El ideólogo y la tecnócrata
Este es el tiempo de los capacitados para resolver los problemas, no el de los que enredan
Es Catedrático de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid y miembro de número de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.
Este es el tiempo de los capacitados para resolver los problemas, no el de los que enredan
Lo que se nos viene encima es de tal dimensión que azuzar las pasiones divisivas y polarizadoras es la mejor garantía para el fracaso de todos
Esta es una oportunidad única para romper la dinámica política; no aprovecharla es ya un fracaso en sí mismo
Este virus está actuando como una llamada de atención sobre algunas de las disfunciones del sistema político
En lo que respecta a la política y los políticos, la historiografía la que acabará haciendo su propia criba respecto lo que merece ser rescatado
Los grandes fracasados en esta crisis están siendo los “hombres fuertes”, los machos populistas y todos los que emprenden la lucha contra el virus como una confrontación bélica
Después del debate del pasado jueves en el Congreso ha quedado claro que estamos librando dos guerras, la guerra contra el virus y la de los políticos entre sí
La peor distopía es que todo siga igual, que sigamos valiéndonos de la retórica política y los tics de siempre para abordar una situación excepcional
Hay actitudes esperanzadoras de políticos que nos muestran que otra política es posible y que hay bienes que están por encima de coyunturales intereses de partido. No todo está perdido
La democracia no es disfuncional para combatir este tipo de situaciones; lo que sí lo es una determinada forma de ejercerla, aquella en la que domina el modelo de política adversaria
En situaciones de urgencia es importante el civismo y, de modo correlativo, el liderazgo. Es imperativo saber que hay alguien al timón que adopta las decisiones pensando en ese otro intangible, el bien común
Precisamente porque afectaba a los más vulnerables era por lo que deberíamos haber exigido la aplicación de medidas radicales, fueran cuales fueran sus consecuencias
Este debilitamiento del centro político coincide con la creciente erosión de la dimensión liberal de la democracia
La derecha debería comenzar a cambiar de registro, no solo de identidad nacional vive el hombre. Y la izquierda, por su parte, debería ser menos imprevisible y líquida
La primera debería ser la política normal mientras que la segunda tiene las patas cortas y un enfoque miope, su capacidad transformadora es mínima
Ha dejado de haber acuerdo sobre los principios encargados de regular los desacuerdos. Así no hay forma de mediar en el pluralismo de valores
Aun en el caso de que lo único que motivara a Sánchez a reunirse con Torra fuera mantenerse en el poder, su maquiavélico interés personal coincide con el interés general
¿A qué estamos esperando para hacer un debate nacional como el que organizó Macron en Francia aquí también? No todo es Cataluña ni la fanfarria en que hemos convertido la política del día a día
Lo importante es mantener la sobreactuación de la discordia. En España no se hace política, se hace la guerra
Lo estremecedor de los desastres ecológicos es que no acaban de dar la cara; es decir, que son “catástrofes sin acontecimiento”
Las historias sobre el temor al porvenir ejercen un gran poder de atracción. Pero no debemos quedarnos paralizados, sino reenfocar el mito del progreso. ¿Por qué no podemos creer en un futuro mejor?
Las censuras familiares hoy carecen de eficacia, a menos que deseen privarles también del acceso a internet o la televisión
Camus decía que toda generación se cree destinada a rehacer el mundo. Y, añadía, “la mía consiste en impedir que el mundo se deshaga”
Sánchez ha calificado esta legislatura como la del diálogo territorial. Ojalá sirva para algo, aunque visto lo visto, se acabará imponiendo el cainismo
Llevamos ya un buen rato en el que todos nos oponemos a todos. Y así ni se gobierna ni se hace oposición. Lo llaman vetocracia
El objetivo del Rey ha sido subir la moral a un país sumido en el desánimo, desconcertado, escéptico y rasgado por fuertes divisiones políticas
Ya no hay fuentes de autoridad, el ciclón populista se expande sin control
A pesar de sus muchísimas diferencias, hay algo que España comparte con el Estado hebreo a saber, esa misión redentora que tienen algunas fuerzas políticas respecto a su propio papel
El nuevo Congreso tiene, no ya la obligación, sino la responsabilidad histórica de constituir un Gobierno estable que represente a una mayoría amplia en condiciones de gobernar
La gran cuestión es si hoy, en este mundo tecnológico tan propenso a las salidas populistas, podemos sumar los necesarios consensos para reformar la Carta Magna
Nos faltan actores que representen el interés general. Protagonistas de verdad, los que encarnen al héroe
Asistimos a un nuevo desgarro de lo que pensábamos que eran conquistas asentadas
La gente no es boba; quiere que le presenten los problemas en toda su crudeza y se reconozcan los errores
La gente no quiere que se la movilice en contra de nadie, quiere que se le resuelvan sus problemas
Una campaña planteada como choque de identidades nacionales solo puede beneficiar a la derecha
Nadie puede dejar de lamentar la pérdida de una de esas voces que nos ayudaban a orientarnos en un mundo como éste de la política
La otra parte de Cataluña, la que le sigue siendo leal, es la que está siendo silenciada
Vivimos en la época del posliderazgo. Los líderes se dejan llevar por las emociones que ellos mismos desatan y que luego son incapaces de administrar
Conducir con el espejo retrovisor, ignorar la carretera que tenemos por delante, es el mejor medio para acabar estrellados
Si la aspiración de Más País es convertirse en un partido de ámbito nacional que sirva para algo más que para facilitar los gobiernos del PSOE debe de pensar en grande.Ya desde el principio