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Comic-Con abre su cueva de las maravillas

Miles de asistentes inundan San Diego para ver a los divos de Hollywood y descubrir los nuevos filmes de Marvel, Dc Comics o Netflix

Asistentes a la Comic-Con de San Diego.
Asistentes a la Comic-Con de San Diego.Sandy Huffaker (AFP)

Lo de Cómic queda solo en el nombre: muy pocas de las 160.000 personas que se esperan en estos cuatro días saben quién ilustra el catálogo de la convención. Se trata de Jack Kirby, el padre de Capitán América o Thor cuando eran héroes de papel, el maestro del cómic del que este año se cumple el primer centenario. Tampoco conocen a Will Eisner, el padre de The Spirit, también maestro centenario del cómic y sin embargo otro olvidado entre aquellos que se disfrazan con sus personajes en esta convención y que han hecho del género de los superhéroes la vaca dorada de Hollywood. Porque San Diego se convirtió un año más en la capital de lo friki, sus calles inundadas por cientos de miles de aficionados a todo lo que es cultura popular que tomaron al asalto el centro de convenciones de la ciudad con la celebración de una nueva edición de la Comic-Con. Y, frente a las leyendas del tebeo, prefieren hacer cola para ver a sus héroes de carne y hueso, a los Robert Downey Jr., los Chris Hemsworth, Chris Evans o Gal Gadot, las últimas deidades encumbradas en esta convención gracias a los personajes salidos del cómic a los que dan vida en las pantallas.

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El lugar de culto no es otro que el famoso Hall H, un hangar cavernoso lleno con unas 6.500 sillas plegables y cerca de medio centenar de pantallas de alta definición donde los estudios se apresuran a alimentar a sus fans con lo último de su cosecha y la esperanza de que el fervor de los aficionados encumbre sus películas como hicieron hace una década con Iron Man.

Este año los estudios Marvel se han reservado este trampolín del marketing cinematográfico para sus dos últimas apuestas: Thor: Ragnarok y Black Panther. Esta última cinta es una buena muestra de la transformación vivida en la convención y en la industria. Porque si en algún momento ser friki equivalía a ser hombre y admirar héroes no solo varones sino blancos, las tornas están cambiando. Black Panther se suma a Luke Cage y a Black Lightning en el universo de los superhéroes negros que se han abierto camino primero en la cultura popular y ahora en el cine y la televisión. Como declaró en este mismo Hall el productor de Luke Cage, Cheo Hodari Coker, “el mundo está preparado para un héroe negro a prueba de balas”. Y los aficionados así lo han corroborado.

El éxito de Luke Cage en Netflix viene seguido de la presentación de la primera temporada de Black Lightning y de Black Panther, el primer filme de estudio centrado en un superhéroe negro tras años en los que la diversidad racial ha estado relegada en el mejor de los casos a papeles secundarios. Otra muestra de diversidad es la presencia en la Comic-Con de Humberto Herrera, autor mexicano que en los últimos años ha dado vida de papel y lápiz a Spider-Man, el superhéroe del momento tras el éxito de su última película, Spider-Man: Homecoming.

El reconocimiento a la diversidad, en este caso de género, también queda clara en los pasillos de la convención, donde entre princesas de Disney, guardias de asalto de La guerra de las galaxias o escoceses despechugados haciendo sonar sus gaitas para promocionar la serie Outlander las mujeres de vestidas de Wonder Woman, de todas las razas y edades, hicieron de esta heroína, que ya cuenta con su propia Barbie, la mujer más deseada. No la única, a juzgar por la expectación que existe ante la presentación que hará la verdadera Charlize Theron de su última producción, Atómica, otra muestra del poder de las mujeres en esta convención.

“Cada año es más loco pasearse por una convención con 50 Tormentas a la vista”, reconoció a EL PAÍS Halle Berry, mujer, negra y estrella que en 2000 le dio vida a este personaje, parte de los X-Men que nunca perdió vigencia. “Yo creo que mi primer Comic-Con fue en los setenta, con el primer Tron y no tenía nada que ver con esto”, añadió Jeff Bridges, algo abrumado ante la masiva respuesta a la presentación de su próximo largometraje, también basado en un cómic como es el caso de Kingsman: The Golden Circle. “Pero lo que no ha cambiado es que si quieres vender algo así, nada mejor que mostrárselo aquí a estos chicos y chicas enamorados de este género”, afirmó.

Un mundo que en esta edición vuelve a estar dominado por la televisión con la ausencia de estudios como Universal o Paramount en el idolatrado Hall H, donde las presentaciones son demasiado costosas como para arriesgarse a no cautivar a los fans. Warner Bros. pondrá toda la carne en el asador apostando por las primeras imágenes de La Liga de la Justicia, con el ídolo de la Comic-Con Joss Whedon encargado de darle los últimos toques a la esperada cinta de Zack Snyder que el realizador decidió abandonar tras el suicidio de su hija. Y Ready Player One, el próximo estreno de Steven Spielberg, también de Warner, que transportará a sus protagonistas a otra dimensión como lo intentan muchos de los displays en esta convención donde queda claro que la realidad virtual es la próxima frontera en el entretenimiento friki. Mientras, para los que todavía se interesan en los cómics analógicos, bidimensionales y hechos con papel, tinta y sudos, dos obras españolas se encuentran entre las candidatas al Eisner, el máximo galardón de esta cita en la que todavía hay tebeos. Se trata de Universe, la obra de Monteys candidata como mejor web comic, y Spanish Fever: Stories by the New Spanish Cartoonists, de Santiago García que defiende la candidatura a mejor antología.

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