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Cinco claves sobre la investigación de The Outlaw Ocean Project sobre la flota china de pesca de altura

La organización sin ánimo de lucro ha documentado durante cuatro años casos de negligencia y trabajo forzado en los barcos que surten de calamar al mundo entero

Un barco chino de pesca de calamar en el Pacífico Sur, en julio de 2022.
Un barco chino de pesca de calamar en el Pacífico Sur, en julio de 2022.Ed Ou (The Outlaw Ocean Project)

Ian Urbina, director de la organización sin ánimo de lucro de periodismo The Outlaw Ocean Project, afirma lo siguiente sobre la investigación que han llevado a cabo durante cuatro años sobre la flota china de pesca del calamar: “No se parece a nada que hayamos hecho antes, tanto en términos de los hallazgos como en cuanto a su alcance global”. Fruto de ese trabajo, que les ha llevado a recorrer los principales caladeros de todo el mundo —en torno a las islas Galápagos, las Malvinas, las costas de Ghana y el Mar de Japón—, El País Semanal publica el reportaje titulado Los esclavos del calamar, que deja al descubierto prácticas ilegales, abusos laborales y negligencias dentro de una flota tan poderosa como opaca. Sin olvidar que España es el mayor consumidor de calamar en Europa, los siguientes son cinco hallazgos esenciales de esta investigación.

Negligencias que acaban en muerte

A través de decenas de testimonios estremecedores, el reportaje reconstruye la tragedia de Daniel Aritonang, un joven indonesio que se convirtió en marinero para escapar de la miseria, cayó enfermo y murió. Su historia representa el drama de tantos que embarcan con promesas cuya letra pequeña acaba convirtiendo el viaje en una pesadilla. La enfermedad que mató a Daniel, el beriberi, causada por una deficiencia de vitamina B1, presente en prisiones y campos de inmigrantes, y muy común en la flota pesquera china, es una clara muestra de las durísimas condiciones de vida en unos barcos en los que abundan el tráfico ilegal de mano de obra, la servidumbre por deudas, la violencia, la negligencia y la muerte.

Trabajo forzado

Los testimonios recogidos durante cuatro años también dejan claro que los marineros se sienten, en general, atrapados en alta mar, obligados a trabajar, quieran o no. No es para menos, en unas travesías que pueden llegar a prolongarse durante más de dos años sin regresar a tierra, con los pasaportes en muchas ocasiones en manos de los oficiales y tras haber firmado unos contratos que les penalizan por abandonar el trabajo.

Una flota para conquistar el mundo

La flota china de pesca de altura, que opera terminales marítimas en más de 90 puertos extranjeros y cuenta con hasta 6.500 barcos, genera mucho negocio y muchos puestos de trabajo: sus barcos acaparan el 15% de las capturas mundiales de pescado. Además, es utilizada frecuentemente para reivindicar las pretensiones territoriales de China en aguas en disputa, incluidas las de Taiwán y en el mar del Sur de China. Pero la supremacía de China en el mar tiene su precio: la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional, un prestigioso centro de estudios con sede en Suiza, considera a China un país “especialmente preocupante” en cuanto al cumplimiento de las leyes internacionales y la pesca ilegal, cuya práctica está contribuyendo a llevar a algunas especies al borde de la extinción.

Las malas prácticas continúan en tierra firme

Al igual que los barcos que las abastecen, las plantas de procesamiento chinas también están bajo sospecha. La utilización de mano de obra forzada procedente de Corea del Norte y de la comunidad uigur y otras minorías étnicas de la provincia china de Xinjiang ha sido ampliamente documentada en los últimos años en otras industrias, por ejemplo, en fábricas de paneles solares. Pero, ahora, esta investigación ha descubierto que empresas que emplean mano de obra uigur y norcoreana han exportado recientemente centenares de cargamentos de marisco, al menos, a 80 empresas europeas.

Una oscuridad que dificulta los controles

Es muy complicado controlar la industria pesquera: The Outlaw Ocean Project ha documentado cómo se pierde el rastro del origen de los cargamentos entre transferencias a buques frigoríficos en bolsas blancas sin nombre alguno y cuadernos de bitácora que se rellenan una vez terminada la travesía, de vuelta en el puerto. Pero esta investigación ha relacionado el barco dónde murió Daniel Aritonang con al menos tres plantas de procesamiento en China, todas ellas propiedad de un conglomerado llamado Chishan Group, que vende ingentes volúmenes de calamar a importadores europeos, entre ellos algunos españoles. España es el primer consumidor de calamares en Europa.

July 9, 2022 - Ship bulbs on the Jao Tu 668 Squid Ship (2) in the South Pacific Ocean at night. Hundreds of light bulbs adorn the sides of ships to attract squid to the surface of the water, where they can more easily be caught.     ----PIEFOTO----    Un barco chino de pesca de calamar en el Pacífico Sur, en julio de 2022.

Los esclavos del calamar

Lea el reportaje completo de Ian Urbina sobre la flota china de pesca de altura.

Sobre el autor

El periodista estadounidense Ian Urbina.
El periodista estadounidense Ian Urbina.

Ian Urbina es el director de The Outlaw Ocean Project, una organización sin ánimo de lucro de periodismo con sede en Washington D.C. que se dedica a investigar los crímenes contra los derechos humanos, el medio ambiente y violaciones contra los derechos laborales en el mar. Antes de fundar The Outlaw Ocean Project, Urbina trabajó durante casi 17 años como reportero de The New York Times. Ha recibido varios premios de periodismo, entre ellos un premio Pulitzer, dos premios George Polk y un Emmy.

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