DjMariio, creador de contenido: “Streamers’ y televisión no estamos obligados a entendernos. Son códigos distintos”

El 13 de junio de 2019, el Real Madrid presentaba ante su afición a Eden Hazard, el fichaje más caro de la historia del club. Sin embargo, en el momento en que el jugador se preparaba para saltar al terreno de juego, cientos de periodistas acreditados miraban confundidos hacia la grada: cerca del córner, un joven que iba grabándose con el móvil, corría hacia la masa provocando un cántico: “¡Mario, sube El camino!”. Cuatro años después, Hazard y el Real Madrid han llegado a un acuerdo para la rescisión de su contrato y Mario Alonso Gallardo (32 años), más conocido como DjMariio, es uno de los youtubers deportivos de mayor impacto global. El camino, uno de los modos del videojuego FIFA, le acabó haciendo tremendamente popular a partir de una dieta estricta de publicación en la plataforma de Google: “Era despertarse y jugar, grabarlo, editar durante horas, subirlo y rezar para que no se colgara y, al acabar, más horas de directo de Ultimate Team [otro modo del juego]”. Llevaba años subiendo vídeos, pero de 2014 a 2019 esa dedicación pasó a ser diaria.

Hasta aquel verano de Hazard, cuando la atención de miles de jóvenes en el Bernabéu se giró hacia un youtuber al que llevaban años siguiendo, DjMariio trabajaba solo y en casa. Cuatro años después, “han cambiado mucho las cosas”, pero no todas: dirige un pequeño equipo de trabajo, sus canales se han multiplicado más allá de Google y hasta ha dado el pregón en su pueblo, Móstoles. Allí sigue viviendo, yendo al gimnasio por la mañana y a comer con su madre a mediodía. Mientras, se ha convertido en un medio de comunicación en sí mismo, capaz de captar entrevistas con Pep Guardiola o retos junto a Cristiano Ronaldo, y es el fundador de uno de los tres hitos de la creación de contenido en España que los medios tradicionales están casi obligados a cubrir: la Kings y la Queens League (en la que es presidente de un club), La Velada del Año y El Partidazo de YouTubers, cuya cuarta edición se disputa este sábado en el estadio Ciutat de València. Por allí desfilarán 40 de los principales streamers en español (Ibai Llanos, TheGrefg, Coscu) para enfrentar por primera vez a los destacados españoles contra sus homónimos latinoamericanos. En definitiva, una suma de públicos llamada batir su récord de audiencia en un evento producido de forma independiente.

Pregunta. A diferencia de muchos de los streamers que participan este sábado en el Partidazo de YouTubers, usted sigue empeñado en dos cosas: vivir en su pueblo, Móstoles, y no mudarse a Twitch. ¿Por qué?

Respuesta. Lo de Móstoles es una decisión vital. Por familia, por amigos, por tener el Bernabéu a tiro de piedra, por jugar con mi padre los jueves a fútbol, por comer con mi madre todos los días…

P. ¿Va a comer a casa de su madre a diario?

R. Sí, voy al gimnasio antes y como con ella. Es el mayor lujo cotidiano. Soy muy feliz también por haber permitido económicamente que ella dejara de trabajar.

P. Y le preguntaba por su empecinamiento con YouTube. En el confinamiento, Twitch se convirtió en la plataforma hegemónica para directos online. ¿Por qué?

R. Me gusta la plataforma y me siento querido. Hacía directos en YouTube años antes de que Twitch explotara. He trabajado para otros, como Mixer, también tengo Twitch, pero YouTube es mi casa. Hay algo de éxito en esa fidelidad, en cuidar tu ventana, en creer en ello porque, además, la gente se olvida, pero funciona estupendamente y sigue siendo un motor de búsqueda enorme.

Me gusta YouTube y me siento querido, es mi casa. Hay algo de éxito en esa fidelidad, en cuidar tu ventana; la gente se olvida, pero funciona estupendamente y sigue siendo un motor de búsqueda enorme

P. El cuarto Partidazo enfrentará por primera vez a los principales streamers españoles contra los latinoamericanos en un cruce de audiencias que podría ser de récord. ¿Le obsesionan las cifras? ¿Es ambicioso?

R. Es una gran oportunidad. Normalmente, para nosotros, la mitad de nuestra audiencia es de Latinoamérica. Pero no me obsesiono con eso. Contra Francia [tercera edición] superamos los 600.000 espectadores. El Partidazo nos tiene mal acostumbrados a más entradas vendidas en el campo, más audiencia en directo… Soy ambicioso con el impacto, sí, pero no lo soy con el rendimiento económico, por ejemplo. En eso ya veo que no soy el más listo.

P. ¿Tienen tan buena relación como parece entre los streamers españoles?

R. Tenemos nuestras diferencias y siempre hay salseo, aunque yo me llevo bien con todos. Pero, por ejemplo, elxokas se mete con todo, puede coger una frase fuera de contexto y, efectivamente, se lía más de lo que parece. Y luego se pueden cruzar otros seguidores, por ejemplo, de Latinoamérica, unos contra otros… a veces se han liado algunas que flipas.

P. Además de en La Velada del Año, impulsada por Ibai Llanos, y El Partidazo de YouTubers, la mayoría de ustedes está implicado al máximo nivel en la Kings y la Queens League. ¿Qué ha supuesto para usted?

R. A mí me ha venido como anillo al dedo. Ha sido aire fresco para mi canal, que ya está nutrido de gente a la que le gustan los videojuegos y el fútbol. Pero necesitaba pasar página de FIFA, añadir otros contenidos. A seguidores de Ibai o TheGrefg les puede gustar más o menos, pueden coincidir o no, pero en mi caso ha sido oxígeno.

P. Han llenado el Camp Nou, han puesto a jugar a Pirlo, Ronaldinho o Shevchenko y, sobre todo, han congregado unas audiencias relevantes. ¿Esperaban conseguir tanto?

R. Ni por asomo. No en la primera edición. Medias de 80.000 o 100.000 espectadores, solo en mi canal. Cualquier partido con medio millón de espectadores…

P. Incluso, han vendido derechos a Mediaset, pero no ha funcionado. Pese al interés por parte de la televisión en contar con ustedes, la participación de youtubers y streamers sigue sin dar resultados. ¿Están llamados a no entenderse?

R. Cuando veo a youtubers en la tele… no sé, no funciona. Y meter la Kings League en Cuatro es interesante por captar una audiencia de más de 40 o 50 años que, de repente, ve jugar de nuevo a Kun Agüero, Iker Casillas o Piqué y le dedica un rato. ¿Pero esa persona va a ir luego a Twitch o a YouTube? Tengo mis dudas. Y es que a lo mejor no tenemos por qué funcionar en la otra pantalla, no estamos obligados a entendernos. Tenemos códigos distintos.

P. Y los ritmos, del frenético scroll de TikTok a partidos que duran más dos horas. ¿Cómo percibe usted esa distancia entre estos dos ámbitos del entretenimiento?

R. En casa soy el mayor, el pesado del fútbol clásico [partidos de dos horas], pero me doy cuenta de que, con mi hermano de 15 años, aunque lo intento con él, no funciona. Y a mí me pasa lo mismo después de ver varios partidos seguidos de la Kings League... son lenguajes distintos

P. La Kings League ha extendido el concepto de entretenimiento en torno al fútbol, pero está lejos de ser la única alternativa. Se ha anunciado la EPG World Cup, un Mundial de veteranos que se disputará en diciembre. ¿El fútbol profesional puede acabar contagiándose de estas alternativas para actualizar su espectáculo?

R. En los últimos meses, han cambiado algunas cosas. Por ejemplo, hemos llenado el Camp Nou. La Kings League capta a sus jugadores en Cataluña y nos consta que hay estadios modestos que nunca habían tenido gradas llenas porque ahora van a ver a jugadores que han pasado por nuestra liga. Puede haber cierto contagio, como, por ejemplo, que los árbitros lleven micro. No habrá una carta [tarjetas con instrucciones para los partidos creadas por la Kings League] para que un presidente baje a tirar un penalti, pero, ¿y que los entrenadores pidan el VAR? Hay pequeños detalles, propios de la Kings, de la retransmisión que… ¿por qué no?

En casa soy el mayor, el pesado del fútbol clásico [partidos de dos horas], pero me doy cuenta de que, con mi hermano de 15 años, aunque lo intento con él, no funciona. Y a mí me pasa lo mismo después de ver varios partidos seguidos de la Kings League... son lenguajes distintos

P. De jugar al Pro Evolution Soccer a, de alguna manera, influir en el deporte que le apasiona. A menudo la gente le percibe como un youtuber de éxito, pero hace 17 años desde que subió su primer video. ¿Cómo ha sido este largo trayecto?

R. Era mi hobby, sin más. En 2006 subía videos pegando cachitos de Los Simpsons. Obviamente, me lo tumbaron por tema de derechos. En 2010, todo era por las risas. Subía videos de Call of Duty, de Pro Evolution Soccer. Hay una larga travesía que dura años. Videos con 100 visionados, flipar con tener 2.000 suscriptores. El momento más importante llega cuando hacemos una pequeña reforma en casa y he de pasar un tiempo en la de mi abuela. Entonces descubro que en su calle han instalado fibra óptica, la contratamos y, ahí sí, cambia todo.

P. Y todo empezó jugando con su padre a Sonic. ¿Qué echa de menos de los videojuegos antes de que se conectaran a internet?

R. Pues, básicamente, que no había bugs [errores]. Ahora con las actualizaciones, ya es una dinámica que, si hay algún problema, se resuelve. Pero antes había algo increíble en el hecho de que con el videojuego accedías a algo perfecto, que funcionaba en todo momento, tan bien pensado: The Legend of Zelda: Ocarina of Time o Metal Gear Solid, pienso en juegos así y es como si fueran obras de arte, sin fallos, todo en su sitio.

P. A diferencia de no pocos de sus compañeros, es una persona extrovertida y social, a la que le gusta estar en la calle. ¿Cómo es la relación con sus seguidores?

R. Lo único complicado es estar de fiesta con mis amigos y no poder movernos. A veces parece un meet and greet y sufro por cortarles el rollo a ellos. A mí la gente me trata bien y no tengo problema, pero me sabe mal por la gente que pueda venir conmigo.

P. Algunos de esos jóvenes que hoy le piden fotos le siguen desde que eran niños. Alguno de ellos, tan famoso como Carlos Alcaraz.

R. Sí, o Bizarrap o Quevedo. Hay gente que me dice, te sigo desde que tenía 12 años, te sigo desde que tenía 15 años. Es extraño y, sobre todo, es difícil poder devolver todo ese cariño.

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