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¿Podría la derogación del aborto en EE UU perjudicar al mayor programa estatal para el VIH del mundo?

El primer jefe africano del fondo estadounidense contra el sida, John Nkengasong, inicia su mandato en un momento complicado por la pandemia de covid-19 y la revocación de la sentencia de Roe contra Wade

Tests VIH
Pruebas de VIH, Hepatitis B y C y sífilis.Óscar Corral

El pasado mes de junio, el Gobierno de Estados Unidos dio un paso sin precedentes. El primer responsable africano del Plan de Emergencia del Presidente para el alivio del Sida (Pepfar), tomó posesión de su cargo.

John Nkengasong, virólogo de Camerún y antiguo director de los Centros Africanos para el Control de Enfermedades, es ahora el jefe del mayor fondo gubernamental del mundo para la lucha contra el VIH. El científico es, por supuesto, también ciudadano estadounidense, un requisito ineludible para la mayoría de los cargos del Gobierno federal de EE UU, y no es la primera vez que trabaja para un organismo gubernamental estadounidense. Nkengasong trabajó para los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) desde la década de 1990 hasta mediados de la década de 2000, en Washington DC y en Abiyán (Costa de Marfil).

Pepfar, que ha invertido más de 100.000 millones de dólares en la lucha contra el VIH en más de 50 países, fue creado en 2003 durante el mandato del expresidente George W. Bush. En 2021, el fondo gastó 7.500 millones de rands (unos 436 millones de euros) en Sudáfrica; el programa es el mayor contribuyente al Fondo Mundial para la Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria.

El nombramiento de Nkengasong llega en un momento difícil en el que la actual pandemia de covid-19 ha eclipsado al VIH, y las leyes actuales aplicables a Pepfar terminan en 2023.

Una gestión no exenta de polémica

El fondo tuvo unos comienzos controvertidos debido al firme apoyo del Gobierno republicano de Bush a los métodos conservadores y no basados en la evidencia científica para frenar la pandemia, como las disposiciones que impedían que las organizaciones recibieran financiación si apoyaban la despenalización del trabajo sexual, y que favorecían los proyectos y los Gobiernos a favor de la abstinencia sexual antes del matrimonio frente al uso del preservativo.

Pero las políticas de Pepfar han evolucionado desde entonces y hoy se reconoce que el fondo ha desempeñado un papel importante en la disponibilidad del tratamiento antirretroviral en África y el consiguiente descenso de las muertes relacionadas con el VIH.

En 2021, el fondo gastó 7.500 millones de rands en Sudáfrica; el programa es el mayor contribuyente al Fondo Mundial para la Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria

Puesto que el programa también invierte en la capacitación de los trabajadores sanitarios y en la mejora de los sistemas de salud, su impacto se extiende más allá del VIH: algunos estudios han hallado que, comparados con los países que no reciben financiación de Pepfar, los países apoyados por el fondo registraron un descenso significativo entre 2004 y 2018 de las muertes entre los niños menores de cinco años, las embarazadas y las mujeres que dieron a luz. Estos países también mostraban un descenso en las tasas de mortalidad generales (es decir, también de las muertes no relacionadas específicamente con el VIH) y un incremento de la proporción de niños vacunados contra enfermedades infantiles.

La revocación en junio, por parte del Tribunal Supremo de EE UU, de la sentencia que garantizaba el derecho constitucional al aborto, complica las cosas: Pepfar está obligado a acatar las leyes del país

Sin embargo, Pepfar se ve envuelto en la controversia cada vez que hay una Administración republicana, ya que el partido no respalda el aborto por iniciativa propia y luego aplica una norma comúnmente conocida como la “ley mordaza”, que exige a las organizaciones que reciben financiación que se desvinculen también de las interrupciones del embarazo.

El Gobierno demócrata del presidente Joe Biden derogó la norma en enero de 2021, pero la revocación en junio, por parte del Tribunal Supremo de Estados Unidos de la sentencia de Roe contra Wade, que garantizaba el derecho constitucional de las estadounidenses al aborto, complica ahora las cosas, ya que Pepfar está obligado a acatar las leyes del país, según declaró Nkengasong a Mia Malan, de Bhekisisa, en una entrevista para el programa de televisión Health Beat.

Malan también preguntó a Nkengasong cómo abordará la desigualdad, uno de los principales factores que propician la propagación del VIH, qué lecciones puede aprender EE UU de África, y si Pepfar intervendrá para que las inyecciones para la prevención del VIH estén disponibles en el continente tan pronto como sea posible.

El jefe del fondo estadounidense contra el sida, John Nkengasong, en una visita a una fábrica de vacunas alemana en febrero durante su mandato como director de los Centros para el Control de Enfermedades (CDC).
El jefe del fondo estadounidense contra el sida, John Nkengasong, en una visita a una fábrica de vacunas alemana en febrero durante su mandato como director de los Centros para el Control de Enfermedades (CDC).ANDRE PAIN (AFP)

A continuación, la entrevista con John Nkengasong, el primer responsable africano del Plan de Emergencia del Presidente para el alivio del Sida (Pepfar) de EE UU:

Pregunta. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, visitó recientemente Sudáfrica y afirmó que Estados Unidos tratará a los países africanos como socios en igualdad. ¿Qué lecciones puede aprender EE UU de África?

Respuesta.  Puede aprender mucho, incluso en el ámbito del VIH y el sida. Botsuana acaba de anunciar que ha superado los objetivos de 95-95-95. Significa que [de aquí a 2025] el 95% de la población infectada por el VIH debe conocer su estado, el 95% de quienes han sido diagnosticados deben estar en tratamiento, y el 95% de quienes están en tratamiento deben tener una carga viral por debajo del nivel de detección. Es una situación única, sobre todo cuando sabemos dónde se encontraba Botsuana hace unos años. Además, la variante ómicron de covid fue identificada por unos investigadores en Sudáfrica [y Botsuana].

P. Fue director de los Centros para el Control de Enfermedades de África. ¿Cómo aplicará desde su nuevo cargo las lecciones que aprendió, especialmente en lo que concierne a la covid?

R. Hay muchos paralelismos: conocemos los patógenos, en este caso el VIH y el SARS-CoV-2. En el caso de la covid, seguimos aprendiendo las variantes y el VIH tiene muchos subtipos genéticos. También es muy importante contar con las políticas adecuadas. En la respuesta a la covid vimos cómo una buena política puede mejorar la capacidad de un país para luchar contra la pandemia y cómo una mala puede llevar a una respuesta insuficiente.

P. ¿Qué país africano utilizó la “buena política” para responder a la covid-19?

R. A escala regional, el presidente [de Sudáfrica] Cyril Ramaphosa presidía la Unión Africana cuando la covid irrumpió en el continente y yo era el director del CDC de África. En los 32 años que llevo trabajando en el ámbito de la salud mundial, él ha sido, en mi opinión, el líder político más eficaz a la hora de orientar la respuesta del continente. Convocó a sus homólogos –jefes de Estado– casi todos los meses para discutir la pandemia. Creó el Grupo de Trabajo para la Adquisición de Vacunas en África, que dio como resultado la compra de 400 millones de inmunizaciones en un momento en que no había ninguna para el continente. También creó la Plataforma de Suministros Médicos de África, una plataforma en la que puedes hacer clic en los productos para ponerlos en tu cesta, pagar y marcharte.

P. Vivimos una época de pandemias simultáneas, como hemos visto con el VIH y la covid. Otras pandemias hicieron retroceder los esfuerzos en la lucha contra el VIH. ¿Cómo influirá esto en su estrategia de Pepfar?

R. Hemos visto cómo la covid ha afectado nuestra capacidad de ofrecer servicios a pacientes con VIH, incluido el registro de nuevos pacientes e incluso la dispensación de medicamentos a pacientes en tratamiento. (...) Esta es una de las piedras angulares de mi nueva concepción de Pepfar: cómo reforzar los sistemas de salud capaces de luchar contra el VIH de tal manera que puedan utilizarse muy rápidamente para responder a nuevos brotes de enfermedades, por ejemplo, la viruela del mono o la covid-19.

Cada vez que dejamos de abordar las desigualdades, gana el virus

P. El último informe de Onusida señala las múltiples formas en que la desigualdad alimenta la propagación del VIH. Como responsable africano de Pepfar, ¿de qué manera piensa abordar la desigualdad en el continente?

R. Cada vez que dejamos de abordar las desigualdades, gana el virus. Necesitamos políticas que den mejores resultados. El VIH es una enfermedad generacional, la carga de la enfermedad está en los jóvenes. TTenemos una oportunidad única para atajar las desigualdades si garantizamos que el Fondo Mundial para la lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria se reponga con 18.000 millones de dólares [de aquí a] septiembre. Eso nos dará los recursos para seguir atajando algunas de las desigualdades.

P. ¿Qué pueden hacer los líderes africanos para mostrar un mayor compromiso político en la lucha contra el VIH?

R. Muchos países ya muestran un fuerte compromiso y voluntad política. Sudáfrica aporta cerca del 77% de los recursos necesarios para luchar contra el VIH en el país. Botsuana, más del 80%. ¿Es la tendencia general en África? No. Queremos ver a los países que no han aprovechado sus recursos nacionales dar un paso al frente y decir: “Se trata de nuestro pueblo y, aunque podemos hacerlo en colaboración con Pepfar y el Fondo Mundial, tenemos que aumentar nuestra propia dotación de recursos”.

P. Se ha desarrollado una inyección bimensual de prevención del VIH, el cabotegravir, que funciona incluso mejor que la píldora diaria de prevención del VIH. Pero África no se lo puede permitir. Tras la presión de los activistas, ViiV Healthcare, que fabrica la inyección, ha anunciado que la venderá a un precio inferior a los países africanos hasta que se disponga de una versión genérica. Pero no sabemos a qué precio. ¿Qué puede hacer Pepfar para que las farmacéuticas pongan a las personas por delante de los beneficios?

R. Pepfar no lo puede hacer sola, así que tenemos que confiar en el poder de las asociaciones, de la colaboración. En el caso de la PrEP, Pepfar ya está en conversaciones con múltiples grupos con los que vamos a sentarnos a la mesa y buscar formas de configurar el mercado. No es la primera vez que abordamos un medicamento que sale al mercado a un precio inasequible. Cuando los antirretrovirales se introdujeron por primera vez en 1996, el tratamiento de un paciente durante un año costaba 10.000 dólares. Pero fíjese dónde estamos hoy. [El departamento de salud sudafricano paga unos 888 rands (52 euros) por un año de tratamiento por paciente]. Soy optimista en el sentido de que, si reunimos a los socios adecuados, podemos sentarnos con ViiV Healthcare para buscar maneras de bajar los precios, ya que parece que la PrEP inyectable de acción prolongada podría cambiar las reglas del juego.

P. ¿Cuánto cree que durarán esas negociaciones?

R. No estamos hablando de años, tendría que ser cuestión de meses. Deberíamos trabajar agresivamente en ello como una prioridad para que, en unos meses, no en años, podamos empezar a desplegar la inyección en África.

P. Los derechos reproductivos, como el acceso a la anticoncepción y al aborto seguro, están relacionados con la vulnerabilidad de las mujeres a contraer el VIH. Pero el aborto es un tema controvertido en Estados Unidos debido a la anulación de la sentencia Roe contra Wade. ¿Cómo cree que estos derechos se reflejan en el programa de Pepfar?

R. Pepfar se rige por las leyes de Estados Unidos. Tenemos que seguir las normas y reglamentos por los que nos regimos. Estudiaremos de cerca [los derechos reproductivos] en colaboración con los países en los que trabajamos. Si hay cosas que no podemos hacer con la programación de Pepfar, los países también pueden liderar en esa dirección o buscar socios adicionales que puedan aprovechar los límites y trabajar con nosotros para completar las áreas que no puede financiar.

P. La pandemia de covid nos mostró cómo la investigación realizada por los países africanos no siempre se tomaba tan en serio como los estudios del Norte global. ¿Los países occidentales se toman suficientemente en serio la investigación sobre el VIH desarrollada en África?

R. Basándome en mi propia experiencia como alguien de origen africano, mi respuesta es que sí, los compañeros de los países desarrollados respetan a los científicos de África. ¿Hay margen de mejora? Sí. Pero las mejoras deben ir en ambos sentidos. Los científicos africanos también deberían promover sus propios hallazgos o crear plataformas para promoverlos: tener revistas africanas respetadas donde se puedan publicar datos de alta calidad del continente. También conferencias en el continente donde los científicos africanos puedan compartir esa información. Cuando estuve en los CDC creé la Sociedad Africana para la Medicina de Laboratorio en marzo y se convirtió en la principal plataforma para compartir conocimientos y ciencia de laboratorio. No necesitamos el permiso de nadie para hacer eso. Ayudé a crear el Diario de Salud Pública de África y el Diario Africano de Medicina de Laboratorio, revistas de primera categoría donde los africanos pueden publicar sus hallazgos y difundirlos. Mi consejo a los científicos es: contad con vuestra propia fuerza, contad con vuestra red de contactos. Cread plataformas que puedan promover vuestra ciencia y aprended unos de otros. Si lo hacéis, los países de Europa, Asia y Estados Unidos estarán deseando venir a aprender de África.

P. ¿Deberían celebrarse más conferencias internacionales en África para evitar la exclusión de las voces del mundo en desarrollo, como vimos en la Conferencia sobre el sida de 2022 en Canadá? [el país anfitrión denegó visados a muchos de los participantes y delegados, especialmente a aquellos procedentes de países del Sur global]

R. Por supuesto, pero África también debería crear sus propias conferencias internacionales. Sin embargo, las conferencias sobre el sida para las que los africanos no pueden obtener visados son sencillamente inapropiadas. No está en el espíritu de la lucha conjunta contra el VIH.

P. En lo personal, usted ahora está radicado en Washington, DC. ¿Qué echará de menos de la vida en África?

R. La calidez. No solo en la temperatura, sino la calidez del corazón. La gente está dispuesta a compartir lo que tiene. Es una cultura muy rica.

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