Esta tierra de burbujas es mía

LA TIERRA caliza y sus uvas combinan bien con la medida calidez del primer otoño en Cumières, en la Champagne francesa. La caliza se equilibra, además, con terrones de arcilla y limo. La primera es buena para la uva chardonnay, los segundos para las tintas pinot noir y meunier. Las laderas se dejan acariciar por las voces del sur, mientras una rendija de sol ilumina la alacena. La masa, las levaduras, la frescura y el calor del hogar conforman un panorama único de sentimientos y sabores. Es un vino que acoge como buen anfitrión: amplia sonrisa y generosidad, discreción. Las gotas del rocío brillan en un suelo verde y activo. En la escuela, la sonrisa de los niños anuncia el reencuentro inminente. Brioche con mantequilla y limón, manos de tiza. En casa, sarmientos, cenizas de pureza, vida que renace en el silencio de la bodega. Bosque y humedad, resina y piñones, madroño, corazón de granada (madera, fruto rojo, fluidez, texturas). Y anís estrellado.

Direcciones: Catalina House — Jaime Beriestain — Schott Zwiesel