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El monte Fuji, con nieves perpetuas, es el techo orográfico de Japón. Se eleva hasta los 3.776 metros.
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La magia de Tokio en los meses fríos

La capital de Japón es un imán en cualquier momento del año, pero en otoño e invierno tiene muchos alicientes. Por ejemplo, avistar desde las mejores atalayas de la ciudad el legendario e icónico monte Fuji. O descubrir la iluminación navideña, un derroche de originalidad. O entrar en el nuevo año como los locales, con un guiso autóctono

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