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Crítica | The Good Traitor
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

‘The Good Traitor’, resistencia diplomática danesa frente al nazismo

Sólido en su narración y su descripción de la personalidad del protagonista, el drama cojea en demasía en la visualización de los momentos en los que aúna los sonidos de la guerra con el lujo de la vida en la embajada

Ulrich Thomsen, en 'The Good Traitor'. En el vídeo, el tráiler.
Javier Ocaña

Los países escandinavos siguen mirando cinematográficamente a su pasado más pesaroso, el de la fácil sumisión al nazismo en apenas unas jornadas, a partir de los contados casos de resistencia política, viables para relatar como muestra de heroísmo; con sus complejidades, por supuesto, pero heroísmo al fin. Así, The Good Traitor (El embajador Kauffmann), película de la danesa Christina Rosendahl sobre el diplomático encargado de la embajada en Washington en 1939 que, tras la invasión alemana y la docilidad de un Gobierno nacional títere y de un rey asustado, decidió declararse embajador independiente y representante verdadero de una Dinamarca libre, se suma a la relativamente reciente La decisión del rey, notable producción de la vecina noruega, del año 2016, sobre el monarca Haakon VII, que, desde el convencimiento democrático y la resistencia al fascismo en su propio país, tampoco se plegó con facilidad al poderío nazi.

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Ambas obras comparten además la diversificación de su relato en tramas que abarcan no solo la política internacional sino también el microcosmos familiar. En el caso de The Good Traitor, con una historia de adulterio del diplomático con la hermana de su mujer. Aunque, pese a la batalla interna entre el matrimonio, lo esencial sean las globales: las conversaciones con el presidente Roosevelt, amigo personal de la esposa; las estrategias de la embajada danesa para implicar a EE UU en la guerra (antes de Pearl Harbor); el control del Atlántico Norte, y el establecimiento de bases militares americanas en Groenlandia, asunto clave en el devenir del país.

Sólida en su narración, The Good Traitor cojea en demasía en su visualización, particularmente en los momentos en los que aúna los sonidos de la guerra en Dinamarca y el Reino Unido con la imagen del lujo, piscinas y martinis, en el lejano Washington, una buena idea con una ejecución entre lo grandilocuente y lo pedestre; y también en su horrenda mezcla de blanco y negro y color, de imágenes documentales y de ficción, en la parte final. Quizá por ello se configure como un trabajo más loable por su valor instructivo que por sus virtudes cinematográficas, pero los interesados en la política y la historia no quedarán defraudados.

THE GOOD TRAITOR (EL EMBAJADOR KAUFFMANN)

Dirección: Christina Rosendahl.

Intérpretes: Ulrich Thomsen, Denise Gough, Zoë Tapper, Henry Goodman.

Género: político. Dinamarca, 2020.

Duración: 110 minutos.

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Sobre la firma

Javier Ocaña
Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.

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