El pequeño gran cambio
Esta es la historia de seis familias rurales de América Latina, excluidas del sistema financiero y en situación de vulnerabilidad, a las que un préstamo diminuto les abrió una puerta gigantesca.
EN BRASIL, doña Dulce pidió 1.000 euros, los invirtió en su negocio de escobas artesanas y logró quintuplicar sus ingresos mensuales...
... En Panamá, Adelaida Morán apostó a futuro y, poniendo como aval una motosierra, hoy planea mandar a la universidad a sus nietos...
... Y, en la República Dominicana, Diana Céspedes ya no hace milagros para subsistir: ahora exporta bananos orgánicos a Europa.
Para escapar de la espiral de la pobreza, a veces basta con un ligero empujón económico. El nobel de Economía Amartya Sen le dio a finales del siglo XX un giro al concepto de pobreza: no se trata de alguien que tiene o produce poco, sino de aquel que, por falta de recursos, no ha logrado desarrollar sus capacidades. Sus teorías inspiraron las microfinanzas, ese pequeño empujón económico capaz de revertir la espiral de miseria y generar desarrollo. Las historias que se narran en este especial comparten ese instante: el día en que todo cambió, un antes y un después que les permitió ampliar su quiosquito, comenzar a exportar plátanos al otro lado del Atlántico o establecer un próspero negocio ganadero. El pequeño gran cambio. Entre ellas, hay una abrumadora mayoría de mujeres. Pero el objetivo es siempre el mismo: abandonar la exclusión financiera para salir de la pobreza.
El arma de Naciones Unidas para erradicar la pobreza
- Durante la 70ª Asamblea General de la ONU, en 2015, los líderes mundiales se comprometieron a luchar por un mundo más justo e igualitario. En su agenda figuraban 17 objetivos y, al menos 5 de ellos, destacan la necesidad de un acceso ampliado o universal a los servicios financieros. Un ambicioso plan de acción que define prioridades de desarrollo para el año 2030, con el fin de erradicar la pobreza, terminar con la brecha de género y promover una vida digna con oportunidades para todos.
- Según cálculos del Banco Mundial, 2.000 millones de adultos “no están bancarizados”, lo que supone cerca del 40% de la población del planeta. En América Latina, la región del globo en la que posan su mirada los seis reportajes que recorren estas páginas, la cifra asciende a 210 millones de personas.
- Un pequeño préstamo tiene un poder de transformación enorme y la figura del asesor dentro de las llamadas instituciones microfinancieras (IMF), que es quien llega hasta el emprendedor allá donde esté, por remoto que sea el lugar, es clave. Sin él, personas como Quintín Quispe o Adelaida Morán jamás se habrían atrevido a entrar en un banco y solicitar un préstamo. La tecnología también juega un papel fundamental: acercan la oficina hasta los hogares de los emprendedores evitando que pierdan tiempo y dinero en desplazamientos.
Adelaida Morán. Conquistar el futuro balboa a balboa
En Panamá, Adelaida Morán apostó a futuro, y poniendo como aval una motosierra hoy planea mandar a la universidad a sus nietos.
Quintín Quispe. Moldear un mundo más próspero
En Perú, Quintín Quispe vendía silbatos de barro con forma de pájaro. Ahora, ha fundado una carpintería llamada La Tablita en la que construye muebles.
Diana Céspedes. La mujer que tiene más actividades que la reina Letizia
En la República Dominicana, Diana Céspedes ya no hace milagros para subsistir, ahora exporta bananos orgánicos a Europa.
Astrid Orjuela. Trabajar para que nazca la cabra perfecta
En Colombia, Astrid Orjuela se ha convertido en productora de leche de cabra y también tiene un criadero de estos animales.
Dusileide Bezerra. Las escobas de palma de doña Dulce
En Brasil, doña Dulce pidió 1.000 euros, los invirtió en su negocio de escobas artesanas y logró quintuplicar sus ingresos mensuales.
Isabel Pacajoj. ¿Cómo se dice empresaria de éxito en quiché?
En Guatemala, Isabel Pacajoj tiene una empresa de productos textiles. Cuentan con 12 empleados y crean otros 40 empleos indirectos.
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