La argentina ‘Paulina’ recibe tres premios
La película de Santiago Mitre gana Juventud, Horizontes Latinos y Otra mirada
Era imposible conseguir más premios: la argentina ‘Paulina (La patota)’, de Santiago Mitre, se proyectaba en San Sebastián dentro de la sección Horizontes Latinos. No solo ha ganado en este prestigioso apartado, que este año rebosaba de buen cine tras la impresionante cosecha latinoamericana de 2015, sino que también ha obtenido el Premio de la Juventud y el Premio Otra mirada, para películas que giren alrededor del universo femenino. Es decir, tres de tres. Como le ocurrió en Cannes, donde ganó el galardón de mejor película de la Semana de la Crítica y la crítica internacional le dio el premio al mejor filme de todas las secciones paralelas.
Y eso con un trabajo de encargo. A Mitre (Buenos Aires, 1980) le llegó la propuesta de versionar ‘La patota’ original, la dirigida por Daniel Tinayre en 1960, y pronto entendió que allí había algo cercano a su cine anterior, como ‘El estudiante’: “Cuando empecé la reescritura, entendí que tenía que abordarlo desde un punto de vista político. Paulina se agarra a sus convicciones para poder sobrevivir a lo que le pasa, pero llevado a un límite problemático. El espectador la acompaña pero no logra entenderla siempre. Es una película en la que uno está a menudo en desacuerdo con sus protagonista”. Porque esa chica, Paulina, renuncia a una brillante carrera en la abogacía para ir a dar clases a un pueblo remoto argentino, donde la violará una banda de chicos, algunos alumnos suyos. A su director le gustan las películas “que no dan todo resuelto, que empujan al espectador a completarlas a la salida del cine”.
A Mitre se le hace “raro” haber competido, primero, y derrotado, después, “a la mejor cosecha latinoamericana de los últimos años”. A su lado, Dolores Fonzi, que construye férreamente Paulina. “Santiago no me dejó ver la película original, así que no llevé esa carga extra”. “Es que es un clásico poco conocido”, otorga Mitre, “y la hemos reescrito mucho. Me pareció valiente, transgresora, y que se podía traer a esta época porque la situación social sigue igual”. En su final, ‘Paulina’ esconde un plano mágico, un momento ‘Michael Clayton’ en el que Fonzi desarma al espectador. “Surgió de repente, Santiago decidió filmarlo a mitad de rodaje y yo sencillamente hice lo mejor que pude y tuve cuidado en las marcas y en no tropezarme”. Pura magia del cine.
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