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Entrevista al presidente del Gobierno de Euskadi

Urkullu quiere una Constitución que respete los “sentimientos nacionales” y las “diferentes soberanías”

Asegura que la Ley Fundamental incorpora mecanismos de reforma y que solo se necesita voluntad política para pactar soluciones

Urkullu llega este viernes a la reunión del grupo del PNV en el Parlamento Vasco.
Urkullu llega este viernes a la reunión del grupo del PNV en el Parlamento Vasco.L. RICO
Pedro Gorospe
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El lehendakari, Íñigo Urkullu (Alonsótegi, Bizkaia,1961) defiende una reforma constitucional para buscar un encaje de las diferentes nacionalidades que mejore la convivencia en el Estado después de 40 años de una “unidad impuesta” frente al anterior de “unión voluntaria”.  "El modelo territorial debe reconocer la existencia de realidades nacionales diferenciadas", asegura en la entrevista concedida a EL PAÍS con motivo de la conmemoración del 40º aniversario de la Constitución. Durante estos 40 años, elección tras elección, se ha demostrado que hay voluntades sociales mayoritarias diferentes, tanto en Cataluña como en Euskadi. Esta realidad debe formar parte del debate sobre el modelo territorial y en Euskadi han planteado la vía de una “convención constitucional” que permita interpretar el espíritu originario del pacto que supuso la Constitución con relación a las realidades nacionales históricas. Es necesario avanzar en un punto de encuentro que permita convivir desde los distintos sentimientos nacionales y los diferentes conceptos de soberanía que coexisten en el Estado y también en Europa.

Pregunta. La Constitución aguanta otros 40 años sin reformas, ¿o son necesarias o urgentes?

Respuesta. La Constitución sí ha tenido cambios durante estos 40 años y uno de ellos se realizó de forma muy urgente en agosto de 2011. Hay cambios necesarios que deben hacerse sin urgencias. Ya desde 2008 he trasladado a los jefes del Estado y a los presidentes del Gobierno español la necesidad de abrir una reflexión profunda, compartida, sobre el modelo de relación y articulación territorial acordado en 1978. Este modelo ratificó el concepto de “unidad impuesta” de la Constitución de Cádiz de 1812, que se ha mantenido hasta nuestros días. Esta “unidad impuesta” dejó sin efecto el modelo de “unión voluntaria” vigente con anterioridad y los derechos históricos del pueblo vasco, que no encontraron “amparo y respeto” hasta la Constitución de 1978.

P. ¿Qué cambios considera urgentes?

R. Primero, considero pertinente recordar que la Constitución obtuvo un exiguo respaldo en Euskadi el año 1978 donde fue mayor la abstención. Si ahora se aborda una reforma es necesario asumir la realidad plurinacional del Estado y que esta quede recogida en la Ley Fundamental. En esta línea se presentó una propuesta de reforma el año 2011. Es importante abordar la reforma del modelo territorial partiendo del reconocimiento de la singularidad que se ha conservado a lo largo de la historia en determinadas comunidades. Es el caso de la lengua propia o el Derecho Civil en Cataluña o en otras comunidades como Euskadi; o el sistema de Concierto y Convenio económico en el País Vasco y Navarra. En el caso de Euskadi estamos hablando de un autogobierno singular reconocido y, sin embargo, no cumplimentado. Considero urgente, además, la retirada del artículo 155 que cuestiona desde la raíz la capacidad política del autogobierno. Es necesaria una bilateralidad efectiva con un sistema de garantías. Es necesaria una adecuación a fórmulas de convivencia que existen en otros Estados miembros con estructura compleja en la Unión Europea.

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P. El modelo territorial que establece la Constitución, ¿es mejorable? ¿Cómo?

R. El modelo territorial debe reconocer la existencia de realidades nacionales diferenciadas en el seno del Estado. Durante estos 40 años, elección tras elección, se ha demostrado que hay voluntades sociales mayoritarias diferentes tanto en Cataluña como en Euskadi. Esta realidad debe formar parte del debate sobre el modelo territorial y desde Euskadi hemos planteado la vía de una “convención constitucional” que permita interpretar el espíritu originario del pacto que supuso la Constitución en relación con las realidades nacionales históricas. Es necesario avanzar en un punto de encuentro que permita convivir desde los distintos sentimientos nacionales y los diferentes conceptos de soberanía que coexisten en el Estado y también en Europa.

"39 años después , el Estatuto de Gernika, que es ley orgánica, sigue sin ser cumplido" 

Blindar competencias

P. Hay una propuesta de catedráticos de Derecho Constitucional para una reforma federal que pasa por concretar mejor el reparto de competencias, blindar algunas competencias autonómicas que tienen que ver con sus singularidades e, incluso, incluir las singularidades de Cataluña en una disposición adicional de la Constitución. ¿Es usted partidario?

R. Además de una Disposición Derogatoria de la Ley de 1786 Abolitoria de los Fueros Vascos, hay una Disposición Adicional Primera que contempla ya la singularidad de Euskadi y esta disposición no ha tenido ningún efecto. Todo lo contrario, lo único constatable es que, 39 años después de su aprobación, el Estatuto de Gernika que es ley orgánica, sigue sin ser cumplido. Los derechos históricos son respetados y amparados por la Constitución Española y el Estatuto de Gernika. Así, la Disposición Adicional Primera afirma: “La Constitución ampara y respeta los derechos históricos de los territorios forales. La actualización general de dicho régimen foral se llevará a cabo, en su caso, en el marco de la Constitución y de los Estatutos de Autonomía”. Por su parte, el Estatuto, en su Disposición Adicional Única afirma: “La aceptación del régimen de autonomía que se establece en el presente Estatuto no implica renuncia del pueblo vasco a los derechos que como tal le hubieran podido corresponder en virtud de su historia, que podrán ser actualizados de acuerdo con lo que establezca el ordenamiento jurídico”. Los instrumentos legales y jurídicos ya están recogidos, sería suficiente con desarrollar estas potencialidades, solo es necesaria una auténtica voluntad de pactar soluciones políticas. En Euskadi existe un sentimiento mayoritario de nación asentado en la foralidad y ejercitado en un sistema cuasi-confederal.

P. ¿Cambiaría la ley electoral?

R. Obviamente no si lo que pretende, como imaginamos, es limitar la representación de comunidades como Euskadi o Cataluña que cuentan con una realidad electoral claramente diferenciada. La pretensión de resolver el dilema territorial a través de un cambio en la ley electoral que reduzca la capacidad de influencia de los partidos nacionalistas es una tentación. Lo único objetivo y evidente es que no resolvería la cuestión de fondo, la enconaría más. Curiosamente, han sido determinados partidos nacionalistas quienes, por su compromiso, han contribuido a la estabilidad política y económica en momentos bien delicados para el Estado español.

P. ¿Eliminaría usted los aforamientos del Gobierno, altos cargos y diputados y senadores que contempla la Constitución?

R. Hay un amplio consenso al respecto, es una medida razonable.

P. ¿Incluiría usted la sanidad y los servicios públicos dentro del Título Primero de la Constitución referido a los derechos fundamentales, como ya está incluida la educación?

R. Esta es también una medida necesaria que cuenta con un amplio respaldo. En cualquier caso, el derecho a la educación, la salud y la protección social depende más de las decisiones parlamentarias y presupuestarias que de su presencia o no en la Constitución. El compromiso en Euskadi por las políticas públicas y el desarrollo humano sostenible es manifiesto.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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