_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Libres Ya

El ELN se ha convertido en una banda de secuestradores

Diana Calderón

“Si un día caemos cautivos en sus manos, preferimos nos maten antes de aceptar que se aplaste con unos millones de pesos el valor de la libertad, que no tiene precio”. Una de las voces o mejor letras más autorizadas de Colombia utilizó su columna de opinión semanal en el periódico El Tiempo para escribirle una carta a Pablo Beltran, el jefe guerrillero de una banda de secuestradores en que se ha convertido el ELN. Dijo claramente el padre Francisco de Roux que prefiere morir a estar secuestrado.

Como pocas veces una voz tolerante, el hombre que simboliza la reconciliación en Colombia y uno de los gestores de los diálogos exploratorios con la guerrilla, dijo más de una verdad a los conocidos como los elenos a propósito del secuestro de Salud Hernández-Mora primero, y de dos comunicadores de RCN Televisión a los pocos días, cuando salieron a indagar sobre el paradero de la columnista y reportera colombo-española.

Salud Hernández-Mora, una periodista valiente, de palabra fácil, verbo hiriente por el dolor que le producen las víctimas de la guerra, declarada ideológicamente de derecha, opositora también del gobierno al que le recrimina señalarla de enemiga de la paz porque ha expresado sus ideas, ha viajado por todos los rincones de Colombia.

Se fue al Catatumbo, en Norte de Santander, en uno de esos viajes que acostumbraba a realizar, para entrevistar y luego contar la realidad que encontraba. Sabía que iba a enfrentarse a un territorio de guerra, pero ese es nuestro trabajo. Nadie puede decir entonces que se la llevaron porque se expuso. Obvio que nos exponemos, todos los días, o de qué otra manera se hace periodismo cuando el oficio que escogimos consiste en denunciar, visibilizar, exponer, revelar, investigar aquí y en cualquier parte del mundo.

El ELN no la va a silenciar por tenerla secuestrada, repetiremos una y otra vez sus opiniones, como por ejemplo esta que dio como panelista del programa Hora 20 de Caracol Radio: “No le doy ninguna capacidad ni arrojo al ELN…me parece a que matar, no le veo ningún arrojo. Cuando tienes un arma y matas gente desarmada, no le veo; tampoco le veo ningún arrojo a poner minas, que es lo que ha hecho tradicionalmente el ELN… Lo que hay que hacer, sí me parece, es una salida negociada, pero qué son beneficios jurídicos a cambio de que dejen y entreguen las armas, cosa que Gabino ya ha advertido que no va a hacer…”

Tenía razón Salud. La zona donde fue secuestrada, el Catatumbo, es una de las más minadas del país: Alvaro Jiménez de la Campaña Colombiana contra las Minas registra 600 accidentes que han dejado 430 víctimas. En Filo Gringo, vereda donde por última vez fue vista Salud, 35 personas han pisado explosivos. Los policías que aún no han sido comprados por la criminalidad, caminan con la cabeza gacha para evitar que un disparo los mate y con los pies temblando para evitar quedar mutilados.

El secuestro de Salud Hernandez-Mora en Colombia, precisamente en la semana en que se vivió una de las más importantes deliberaciones públicas en la Corte Constitucional, para darle vida a un plebiscito con el que se espera que los colombianos legitimen en las urnas el proceso de paz con las FARC, visibilizó los huecos negros de la guerra, temas de fondo, estructurales, para ser atendidos de manera definitiva e inmediata por el Gobierno.

La sola firma de los acuerdos en Cuba no resuelve todo. Resuelve un tema fundamental y es el conflicto armado con las Farc, que además ha impedido por décadas la presencia de Estado real en las zonas que han controlado y en los que los distintos gobiernos priorizaron la inversión en la lucha contrainsurgente a la del desarrollo. Ojalá ahora que decidieron apostarle a la paz, también las FARC se conviertan en guardianes de sus propios acuerdos precisamente evitando que las otras violencias logren copar los territorios que dejan y usufructuar de los crecientes cultivos de coca con los que llenan sus bolsillos y de balas sus armas.

Siete zonas de Colombia que abarcan no más del 10 por ciento del territorio nacional siguen bajo el terror de criminales a sueldo. En esos lugares, se sobrevive sin agua, no hay infraestructura, no hay vías. De 4 billones de pesos para invertir en las vías de la equidad, según anuncios del Vicepresidente Vargas Lleras y del ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas, solo un 507 mil millones, el 12 %, será para proyectos viales en los territorios más vulnerables. Por qué hasta ahora? Lo del Catatumbo es el fracaso de todas las intervenciones de los últimos 20 años.

Las cifras de educación donde la guerra se profundizó plantean una terrible problemática. Hay municipios donde 15 de cada 100 habitantes no saben leer o escribir y menos del 2 por ciento puede acceder a la educación superior.

Y esto además de ser responsabilidad de los gobiernos es también de las guerrillas que en nombre de esa misma realidad se armaron, se apoderaron de territorios a sangre y fuego e impidieron la institucionalidad y también se hicieron aliados de los corruptos regionales que en alianzas con las élites nacionales se encargaron de crear estos huecos de la guerra de donde esperamos liberen ya a Salud, a Diego a Carlos y a todos los secuestrados.

Diana Calderon es directora de informativos y de @hora20 de Caracol Radio Colombia. Twitter @dianacalderonf

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_