Cosas que no se te ocurriría poner a un bocata (y están muy buenas)
¿Habías pensado en la posibilidad de meter guisos, marisco, fruta, germinados o el aperitivo en un bocadillo? Nosotros sí, y está buenísimo. Hoy te contamos cómo hacerlo.
En El Comidista creemos firmemente que el bocadillo merece tanta atención como cualquier otro plato, que hecho con buenos ingredientes y equilibrado puede ser una estupenda opción para comer o cenar de vez en cuando y que entre dos trozos de pan de verdad cabe casi cualquier cosa rica. Si eres de los que piensan que no más allá del de jamón o queso con aceite todo son frivolidades, no hace falta que sigas leyendo. Si en cambio crees que puedes ampliar tu universo bocatil o necesitas un empujoncito para salir de la rutina, es posible que esta lista haga que tu vida gastronómica sea un poquito mejor (o al menos más divertida).
Frutos secos
Los majados de frutos secos en forma de pesto o gremolata -una especie de pesto sin queso y con limón, muy usado en la cocina italiana para darle enjundia y frescura a sopas, ensaladas y guisos- pueden ser muy buenos aderezos para un bocadillo con una buena base vegetal. Uno de rúcula, calabacín a la plancha y un poco de mozzarella se vendrá arriba con un pesto normal o con tomate rojo, el básico de tomate y queso fresco ganará enteros con una gremolata clásica con algunas avellanas o nueces, y lo mismo con uno de pechuga de pollo y vuestra verdura favorita.
El aperitivo
Anchoas en aceite, boquerones en vinagre, mejillones y unas buenas aceitunas rellenas de anchoa en un pan de cristal tostado y untado en tomate. El aperitivo hecho bocadillo es una buenísima opción cuando quieres compaginarlo con el formato picnic y no acarrear con platos, manteles, tenedores y demás. Comérselo mientras te tomas un vermut con una generosa cantidad de sifón y hielo puede ser contingente, pero diría que la salsa Espinaler (o similar) es necesaria. Puedes sustituir anchoas y boquerones por bonito en aceite y el resultado también será de aplauso.
Algas
El clásico bocadillo de calamares aumenta exponencialmente su sabor a mar si se acompaña con una mayonesa de algas. Podéis hacerla usando alga nori en polvo o picando las mismas hojas que se venden para hacer sushi: cuando se haya hidratado con la misma mayonesa, podréis triturarla con la batidora para que quede homogénea (si lo consideráis necesario). Si buscáis algo más sofisticado, en Portomuiños tienen un surtido imbatible de algas secas y en conserva y un montón de recetas deliciosas que se pueden bocadillear en un pispás.
Guisos
Prácticamente cualquier estofado o guiso con carne, aves, pescado u hortalizas se puede convertir en un bocata. ¿Albóndigas en salsa? Mételas en una chapata. ¿Un curry de calabaza y zanahoria? En pan de pita. ¿Un guiso de ternera? Si tiene patatas, quítaselas, y adelante con él entre dos rebanadas de hogaza. ¿Más ejemplos? En el Pockets hacen un bocadillo de carrilleras al vino tinto y otro de pollo guisado con frutos secos que quitan el sentido, y en Entrepanes Díaz uno de costilla de cerdo para ponerle un piso.
Marisco
Por aquí no hay demasiada costumbre de usar gambas o langostinos para los bocadillos, pero en muchos otros sitios del mundo sí (y con erótico resultado). Por ejemplo el po’boy, típico de Louisina, con ostras o gambas bien especiadas y empanadas como protagonistas, metidas dentro de un pan de miga blanda con lechuga y tomate y aderezadas con una mayonesa tuneada. Los langostinos cocidos mezclados con encurtidos y un poco -un poco, ¿eh?- de mayonesa casera también pueden ser una buena base para hacer unos sandwiches de pan de molde con rebanadas finas de pepino.
Brotes y germinados
Otra opción para dar crujiente, textura y frescor a un bocadillo, sin ninguna grasa añadida ni más trabajo que sacarlos de la cajita (a no ser que quieras hacerlos en casa, algo que recomiendo encarecidamente porque además de fácil es divertido). Van bien con queso cremoso, hummus o cualquier paté vegetariano, y también para poner encima de una hamburguesa (de carne, pescado o verduras con legumbres). Ten en cuenta que no es igual el sabor de un germinado de mostaza que el de uno de rabanito o remolacha: juega con ellos para conseguir el complemento que buscas en cada ocasión.
Fruta
Además de para hacer bocadillos dulces como este de brioche con crema de chocolate, mango y plátano, algunas frutas pueden aportar mucho a los bocadillos salados (siempre que te guste la combinación, claro). La piña salteada puede ir genial en un bocadillo de cochinita pibil -de hecho se usa en los tacos al pastor, que también pueden servirse en forma de torta- o acompañando una hamburguesa de inspiración tropical. Una de mis tostadas favoritas lleva pera o manzana a la plancha con queso azul y algún fruto seco sobre pan de centeno calentito, y ¿qué es una tostada sino medio bocadillo? Los chutneys también tienen mucho que aportar aquí -son deliciosos con rosbif, por ejemplo-, y su base no deja de ser fruta especiada y azucarada (si lo preparas en casa, bastante menos azucarada).
Ensaladas y vinagretas
Tu ensalada favorita es muy fácil de convertir en un bocadillo (a no ser que sea la ensaladilla rusa, que también se puede pero el efecto es un poco “pan con pan”) implemente jugando un poco con las proporciones. La caprese es el ejemplo más fácil para hacer el ejercicio mental de meter una ensalada entre dos panes, ¿a quién no le apetece un bocadillo de tomate y mozzarella con albahaca (y unas aceitunas, ya puestos)? Cambiando de queso y poniéndole feta tendremos la versión griega. La César es otro ejemplo perfecto: algo de pollo la plancha -o sobras de un asado- con lechuga, la tradicional salsa de mostaza y mayonesa, unas lascas de queso curado y anchoas queda espectacular en bocadillo, y lo mismo con una niçoise en la que las patatas sean sustituidas por un buen pan integral.
Snacks crujientes
Por snacks crujientes no me refiero a cualquier porquería industrial con grasa de palma y sabores artificiales a mogollón, sino a los que podemos hacer nosotros mismos con ayuda del horno o una sartén (con aceite o sin él). Me remito a uno de los bocadillos más deliciosos de Entrepanes Díaz (y seguramente el más gocho, pero qué le vamos a hacer): el Antxón. Lleva un huevo a baja temperatura, algo de chistorra bien condimentada y un poco de patata paja muy, muy fina que le da contundencia al mordisco y queda genial. Para conseguir el mismo efecto -pero diferente sabor, claro- podría hacerse también un crujiente de parmesano o queso curado en una sartén antiadherente o al horno. Unas chips de kale o berza o de alcachofa rebozada cortada muy finita también son una opción a tener muy en cuenta.
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