Revuelto: El éxito de los sándwiches de huevo de dos amigas de 22 años
Naia Parra y Sandra Lauzurica descubrieron los bocadillos de brioche con huevo revuelto haciendo Erasmus en Corea del Sur. Llevaron la idea a Madrid, y las colas en el local confirman su acierto.
El local abrió hace tres meses a pocos metros de la Gran Vía madrileña con este plato único, que se puede comprar como menú con patatas fritas y refresco por solo 9,90 euros. Decimos “local” porque no es un restaurante, sino un servicio de comida para llevar, aunque de vez en cuando llegan clientes en busca de una mesa para comer su sándwich. Todos terminan intentando no tirarse todo el huevo encima mientras se sientan en una barra de obrador del pequeño establecimiento.
Naia Parra y Sandra Lauzurica se conocieron en el País Vasco estudiando Liderazgo, emprendimiento e innovación en la universidad. Fue justo en esos años cuando se fueron de Erasmus a Corea del Sur, el país de donde sacaron la idea de traer este tipo de sándwich a España. “Los comprábamos para llevar y eran perfectos para nuestro presupuesto de estudiantes”, asegura Lauzurica. “La gente está empeñada en decir que hacemos sándwiches al estilo coreano, pero la realidad es que no es una receta coreana, realmente es mucho más americana. Es solo que los conocimos allí, pero esto hubiera podido pasarnos en Nueva York”.
Por aquellos años no se planteaban tener su propio negocio: fueron diversas casualidades, explica, las que la han ido llevando poco a poco por el camino empresarial. Sí reconocen que haber estudiado Emprendimiento en la universidad les ayudó a dar el salto. Al llegar a Madrid a hacer sus prácticas de la universidad, se dieron cuenta de que podía haber espacio para un producto como el suyo y no tardaron mucho en ponerse manos a la obra: "Nos gusta mucho el mundo de la hostelería en Madrid. Tiene mucha innovación, y siempre se pueden probar cosas nuevas", cuentan.
Como cualquier pequeño proyecto empresarial, empezaron probando el producto con amigos y conocidos, incorporando ingredientes como el all i oli picante, el queso de cabra o la salsa de trufa para acercarlo al gusto nacional. Tras cosechar cierto éxito entre sus círculos cercanos, completaron la búsqueda de establecimiento entre los meses de mayo y noviembre. El 3 de diciembre, después de dar un lavado de cara al local, abrieron sus puertas por primera vez. Los comienzos fueron duros: "Hacíamos turnos muy largos para ir investigando a qué hora entraba más gente al local", recuerda Sandra.
El bocata lleva pan de brioche artesanal tostado en mantequilla y dos huevos revueltos: antes eran camperos, pero después del caso de salmonelosis de las tortillas de Casa Dani -en el que al final los huevos eran inocentes- decidieron no correr riesgos y trabajar con pasteurizados. Se puede pedir en cinco variedades: aguacate, bacon con queso, pulled pork o Heura, y también con mayonesa trufada. Todos cuestan 6,90 euros, menos el de aguacate, que son 7,50. Los favoritos de la casa son el de bacon con queso -el all i oli pica de verdad y viene en cantidad generosa- y el de champiñones laminados, parmesano y sweet mayo. Después de probarlos entendemos el éxito de la combinación: es sabroso, resultón, y llena por poco dinero.
Revuelto no es un bar donde tener una primera cita: es un lugar para devorar, ensuciarte las manos y quedar lleno de salsa y mantequilla. También es una opción para casi cualquier comida del día: de desayuno con un café, de comida si se pide en menú o hasta para merendar en la cercana Plaza de Pedro Zerolo.
Son las 12 del mediodía, acaban de abrir el local y empieza a entrar la gente a pedir sus desayunos. Francisco Martínez viene por primera vez a Revuelto. Lo ha conocido por Instagram y quiere probarlo: “Es muy difícil de comer, pero está buenísimo”, asegura después del primer bocado. Ha pedido el de aguacate con un café con leche. “No es muy sexy si quedas con alguien a quien quieres impresionar, pero el sabor es muy rico”, sigue diciendo mientras devora el sándwich a dos carrillos.
Parra y Lauzurica tardaron más de seis meses en encontrar el lugar perfecto en Madrid para Revuelto, hasta dar con el local de calle Víctor Hugo, 5. El comienzo fue difícil: “No entraba nadie por la puerta”, recuerda Lauzurica. La cosa cambió rápidamente un día que un influencer de planes en Madrid hizo un reel sobre sus sándwiches que se volvió tendencia: tiene más de 480.000 visualizaciones hasta el momento. En el momento en que empezaron a llegar los tiktokers, este empezó a llenarse. No obstante, no se relajan: saben que el éxito ha podido ser flor de un día. "Hay un boom ahora mismo con Revuelto, pero no sabemos cuánto va a durar. Por ahora, mucha gente repite, y eso es bueno. Hay que ver si esto sigue así o si a la gente le empieza a aburrir el producto y deja de venir. Por eso queremos hacer las cosas lentamente".
Con los creadores de contenido vinieron las grandes colas, de más de 40 minutos, que se empezaron a formar en las puertas del local. Lauzurica asegura que producen más de 100 revueltos al día, y los fines de semana el doble: una vez se acaban, prefieren dejar de vender que dañar la calidad del producto por querer hacer más. Por eso en la puerta de la entrada hay un letrero que reza: Until sold out, es decir, hasta agotar existencias.
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