Las aulas vacías de Ucrania

Los niños de Ucrania habían asimilado la lección impuesta por la pandemia del coronavirus, esa de asistir a clase desde la distancia, cuando la guerra nubló de nuevo todo el sistema educativo del país. La contienda se ha encargado de diseminar alumnos dentro y fuera de Ucrania. Más de la mitad de los 7,5 millones de niños se han visto desplazados y cinco millones vieron cómo quedaba suspendido su proceso de educación. Frente a las dificultades, no perder el curso se convirtió en otra forma más de resistencia.

Los profesores retomaron el hábito pandémico de impartir sus temarios a través de la pantalla del ordenador. Alumnos de una misma clase asistían desde diferentes países europeos, refugiados en regiones del oeste o desde zonas sacudidas por la guerra. Y, en cuanto era posible, se reabrían los centros en lugares que dejaban de ser frente de batalla. Así ocurrió con localidades como Irpin (región de Kiev), ocupada durante un mes por tropas rusas. Allí se encuentra la escuela fotografiada para este reportaje, un ejemplo entre cientos de las que han sido dañadas por la guerra. Natalia, de 42 años y directora de una escuela en la vecina Bucha, cuenta que la reapertura de las clases y volver a socializar es lo que más ayuda a los niños en el proceso de recuperar sus rutinas. En algunos casos, las tropas invasoras tomaron los colegios como cuarteles, defecaban en las aulas y dejaban mensajes humillantes para los ucranios en las pizarras mientras mataban y sometían a los habitantes. En otros, cuando la contraofensiva local les obligaba a replegarse, destruían las escuelas en represalia al tiempo que huían. —eps

Las fotografías muestran un recorrido por las aulas vacías del Liceo #3 de Irpin, localidad de 100.000 habitantes ubicada a las afueras de Kiev que fue escenario de feroces combates entre el ejército de Ucrania y el de Rusia.