Una receta de brioche y cuatro sándwiches para rellenarlo
Elaborar este conocido pan con mantequilla en casa no es una tarea sencilla, pero hoy te ayudamos a sacar ese panadero que hay dentro de ti. Y de regalo, varias ideas de rellenos
Los sándwiches de brioche están arrasando por todo el mundo: en formato vertical, que no horizontal, con diferentes rellenos, salsas y toppings; tiernos, jugosos y llenos de sabor. Yo no puedo más que alegrarme de que por fin en España se le de al sándwich la importancia que merece, más allá del mítico sándwich mixto. Hace poco en El Comidista visitamos Revuelto, un local madrileño que vende estos populares bocadillos con huevos revueltos como base. Hoy, por si queréis hacer vuestros propios sándwiches en casa y convertiros también en un fenómeno viral, os traemos una receta de pan de molde de brioche y cuatro rellenos diferentes.
No me voy a andar con rodeos: hacer brioche en casa no es el proyecto más sencillo, sobre todo si no tienes un amasador. Hablo de un brioche de verdad, con mucha mantequilla, que inhibe la creación de la malla del gluten y hace que los amasados sean duros de pelar. Pero puede hacerse, plantéatelo como tu entrenamiento del día. De todas formas en esta receta que os traigo vamos a darle un amasado previo antes de incorporar la mantequilla, para generar todo el gluten que podamos antes de introducir la grasa. Si el panadero que tienes dentro aún está por despertar, siempre puedes irte a cualquier panadería artesana de tu ciudad y comprar allí el brioche que tengan. Eso sí, hagas lo que hagas, huye del de los supermercados. Por favor.
Tiempo: 45 minutos
Dificultad: No desesperarte amasando la masa, que es peleona
Ingredientes
Para una hogaza
- 450 g de harina de trigo de fuerza (11,7% de proteína)
- 60 g de azúcar
- 10 g de sal
- 10 g de levadura instantánea de panadero
- 100 ml de agua tibia
- 2 huevos (tamaño L)
- 190 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente (textura de pomada)
- 1 huevo con 1 chorrito de agua para barnizar la hogaza
Instrucciones
En un bol, añadir la harina de trigo de fuerza, el azúcar, la sal y la levadura instantánea de panadero. Mezclar bien, hacer un hueco en el centro y añadir el agua y los dos huevos. Batir la mezcla, incorporando la harina poco a poco, hasta que se forme una masa. Transferirla a una superficie y amasarla durante cinco minutos, hasta que sea elástica. Devolverla al bol, cubrirla con un trapo húmedo y dejarla reposar 30 minutos a temperatura ambiente.
Sin sacar la masa del bol, añadir un poco de la mantequilla con textura de pomada e incorporarla en la masa. Una vez esté incorporada, añadir más mantequilla y repetir. La masa parecerá separarse y se volverá muy pegajosa, pero continúa amasándola, poco a poco se irá homogeneizando y ganando estructura.
Cuando toda la mantequilla esté incorporada, transferir la masa a una superficie ligeramente enharinada y continuar amasándola de 10 a 15 minutos, hasta que sea lisa, no se pegue a la mesa y al presionarla con un dedo retome la forma completamente. Devolver la masa al bol, cubrirla con un trapo húmedo, y dejarla levar una hora a temperatura ambiente. Después, dejarla al menos dos horas más en la nevera, o hasta 24 horas.
Engrasar un molde de metal de 20x8 cm y colocar un trozo de papel vegetal que cuelgue por los lados para que después sea fácil extraer la hogaza. Desinflar la masa -que debería estar muy hinchada y haber duplicado su volumen- y estirarla en un rectángulo de 20 cm de ancho (o el ancho del molde que vayas a utilizar) y 35 cm de largo, enharinando lo menos posible. Enrollar la masa a lo largo y transferirla al molde de forma que el extremo de la masa quede por debajo. Dejar que leve tres horas a temperatura ambiente, o hasta que haya duplicado su volumen y al presionarla con un dedo retome ligeramente la forma, pero no del todo.
Precalentar el horno a 200 grados, calor solo por abajo. Barnizar la hogaza con la mezcla de huevo y agua, y meterla al horno 35 minutos, hasta que esté profundamente dorada (para los obsesos como yo: debería estar a 88 grados centígrados internos). Si la hogaza se dora muy rápido, cubrirla con papel de aluminio y continuar horneándola.
Sacar el molde del horno y dejar que se enfríe 10 minutos. Sacar la hogaza del molde y dejarla enfriar 30 minutos más. Si no se va a consumir en el mismo día, es recomendable cortarla en rodajas y congelarlas por separado.
Sándwich de ensaladilla de atún y patatas fritas
¿Alguna vez se te ha pasado por la cabeza poner patatas fritas en un sándwich? Bueno, a mi no se me había ocurrido, pero J. Kenji López-Alt me dio la idea de hacerlo en el New York Times y una vez lo probé, ya no pude mirar atrás. En combinación con una ensaladilla de buen atún, mayonesa y encurtidos es una auténtica delicia, aportan crujiente, heterogeneidad y un poco de vidilla a un sándwich que si no sería un poco aburrido. Puedes elegir las patatas que tu quieras, aunque mis favoritas son las de vinagre y sal.
Corta una rebanada gruesa del pan de molde, y después divídela por la mitad tres cuartas partes, sin abrirlo del todo. En una sartén a fuego medio, añade una nuez de mantequilla, derrítela, y después tuesta el pan por cada lado unos tres o cuatro minutos, hasta que esté bien dorado.
Para hacer la ensaladilla, mezcla una lata de atún con dos cucharadas de mayonesa, comprada o casera, tres pepinillos picados en brunoise finita y 10 patatas fritas, presionadas con la mano para desmenuzarlas en trozos irregulares. Mezcla bien. Coloca tres hojas de cogollo de lechuga en un lado del sándwich, la ensaladilla encima, y en el otro lado unas cuantas patatas enteras.
Sándwich de huevos revueltos con bacon y parmesano
Simple, pero mi favorito. Los huevos revueltos cremosos y al punto, con el bacon crujiente súper sabroso y el brioche mantequilloso y tierno, todo cubierto con parmesano umami y potente. Un desayuno perfecto. O una comida. O una cena.
Para el bacon, coloca tres lonchas en una sartén fría, y ponla sobre fuego medio. Poco a poco comenzarán a soltar su grasa y a freírse en ella, dale las vueltas cuando estén doraditas. Les llevará en total unos 15 minutos estar bien crujientes, cuando estén listas resérvalas. Guarda también la grasa que haya soltado el bacon y déjala enfriar.
En un bol, añade dos huevos tamaño L y una pizca de sal y bátelos hasta que sean homogéneos. En una sartén sobre fuego medio, añade la grasa del bacon templada y los huevos. Remueve constantemente con la espátula, poco a poco se irán espesando y cuajando. Estarán listos un poco antes de que estén al punto que los quieras, ya que terminarán de hacerse con el calor residual hasta que los sirvamos. También puedes hacer cualquiera de estas versiones de huevos revueltos.
En el pan de brioche ya tostado y abierto por la mitad tres cuartas partes, coloca las tres lonchas de bacon crujientes en un lado. Añade los huevos revueltos y después remata con abundante parmesano rallado.
Sándwich de cerdo guisado (rumbero)
Tomando inspiración de uno de los rellenos de arepa más típicos de Venezuela, las arepas rumberas, este sándwich está relleno de un cerdo guisado meloso y que se deshace con mirarlo, pero que no es complicado de hacer, solo necesita tiempo y paciencia (como muchos de nosotros, la verdad).
Empieza cortando 500 gramos de aguja de cerdo en trozos del mismo tamaño, y en una cacerola sobre fuego medio-alto dóralos por todos los lados profundamente, unos dos minutos cada lado. Este paso es muy importante, porque va a potenciar muchísimo el sabor del relleno final, así que tómate tu tiempo. Mientras se dora, pela y pica dos dientes de ajo y una cebolla, y cuando la carne está lista, sácala de la cacerola y añade las hortalizas junto a una pizca de sal y pimienta negra recién molida. Sofríelas sobre fuego medio-alto cinco minutos, hasta que estén ligeramente pochaditas. Devuelve la carne a la cacerola, añade 350 ml de caldo de pollo, el zumo de una naranja y dos hojas de laurel. Llévalo a ebullición, baja el fuego a medio-bajo, cubre la cacerola y deja que la carne se guise a fuego lento dos horas.
Cuando la carne esté muy tierna y se deshaga sin dificultad, sácala de la cacerola. Retira también las hojas de laurel, sube el fuego a alto, y reduce el caldo hasta que forme una salsa espesa. Desmenuza el cerdo, añade la salsa reducida, mezcla, y ya está listo. En el pan de brioche tostado y abierto por la mitad, añade un poco de lechuga iceberg cortada fino en un lado, y encima, una cantidad generosa del cerdo. Finalízalo con unas hojas de cilantro.
Sándwich de hummus, pimientos rojos asados, rúcula y portobellos
Un festín vegetariano, combinando setas umami salteadas y caramelizadas en mantequilla, pimientos rojos asados dulces, rúcula con su toque picante y amargo y una base cremosa de hummus que hace de unión entre todos los componentes.
Para los pimientos rojos, simplemente ponlos en una bandeja y mételos a un horno a 200 grados de 30 a 40 minutos, hasta que estén bien tiernos. Para el relleno solo necesitaremos medio, pero para aprovechar la energía puedes asar varios y utilizarlos en una muhammara o conservarlos sumergidos en aceite de oliva. Si no tienes tiempo para hacerlos, puedes comprar un bote de los del supermercado. Corta ocho champiñones portobellos en láminas finas y añádelos a una sartén junto a una nuez de mantequilla, un chorro de aceite de oliva, pizca de sal y pimienta negra al gusto. Saltéalos sobre fuego medio-alto hasta que comiencen a dorarse. Separa la carne de los pimientos asados de la piel, y descarta el tallo y las semillas. Pica la carne de una mitad y mézclala en la sartén con los portobellos.
Para montar el sándwich, comienza tostando la rebanada de pan gruesa abierta por la mitad tres cuartas partes. Después, embadurna el interior con hummus, si es casero mucho mejor, pero de nuevo del supermercado sirve para la versión rápida. Añade la rúcula aliñada con aceite, sal y vinagre en un lado, y después rellena con la mezcla de pimiento rojo y portobellos en el otro. Remata, si quieres, con queso feta.
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