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Entrevista:Premio de Honor del certamen | Sevilla Festival de Cine Europeo

"Mi ignorancia es enciclopédica"

Fernando Trueba (Madrid, 1955) es parlanchín y accesible pero siempre sintió envidia de Rafael Azcona, su amigo y fiel guionista, quien hasta su fallecimiento el pasado año fue alérgico a las apariciones públicas. El cineasta y productor, sin embargo, sabe que tiene que transigir. Se lo debe a sus seguidores. Así que con elmejor talante acudirá al homenaje que le rinde el Festival de Cine Europeo de Sevilla el 13 de noviembre. Además, el certamen exhibirá cinco de sus 12 largos, incluido El baile de la victoria, protagonizada por Ricardo Darín. Con este último trabajo Trueba, que acaba de producir el disco de Niño Josele, pretende colarse entre los cinco títulos candidatos al Oscar a Mejor Película Extranjera de 2010. Hace 16 años ganó la estatuilla con Belle epoque, pero prefiere no hacer cábalas. La entrevista tiene lugar en la librería de su hermano Antonio y punto de encuentro de la extensa familia. Son las doce de la mañana pero por el local asoman casualmente su hermano David y José Luis García Sánchez.

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Pregunta. ¿Por qué es tan reacio a los festivales?

Respuesta. No me pueden gustar. No me parece la forma más divertida de ver cine. A una película hay que ir con tu pareja, con amigos... Es una locura, tantas películas, muchas a las ocho y media de la mañana... Prefiero que sean amedia noche. Cuando trabajaba de crítico de EL PAÍS (1977-1979) me quedaba dormido en los pases, incluso con las buenas, y tenía que volverlas a ver para poder escribir.

P. Sin embargo, manifestó su alegría por la acogida que había tenido entre el público El baile en el Festival de San Sebastián. R. Sí, fue muy bien. Espero que en Sevilla ocurra lo mismo. También gustó en los pases que hemos tenido que hacer para las candidaturas a los Oscars. A ver que pasa en el estreno el 27 de noviembre.

P. ¿Tiene esperanzas en alzarse con su segundo Oscar?

R. No lo pienso. Yo pospongo los problemas. Lo que no es esta mañana no existe. Aún no tenemos distribuidora en Estados Unidos. Son muy proteccionistas y son pocas las películas extranjeras que llegan allí.

P. Y más, imagino, con la crisis. ¿La está sufriendo?

R. Sí, cómo no, pero nadie me obliga a hacer cine. No me quejo. Es mi pasión.

P. Un homenaje como el de Sevilla suena a despedida. ¿Le queda mucho por contar?

R. Como decía Julio Camba de sí mismo: "Yo que poseo una ignorancia enciclopédica". Cada vez me doy más cuenta de que no sé de nada. De literatura inglesa, china, griega... Me gustaría ser un erudito en 30 idiomas.

P. ¿Por eso no ha rodado en otro idioma desde Two Much?

R. No, la próxima El artista y la modelo, que he escrito con Jean Claude Carrière, es en francés. Una historia entre un hombre al final de su vida y una mujer al inicio.

P. Le gusta por lo que se ve la diferencia generacional. También habla de ella en El baile.

R. Yo siempre he tenido amigos mucho mayores. Ya con 19 años tenía amistades de 50. Para mí era un placer ver a Billy Wilder en Estados Unidos. O Bebo Baldés, que tiene 91 años, y me llamó ayer desde Estocolmo ¡con una alegría en la voz maravillosa! O conversar con Eli Wallach, que con 95 años actúa en las últimas películas de Polanski y Oliver Stone. Te cuentan cosas que no ha vivido tu generación.

P. ¿De los directores contemporáneos, pues, hay poco que aprender?

R. ¿Por qué no? El lenguaje se está enriqueciendo. Hay que conservar lo viejo y asimilar lo nuevo. La nouvelle vague fue innovadora en lenguaje y temas... pero no olvidaba los clásicos. A veces encuentras algo interesante en una película que no te está gustando. Si te crees que lo sabes todo la has cagado. Con Azcona a lo mejor pasábamos meses hablando y, de repente, un día sacaba una libreta, apuntaba y decía: ¡Ya sé que película quieres hacer! Todos los días pienso que va a aparecer, con su ironía... P. Cuando actúa de productor su mirada cambia.

R. En las 18 películas que he producido mi mente es más de director que de productor. Me veo como una figura que aporta, que intenta dar ideas y poner los mejores medios. El productor de antes ya no existe. Las compañías quieren gente que obedezca a los ejecutivos, que esté al servicio del poder.

P. ¿Por eso usted no supervisa los rodajes?

R. Yo me paso un día de visita. A nadie le gusta trabajar con alguien pegado a su hombro.

P. Pero es imposible olvidar que se está jugando los cuartos.

R. Nunca he pensado en el dinero, con independencia de si lo he tenido o no. En cada película pregunto unas 500 veces cuánto ha costado. No lo registro. Me pasa también con el cine. Voy dos o tres veces a la semana y no sé a cuanto está una entrada. He llegado a trabajar sin saber si cobraría.

P. ¿Por eso no reparó en gastos en El baile? Once semanas de rodaje es algo excepcional.

R. De una película lo que más cuesta es el tiempo y yo siempre he peleado por tener mucho. El tiempo es lo que te permite hacer la película que quieres.

P. ¿Ha sido una producción más complicada que la de Two Much, de la que salió escaldado?

R. Two Much era una comedia con escenas fáciles, la complicación era rodar en América. Y en El baile, en cambio, todo han sido dificultades, pero he disfrutadomucho. Era una historia larga y cuando no había un cóndor volando, había un caballo por Santiago, escenas de baile...

P. ¿Hubiese sabido rodar El baile hace 40 años cuando empezó en el cine?

R. No. Pero no sólo por la técnica, que no es lo más difícil. Hay que saber poner las texturas, el corazón. Hay veces que tenemos sueños que no sabemos fabricar. Y eso lo da la sabiduría.

P. Dice el novelista Antonio Skármeta, coguionista de El baile junto con usted y su hijo Jonás Trueba, que es un largo sobre todo poético. ¿Con el paso de los años su cine se ha dulcificado?

R. No sé si dulcificado, pero desde luego aprendes a no reprimirte. Pierdes el pudor malo infantil y no te importa hablar de sentimientos. Antonio me ayudó mucho a ambientarme. Llegué a Santiago de Chile a las cinco de la mañana y me estaba esperando en el aeropuerto. Yo alucinado. Me preguntó: "¿Estás cansado del viaje? Me gustaría que vieses las caballerizas al amanecer". Y se lo agradecí mucho. A las siete de la mañana tienen una luz muy especial, están allí los jockeys...

P. Ha estado siete años sin dirigir. Es una eternidad.

R. Soy muy egoísta y en estos años he escrito cuatro guiones y todos para mí. Ya no escribo para otros. Dos ya los he rodado: El baile y Chico & Rita.

P. ¿Asustado con su primera incursión en la animación?

R. No. Surgió de una manera muy natural. Mariscal me dijo: "Memoriré sin haber hecho una película. Ya se han hecho muchasmuymalas y no quiero contribuir con una más. No me gustan las historias que me han ofrecido. Y claro, no te vas a poner tú a hacer el guión". Y le respondí que sí. Empezamos Chico & Rita por lo que más nos une: el jazz. Estará terminada para abril, ahora cuando la estrenen...

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