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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

¿Es arte?

La piedra dibujada de la cueva Blombos de Sudáfrica no va a marcar el origen de la creatividad, pero nos da un valioso dato sobre su evolución

Javier Sampedro
Interior de la cueva de Blombos, Sudáfrica, donde apareció la piedra pintada.
Interior de la cueva de Blombos, Sudáfrica, donde apareció la piedra pintada.Magnus M. Haaland

Para la gente con ocasionales vértigos metafísicos, no hay cuestión más magnética que la de los orígenes. En este género, la pregunta que genera todas las demás es ¿por qué hay algo en vez de nada? Pero de ella cuelgan como cerezas, o como desgracias, reatas y retahílas de cuestiones igualmente esenciales, como las que suele hacer una niña. ¿Cuál es el origen de las partículas, los átomos y las fuerzas fundamentales, como la gravedad que adhiere nuestros pies a tierra firme o el electromagnetismo que mantiene unido nuestro cuerpo? Por seguir con otra pregunta tonta, ¿cuál es el origen de la vida? Y de la primera célula moderna, y del primer organismo multicelular, y del primer animal. Y de la consciencia, de la mente humana, del lenguaje y de la ciencia. La pregunta que ha resurgido esta semana, como puedes leer en Materia, tiene probablemente una altura parecida: ¿Cuál es el origen del arte?

El hallazgo de una piedra marcada con líneas de ocre y datada en 73.000 años atrás, en la cueva Blombos de Sudáfrica, pretende marcar el origen del arte, y por lo tanto de nuestra creatividad y capacidad simbólica. Pero, naturalmente, tenemos que plantearnos un problema mucho más profundo que las fechas y las cuevas concretas: ¿es eso arte? Que es lo mismo que preguntar ¿qué es el arte? Por supuesto, la respuesta más simple es la del juez Potter Stewart, que dijo sobre la pornografía: "No sé definirla, pero la reconozco cuando la veo". Así mismo es el arte, ¿no es cierto, desocupado lector?

De hecho, una autoridad en la evolución humana, María Martinón-Torres, es muy escéptica sobre las posibilidades que tiene esa piedra de Blombos de aspirar al origen del arte. No cree que esos trazos puedan interpretarse como un arte figurativo complejo. No tiene una manía particular contra la cueva sudafricana, pues considera que otros artefactos hallados antes allí, como unas cuentas de collar con figuras geométricas, son más sugerentes que la piedra actual. También nos recuerda que nuestro ancestro el Homo erectus ya hizo unas conchas parecidas en Java hace medio millón de años. Son jarros de agua fría sobre la teoría del origen del arte en Blombos.

Pero en lo que estamos no es en una carrera a ver quién encuentra la evidencia de arte más antigua, aun a costa de cocinar la definición de arte hasta que se ablanden sus cartílagos y se deformen sus límites. Lo que pretendemos es entender la evolución humana. Y, como siempre en ciencia, la única religión es la realidad. Solo el mundo real acabará determinando quién inventó el arte, y cuándo y dónde. Blombos es uno de los sitios arqueológicos más interesantes del planeta, y lo seguirá siendo por muchos años de excavaciones, hipótesis y método científico. Y, después de todo, como dijo García Márquez, "la verdadera exclusiva no consiste en darlo antes, sino en darlo mejor".

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