Más de 850.000 personas mayores de 80 años viven solas en España
El 53,1% de los jóvenes de 25 a 29 años sigue viviendo con sus padres, según datos del INE de 2018
España ha rebasado el umbral de los dos millones de mayores de 65 años que viven solos en España. Son casi la mitad de los 4,7 millones de hogares unipersonales, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) publicados este martes, correspondientes a 2018. De ellos, más de 850.000 tienen 80 o más años y la gran mayoría son mujeres: 662.000. “La vejez es femenina”, cuenta Antonio Abellán, demógrafo del Departamento de Población del CSIC y experto en envejecimiento. Si bien los datos muestran que las tendencias entre tramos de edad no han variado significativamente entre 2013 y 2018 —los años para los que hay datos—, sí ponen de manifiesto la crisis demográfica que afronta España. Unos 112.000 mayores de 80 sin compañía más que en 2013. Más viejos y más solos.
Los datos de la Encuesta Continua de Hogares del INE también permiten apreciar la disminución de jóvenes que viven solos. El año pasado, unas 482.000 personas de 25 a 34 años no compartían vivienda, frente a las 616.300 de hace seis años. Entre los 25 y los 29 años, la cifra pasó de 224.300 a 167.600 en el mismo periodo: el 8% de quienes pertenecían a este tramo de edad frente al 6,7%. La encuesta del INE revela también que el 53,1% de estos jóvenes seguían en la casa familiar (en 2013 eran el 48,5%).
“No nos debemos acostumbrar a esta cifra. Sería un escándalo en países escandinavos. Es casi un récord mundial de jóvenes viviendo con algún progenitor. Y no parece que vaya a menos. La crisis se notó en el desempleo, pero ahora que se recuperan los niveles de trabajo, vemos que los datos no mejoran. La precariedad no ha dejado de crecer”, explica Albert Esteve, director del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad Autónoma de Barcelona. “Que el número medio de integrantes de los hogares permanezca más o menos estable alrededor de 2,5 personas se debe, en parte, a que muchos hijos mayores siguen en la vivienda familiar. Esto afecta también a la fecundidad. La vida en pareja se inicia más tarde y la llegada de los hijos se demora”, continúa.
Es decir, que cada vez menos jóvenes pueden independizarse, mientras aumenta el número de mayores en hogares unipersonales. Los expertos insisten en que es preciso diferenciar entre la soledad elegida y la no deseada. “Venimos de una sociedad en que era una obligación asumida por los hijos atender a los mayores. Y ahora choca con el deseo de independencia de los padres, que se va acentuando con los años”, prosigue Abellán. Y los avances tecnológicos facilitan que los ancianos puedan seguir en casa. “Si hay un desarrollo de los servicios de atención a domicilio y las viviendas están adaptadas se gana en autonomía”, continúa.
“La vida en solitario seguirá creciendo. Pese a que los matrimonios no acaban tanto por defunción, dado que la esperanza de vida de los hombres ha aumentado, sí hay personas que ingresan en la jubilación tras años de vivir solos, porque rompieron el matrimonio en el pasado o porque optaron por la soltería. Suele ser una soledad diferente a la que se da en las personas de más edad”, añade Abellán.
“Los datos muestran un aumento de los hogares de mayores que viven en pareja, una tendencia que ya se ha visto en países nórdicos”, prosigue el demógrafo. Casi 1,2 millones de personas mayores de 80 años viven en pareja, frente a las 976.000 de hace seis años. Según las cifras del INE, calculadas a partir de más de 47.000 encuestas, el hogar más frecuente en 2018, entre todos los grupos de edad, fue el formado por parejas, con o sin hijos: el 55,1% del total.
De 2013 a 2018, los hogares unipersonales han aumentado en 320.000 y el año pasado supusieron el 25,5%. “Los mayores de 65 años se llevan tres cuartas partes de este aumento”, explica Mercè Pérez Salanova, doctora en Psicología y miembro del Colegio de Psicólogos de Cataluña. “Vivir solo no es un problema. Son las condiciones en las que se hace y si es elegido. El problema es cuando no lo es”, añade la experta.
Albert Esteve recalca que, pese al aumento en números absolutos de mayores que viven solos, las tendencias se han mantenido más o menos estables a lo largo de los años. “En 2013, el 29,7% de quienes tenían entre 80 y 84 años vivían solos. El año pasado fueron el 29%”, explica. Sí aumenta el número absoluto porque son más personas en estas generaciones.
La encuesta también revela que el número de hogares en España volvió a aumentar durante 2018 y alcanzó los 18.535.900, lo que supuso un 0,3% más que en el año anterior (63.100 hogares más). Las comunidades con mayor porcentaje de hogares unipersonales en 2018 fueron Asturias (30,2% del total de hogares), Castilla y León (29,3%) y La Rioja (28,5%). Por su parte, los menores porcentajes se dieron en Melilla (18,4%) y Ceuta (19,5%) y en Murcia (20,8%).
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