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Una directora de reparto se propone llevar la diversidad al cine español

Mireia Juárez trabajó en ‘La boda de Rosa’ y ‘Maixabel’, favorita a los Goya. Con su selección de intérpretes apuesta por romper con estereotipos de belleza y trata de aportar mayor realismo

Mireia Juárez, en la terraza de la cadena SER.
Mireia Juárez, en la terraza de la cadena SER.Samuel Sánchez

Movimientos como #MeToo o Black Lives Matter han cuestionado la representación de minorías y la pluralidad de la industria audiovisual estadounidense, que en los últimos años ha tratado de corregir las carencias en este flanco. Hay, sin embargo, algo que todavía no ha cambiado: la falta de diversidad de los cuerpos de los intérpretes que proyectan el canon de belleza. En una alfombra roja, la gran mayoría de actores y actrices —sobre todo actrices— cumplen con el perfil hegemónico: jóvenes, guapas, delgadas. Es difícil encontrar otro tipo de cuerpos que sí se ven por la calle.

Los directores de reparto son el primer eslabón para que esto cambie. Hacen de intermediarios entre los intérpretes y los productores y directores. Si ellos tienen una mirada diversa, las películas tienen más posibilidades de mostrar cuerpos diferentes. Una de las que ha conseguido este cambio es Mireia Juárez (Barcelona, 43 años). Es la responsable del reparto de Maixabel, de Icíar Bollaín, una de las favoritas en los premios Goya de este año. El filme narra los encuentros entre Maixabel Lasa, la viuda de Juan María Jáuregui, y uno de los etarras que participó en su asesinato. “Soy el primer técnico que entra en la película. Los primeros que están ahí son el productor y el director y luego yo”, cuenta.

Juárez leyó el guion de Maixabel, que firman Bollaín e Isa Campo, y eligió a dos pesos pesados del cine español, Luis Tosar y Blanca Portillo. Pero buscó rostros diferentes para el resto del reparto. “Hay que apostar”, defiende orgullosa. Y esa apuesta se basa en distintas ideas o valores que después repercuten en una mayor o menor diversidad. Ya había trabajado con la directora en El olivo, película con la que ganó el Goya a mejor actriz revelación Anna Castillo; en Yuli, con un casting que tuvo que realizar en Cuba, y en La boda de Rosa. Siempre buscó nuevos rostros y talentos que reflejasen a personas normales y corrientes. “He tenido mucha suerte, porque hemos podido salirnos del estereotipo de un tipo de mujer, de un tipo de belleza”. De ahí la diversidad física de las actrices que suele elegir: Candela Peña, Nathalie Poza, Paula Usero, María Cerezuela y Portillo. “Lo que importa es que seas fotogénico, y da igual que seas feo, guapo, que tengas la nariz grande…”.

Aunque los actores sufren esta discriminación, con las mujeres es más notable. Según el estudio que en 2017 publicó AISGE, solo un 37% de los papeles en el cine y un 44% en tele son femeninos. Entre 2014 y 2016, ninguna actriz mayor de 64 años tuvo un papel protagonista en el cine. A partir de los 35, las oportunidades de trabajar en el audiovisual español disminuyen considerablemente para las mujeres.

Aunque los estereotipos en torno a la mujer en el cine y las series han ido diluyéndose, el tema físico no ha cambiado tanto. “Con 14 años un profesor de teatro me dijo que debía conformarme con los papeles de gorda”, decía la actriz británica Kate Winslet en los Premios Bafta de 2016. En 2021 tuvo otro encontronazo con la publicidad de la serie que protagonizaba y por la que ha ganado un Globo de Oro, Mare of Easttown. Quisieron retocar su fotografía para quitarle barriga en una escena. En España eso lo vivió Inma Cuesta en 2015 con una portada de una revista que la adelgazó digitalmente. El canon de belleza de las mujeres es muy diferente al de los hombres, explican desde la Unión de Actores y Actrices. “El de las mujeres tiene que ver con lo que es la cultura machista y no escapamos a él en ningún periodo histórico”, dice Berta Ojea, actriz y secretaria de Igualdad de esta organización.

“A mí gustan las arrugas, un cuerpo natural con el que me sienta identificada. Siempre he pesado que era más atractivo hacer un cine más realista”, incide Juárez. “Quizá he tenido suerte porque he trabajado con muchas directoras mujeres que apuestan por esto. Los proyectos en los que participado han permitido este tipo de decisiones. No he hecho Élite, igual si lo hiciera me vendrían con unas peticiones muy concretas”. En la serie de Netflix no hay nadie que no cumpla con los cánones de delgadez, lo que no se corresponde con un aula de un instituto normal.

Blanca Portillo, en una secuencia de 'Maixabel'.

Además de con Icíar Bollaín, la directora de casting ha trabajado con Carla Simón en Verano 1993, uno de los trabajos más complejos que requería encontrar a dos niñas pequeñas. “Es uno de los más locos que he hecho y de los más difíciles. Cuando leí el guion le dije a Carla que era imposible buscar dos niñas tan pequeñas, que teníamos que subir la edad. Hicimos pruebas y a la más pequeña la encontramos enseguida, tenía una luz maravillosa. Con la mayor fue un proceso más largo”.

Más papeles racializados

Con Verano 1993 logró el Goya Bruna Cusí, con La boda de Rosa, Nathalie Poza. Con El olivo, Anna Castillo. “Lo paso mal con los premios, me enfado mucho. Este año, en cambio, estoy muy contenta”, asegura Juárez. No es para menos: los cuatro protagonistas de Maixabel están nominados. “Yo espero que gane Blanca Portillo y, por una cosa personal, Urko Olarzábal. Claro que me gustaría Tosar y María Cerezuela, pero quizá los veo más complicado. María porque tiene un papel más pequeño que el resto de actrices”.

Al principio reconoce que buscaron actores y actrices vascas para los papeles protagonistas, pero finalmente la decisión “cayó por su propio peso”. Una de las complejidades de Maixabel estaba en superar el peso de Patria, serie de HBO Max que adapta la novela de Fernando Aramburu y que habla también del conflicto vasco. “Era una serie en la que estaban muchísimos actores y actrices vascos, había que buscar más allá”.

La representación de las personas trans o de distintas razas es también resultado de las apuestas valientes de los directores de reparto, y también una de las asignaturas pendientes en el audiovisual de nuestro país, aunque como reconoce Juárez, la cosa está cambiando poco a poco: “Ahora hay personajes trans, más personajes con diversidad étnica, pero también pienso que lo que mola es poner personajes diversos, aunque no lo marque el guion. Eso es trabajo de directores de casting, de hacer tú esas propuestas. Al final hay que buscar la diversidad con naturalidad”.

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