lo que el astrónomo Carl Sagan hubiera calificado como “un mensaje en una botella lanzado al océano cósmico”.

El proyecto, llamado UPtotheCosmos, parte de otro proyecto previo, a cual más alucinado, ideado en Madrid por los organizadores del festival Poetas. Se trata del Universal Poem, un poema que intenta recoger los versos de la humanidad entera, una extensa obra coral en la que cualquiera puede participar vía internet: lo que los surrealistas bautizaron como un cadáver exquisito. Al espacio exterior se han enviado los primeros 22.000 versos, pero este poema que tiende a la eternidad y a lo infinito sigue en marcha: unas ideas que bien podrían haber salido del fantasioso cerebro de Jorge Luis Borges.

El colectivo chileno Casagrande es otro socio en esta aventura quijotesca. “Colaboramos en 2018 con ellos en Madrid, bombardeando con 100.000 poemas la plaza Mayor desde un helicóptero. Luego, pensamos: ‘¿Por qué no enviar un poema al espacio?”, recuerda Pepe Olona, coordinador de Poetas. Y se pusieron manos a la obra. “Son ideas muy sencillas, pero muy complejas de llevar a cabo: tienen unos procesos de producción sumamente complicados”, añade.

Alrededor del evento se creó un espectáculo con la presencia de astrofísicos y con el mar de fondo. Se visibilizó el lanzamiento mediante un láser que apuntó al cielo. ¿Por qué lo envían a la nebulosa del Saco de Carbón? “Es una mancha oscura en el cielo que iluminamos con la poesía”, dice Peru Saizprez, miembro de Poetas. “Además, tiene gran carga simbólica, está cerca de la Cruz del Sur, que es la constelación emblemática de ese hemisferio”. La Cruz del Sur es la referencia que, de forma análoga a la Osa Mayor en el hemisferio norte, utilizaban para orientarse las culturas originarias que habitaban la zona antes del viaje de Magallanes, y a las que ahora también se quiere rendir homenaje.

Parte de la Nebulosa Saco de Carbón.jpeg
Esta imagen del telescopio MPG/ESO muestra parte de la enorme nube de polvo y gas conocida como nebulosa Saco de Carbón.ESO

Todo el proceso tecnológico para el poético lanzamiento lo ha llevado a cabo la compañía danesa Hygge Universe, dedicada a la robótica y a la comunicación vía satélite: se ha traducido el poema a una onda de radio que, alehop, ha sido enviada mediante una antena satelital en la órbita terrestre. El acto no estuvo exento de anécdotas. “Nada más enviar el poema, cuando estábamos celebrando, aparecieron una serie de luces en el cielo que parecía que iban a interceptar el poema”, relata Olona. No eran naves extraterrestres antipoéticas ni enemigos del Space Invaders, sino satélites de la empresa de Elon Musk y otros de emergentes compañías espaciales privadas, que suelen sobrevolar la zona y que se ven cruzar el cielo a ojo desnudo. El planeta Tierra está rodeado de cosas voladoras.

Ciencia y poesía

El lanzamiento se ha realizado en el ámbito del festival Acrux, que se celebra en Punta Arenas con el apoyo de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), y que trata de aunar la ciencia y la poesía, dos disciplinas entre las que algunas veces se traza una absurda línea roja, como suele establecerse más generalmente entre las ciencias y las humanidades, las llamadas dos culturas. “Sin embargo, existe una antigua tradición que conecta ambas, que no ha sido suficientemente explorada y que queremos poner de relieve explícitamente”, dice Julio Carrasco, director del festival y miembro de Casagrande. No son pocos los poetas que han utilizado la ciencia en su obra, como Apollinaire, Ernesto Cardenal, Raúl Zurita o Vicente Huidobro. Quizás el pionero fuera el romano Lucrecio con el largo poema didáctico De rerum natura, escrito en el siglo I antes de Cristo, que incluye elementos de cosmología, atomismo o biología.

Gráfico de la pequeña constelación de La Cruz del Sur, que muestra todas las estrellas que se pueden ver a simple vista en una noche clara y oscura. Esta constelación y sus vecinas albergan la enorme nebulosa oscura llamada Saco de Carbón.
Gráfico de la pequeña constelación de La Cruz del Sur, que muestra todas las estrellas que se pueden ver a simple vista en una noche clara y oscura. Esta constelación y sus vecinas albergan la enorme nebulosa oscura llamada Saco de Carbón.ESO, IAU and Sky & Telescope

El chileno Nicanor Parra era matemático y la académica española Clara Janés ha ahondado con frecuencia en la física en sus versos. También en España se dio una amplia nómina de poetas con ramalazo científico en aquella corriente literaria que se llamó Generación Nocilla, a mediados de la primera década del segundo milenio, en la que se incluyeron poetas como Agustín Fernández Mallo, Javier Moreno o Vicente Luis Mora. “Los científicos también se han visto obligados a recurrir con frecuencia a la metáfora para enunciar sus descubrimientos, como esas rectas paralelas que se unen en el infinito”, añade Carrasco. Sin ir más lejos, la palabra quark, que nombra a un tipo de las partículas fundamentales que construyen el universo, viene de la abstrusa y poética novela Finnegans Wake (1939) de James Joyce, en el candelero este año por la celebración del centenario del Ulises.

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Sobre la firma

Sergio C. Fanjul
Sergio C. Fanjul (Oviedo, 1980) es licenciado en Astrofísica y Máster en Periodismo. Tiene varios libros publicados y premios como el Paco Rabal de Periodismo Cultural o el Pablo García Baena de Poesía. Es profesor de escritura, guionista de TV, radiofonista en Poesía o Barbarie y performer poético. Desde 2009 firma columnas y artículos en El País.

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