“Lo que el fiscal pide es condenar a Nadia”, lamenta el padre en el juicio
El fiscal lamenta el "daño" que provoca el 'caso Nadia' a otras causas solidarias
Fernando Blanco ha acabado el juicio como empezó su presunta estafa: utilizando a su hija Nadia Nerea a su favor. En la última sesión de la vista, Blanco ha afirmado que la petición de seis años de prisión de la fiscalía supone "condenar a Nadia". Tras escuchar cómo el fiscal le llamaba "embaucador" y lo comparaba con un intérprete de primera, Blanco ha empleado su derecho a la última palabra entre sollozos: "No son lágrimas de cocodrilo, intento mantenerme firme, nunca he hecho nada de actor ni cine".
La esposa de Blanco, Margarita Garau -que afronta la misma petición de seis años de cárcel- ha insistido en que "cuidaba" a Nadia "como una buena madre". La estrategia de la pareja ha pasado por tratar de eximir a Garau de cualquier responsabilidad en las donaciones a la asociación Nadia Nerea. "Mi mujer siempre ha hecho lo que yo le he dicho, nunca me ha pedido ningún papel", ha sostenido Blanco. Durante el juicio, sin embargo, numerosos testigos que ayudaron a la pareja a recaudar fondos han insistido en que la mujer tuvo un papel tan relevante como el hombre en la estafa. Así lo ha considerado también en su informe fiscal del caso.
La Audiencia de Lleida ha acogido este viernes la última sesión del caso Nadia. Tras calificar a Blanco como "gran fabulador y embaucador", el fiscal ha defendido que hay elementos sobradísimos para condenar a los padres por estafar 1,1 millones de euros a costa de la niña. Los padres exageraron la dolencia de la menor -una enfermedad rara llamada ticotiodistrofia- para lograr fondos con los que, supuestamente, la sometieron a carísimos tratamientos en el extranjero.
Las pruebas practicadas en la vista, sin embargo, han dejado en evidencia que esos viajes no existieron. El abogado de Blanco, David Peña, ha admitido que no se ha podido probar la veracidad de los viajes que, según el acusado, hizo con la niña a clínicas de Houston.
"No estamos aquí ante una estafa vulgar, sino ante una elaborada", ha insistido el fiscal, que ha puesto el acento en "el daño hecho" a las personas que prestaron su ayuda a Nadia. El fiscal también ha destacado los daños colaterales que un escándalo así puede tener para otras causas solidarias y otras asociaciones "que realmente sí recaudan fondos para ayudar". Los padres de Nadia utilizaron a la niña, que ahora tiene 14 años, como su "gallina de los huevos de oro" para llevar una vida "acomodada".
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