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Descubierto un nuevo síndrome genético que predispone al cáncer

Las mutaciones encontradas en el gen FANCM también provocan rechazo a la quimioterapia

Jessica Mouzo
Placa de Petri en un laboratorio
Placa de Petri en un laboratorio GETTY IMAGES

Investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red en Enfermedades Raras (CIBERER) han descubierto una nueva mutación genética que predispone a determinados tipos de cáncer en edades tempranas. Aunque la muestra de pacientes es pequeña (ocho personas, porque se trata de síndromes minoritarios), los científicos han constatado que los errores detectados en las dos copias (procedentes del padre y de la madre) del gen FANCM son los causantes de que estos pacientes desarrollen tumores de forma precoz y, además, no respondan a los tratamientos con quimioterapia.

Hasta ahora, los investigadores pensaban que el gen FANCM, que codifica una proteína que participan en la reparación del ADN, era el causante de la anemia de Fanconi, un síndrome hereditario (afecta a uno de cada 100.000 niños) que genera insuficiencia medular progresiva y predispone a varios tipos de tumores. Sin embargo, los investigadores del CIBERER encontraron mutaciones del gen en varios pacientes que no tenían anemia de Fanconi. “En dos trabajados reportamos ocho pacientes con estas mutaciones y ninguno con anemia”, explica Jordi Surrallés, director del servicio de Genética del hospital Sant Pau de Barcelona y jefe de grupo del CIBERER. Los investigadores han publicado dos artículos confirmando el hallazgo, uno en Genetics in Medicine y otro en la revista oficial del American College of Medical Genetics, del grupo Nature.

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Los investigadores detectaron tumores muy tempranos en ocho pacientes. En mujeres, principalmente cáncer de mama entre los 30 y 40 años. En hombres, carcinomas escamosos de cuello y boca y tumores hematológicos en individuos de poco más de 30 años. Físicamente, los pacientes presentaban características similares a otros síndromes, como son menopausia prematura en mujeres y baja estatura y características faciales específicas (base nasal ancha, mandíbula pequeña) en hombres. La secuenciación de su genoma dio con la clave al encontrar una mutación patogénica en las dos copias del gen FANCM, hasta ahora vinculado a la anemia de Fanconi. Ninguno de ellos, no obstante, tenía fenotipos hematológicos o malformaciones congénitas que sugiriesen esta dolencia. Se trataba, pues, de otro síndrome genético.

En personas sanas, explica Surrallés, “el gen FANCM codifica correctamente la proteína y participa en una ruta de reparación para prevenir que se produzcan mutaciones en células sanas”. Así, si hay una mutación en los dos alelos del gen, sostienen los investigadores, la proteína no hace su trabajo de corregir los errores genéticos y las mutaciones se multiplican, generando tumores. “En una persona sana las mutaciones se acumulan por beber o fumar; en los casos que hemos estudiado, en cambio, las mutaciones se multiplican sin exponerse a mutágenos externos como el tabaco”, concreta el genetista.

Pero además de aumentar la predisposición al cáncer, la investigación señala que los pacientes tampoco responden favorablemente a los tratamientos con quimioterapia. “Hemos visto que cuando tratamos los tumores del paciente, las células sanas reaccionan muy mal y como no se reparan, debido a ese fallo genético, también mueren. Tienen una respuesta tóxica a la quimioterapia”, apunta Surrallés. El pronóstico para estos pacientes es, por tanto, bastante negativo.

“Como en pacientes con anemia de Fanconi, en estos casos habría que incluirlos en programas de detección precoz y revisiones periódicas desde edades tempranas, además de aumentar el autocontrol de los pacientes”, explica Surrallés. En personas sanas, los tumores descritos se pueden extirpar y luego complementar la cirugía con sesiones preventivas de quimio y radioterapia para evitar recidivas. “En estos casos, sin embargo, no se puede dar quimioterapia porque los pacientes no responden a ella, así que la probabilidad de que reaparezcan es mucho mayor”, agrega el médico, que apuesta por fomentar la investigación “de quimioterapias que no sean genotóxicas”.

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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