Bocadillo de chocobanana
Ya es tarde para la operación bikini. Lo sabemos, y además no creemos en ella. Por eso proponemos esta receta, que rinde culto al chocolate, la galleta y el plátano. Sin remilgos, pero también sin comerse medio kilo.
Ya es tarde para la operación bikini. Lo sabemos, y además no creemos en ella. Por eso proponemos esta receta, que rinde culto al chocolate, la galleta y el plátano. Sin remilgos, pero también sin comerse medio kilo.
La mezcla secreta del Coronel Sanders ya no lo es tanto desde que alguien la encontró apuntada en un cuaderno antiguo. Para que no nos acusen de plagio, la usamos para rebozar bacalao y meterlo en un delicioso bocata.
Dos pescados azules y sostenibles sometidos a un sorprendente proceso que nos regalan dos texturas diferentes en un mismo plato. Unas lentejas bien aliñadas sirven como base al festín.
No hay nada tan básico como una pizza Margarita, pero también puede ser una auténtica delicia si te lo curras con los ingredientes. Pocos, pero bien escogidos: ahí va la esencia de la cocina italiana.
Unas tortitas de origen suizo algo aligeradas gracias a la mezcla de patata y zanahoria. En lugar de freírlas en manteca, las hacemos a la sartén con un poco de aceite: todo el sabor, menos empapuce.
Hay un plato típico de la costa levantina que hace referencia a una ‘fideuada’ –una gran cantidad de fideos– hecho con marisco y pescado. Esta nada canónica versión, en cambio, usa las setas como acompañamiento.
Pasta, pescado azul y el toque cítrico y fresco del limón, todo envuelto por una salsa cremosa de yema de huevo, tomate seco y ajo confitado: si no estás salivando ya, lo tuyo es bastante grave.
Si tu placer inconfesable es la salsa agridulce de los restaurantes chinos, te va a encantar el toque de esta calabaza marinada con verduras, que para rematar también incorpora un toque picante.
Al plato, en un buen panecillo con extra de queso, en táper para comer en el trabajo o para una barbacoa con amigos: esta hamburguesa vegetal está tan buena que ni el más carnaca podrá resistirse.
Un homenaje al Ferrero Rocher hecho con chocolate de verdad y frutos secos, acompañado de una salsa de queso dulce. Los de la mansión del embajador se van a poner verdes de envidia.
¿Harto de aburridas ensaladas? ¿Cansado de pensar qué narices puedes hacer con arroz integral? Aquí te proponemos una manera divertida, innovadora y muy colorida de prepararlo.
Gracias al pimentón de la Vera y a unas butifarras o longanizas, le damos un giro local y rápido a un plato húngaro y lento. Si la globalización era esto, bienvenida sea.
¿Tienes ganas de un puchero reconfortante pero no puedes esperar dos horas a que se hagan las judías? Con unas de bote, pimentón y una base vegetal lo tienes. Para rematar, aguacate y cilantro.
Se alejan las fechas de la Castañada, del Magosto, de Todos los Santos y de Halloween, pero el boniato tiene pensado quedarse todo lo que dure el frío. Hoy, nos lo comemos en forma de ensalada.
Los miembros más humildes de la familia de los bivalvos vuelven a protagonizar una receta sencilla y a la vez exótica. Con solo cuatro ingredientes y tres normas a seguir, el triunfo está asegurado.
Sobre puré de patata o cremosa polenta, metidas entre dos trozos de pan y con salsa de tomate o de yogur, estas albóndigas te conquistarán gracias a su jugosidad y el punto imbatible del parmesano.
En nuestro empeño por hacer revisiones falsas o trampantojos de recetas tradicionales, ya estábamos tardando en meterle mano a un clásico de la cocina. Steak tartar, ha llegado tu hora.
Los higos están en plena temporada. Simula que eres un gran chef juntándolos con dos ingredientes salados que harán brillar su dulzor con el mínimo esfuerzo.
Descubre, con ayuda del horno, que la coliflor no es la verdura blandurria que te servía tu madre de pequeño. De paso, invítala a comer y descúbrele las bondades de la cocción corta.
El yogur ablanda la carne del pollo y además facilita que el sabor y aroma de las especias se fundan en ella: si lo dice Harold McGee, hay que probarlo cuanto antes.
Una bolsa de fideos chinos puede ser una buena base sobre la que improvisar una sopa sabrosa con algún aderezo, hortalizas y un poco de pollo. Un placer –ya no tan– culpable, listo para la cena en minutos.
Coger los mejores ingredientes del vermut y convertirlos en un bocadillo viene a ser como componer 'God Save the Queen': la idea que nos hubiera gustado tener a todos pero que, desgraciadamente, se han llevado otros.
Con esta sencilla técnica de cocción conseguiremos un arroz suelto, al punto y con todo el sabor del caldo. El rape y los langostinos son sustituibles en función de lo que ofrezcan la pescadería y la temporada.
Las conservas vuelven a situarse como las reinas de la cocina rápida de calidad. Esta vez en versión vegetariana y en forma de paté, con las alcachofas como protagonistas y unos dátiles de secundarios.
Si coges un montón de frutas tropicales y las tratas como si fueran hortalizas, consigues una ensalada campeona que puedes servir como primer o segundo plato. Añade unos langostinos, no te arrepentirás.
Picar, formar y a la sartén: hacer una hamburguesa casera no tiene más complicación, y sí muchas ventajas. Con solo un cuchillo y unos cuantos aderezos asiáticos puedes marcarte una de bonito tan buena como esta.
El ajo negro se convierte en protagonista de una nueva versión de la clásica sopa fría. Pero esta es apta para ajofóbicos y compatible con despachos compartidos, besos con lengua y vida social en general.
Pasta parece, calabacín es: unos 'calabaguetis' fríos con un pesto ligero que te reconciliarán con la mandolina y te harán descubrir una nueva manera de zampar verdura perfecta para el verano.
Fresca, cremosa, crujiente y bien aliñada: esta ensalada de legumbres, que se puede convertir en bocata cual Transformer, es una apuesta segura para los meses de calor.