Eva Ekeblad, la aristócrata que popularizó la patata
La primera mujer en ingresar en la Real Academia Sueca de las Ciencias extendió el consumo del alimento, se preocupó por los pobres y contribuyó a reducir la hambruna
Eva Ekeblad nació en Estocolmo (Suecia) el 10 de julio de 1724. Su verdadero nombre es Eva de la Gardie y está considerada como la primera mujer química de Suecia. A pesar de pertenecer a la aristocracia, de frecuentar los salones literarios y de tener que cuidar a siete hijos desde muy joven, Eva tuvo inquietud y dedicó tiempo para convertirse en agrónoma y ser catalogada como una gran científica por sus descubrimientos.
Eva de la Gardie era hija del conde estadista Magnus Julius de la Gardie y de la política y anfitriona de salones literarios Hedvig Catharina Lilje. Por pertenecer a la nobleza, Eva fue obligada a casarse muy joven, a los 16 años, y casi por conveniencia familiar con otro noble, el conde Claes Claesson Ekeblad, también estadista, y de quien tomó el apellido.
Eva se convirtió a los 18 años en madre y tuvo siete hijos en tan sólo 12 años, un solo varón y seis mujeres. El matrimonió residía en Estocolmo, donde participaba con frecuencia en las reuniones de la aristocracia y de la nobleza sueca. Eva Ekeblad, que era la anfitriona de un salón cultural, empezó a ser conocida y respetada por su integridad moral y por su caridad hacia los pobres, lo que sin duda marcó también su interés por la ciencia como herramienta para intentar ayudarlos.
La familia también tenía una hacienda en Västergötland, una provincia histórica de Suecia situada en la zona suroeste del país, que servía para el esparcimiento de la prole, ya que se llevaban muy pocos años de diferencia entre ellos. Debido a las largas ausencias de casa del conde Magnus Julius, Eva Ekeblad se convirtió en la responsable del terreno y también comenzó a supervisar el trabajo de otras propiedades rurales.
El descubrimiento más conocido de Eva Ekeblad fue obtener, en 1746, harina y alcohol utilizando patatas, lo que le valió, dos años después, ser la primera integrante femenina de la Real Academia de las Ciencias de Suecia.
Eva Ekeblad comenzó a cultivar plantas de patata en su hacienda, que eran muy desconocidas hasta entonces al haber llegado a Suecia apenas un siglo antes, en 1658, y ser un cultivo exclusivo en los invernaderos de la aristocracia. Esta medida fue suficiente para mejorar ampliamente los hábitos alimenticios y reducir las hambrunas de las clases más desfavorecidas en los años siguientes.
La condesa fue quien popularizó el consumo de la patata, ya que las personas con menos recursos vieron en este tubérculo la oportunidad de sobrevivir con menos dificultades saciando el hambre porque se dieron cuenta de que se cultiva en cualquier lugar sin necesidad de herramientas extraordinarias y no tenían que trillar, secar ni molerla para poder comerla y, al mismo tiempo, era rica en vitaminas y energía. Para una clase que no tenía recursos la patata se convirtió en la primera comida rápida de la historia porque se podía cocinar sobre el fuego en una sola olla grande. Desde entonces, por su sencillez y alto valor energético, la patata se convirtió en una piedra angular de la dieta sueca.
Eva Ekeblad descubrió la harina de patata a partir de tubérculos previamente cocidos y secos y tras ser molidos. El resultado es una harina muy rica en hierro e hidratos de carbono y, por lo tanto, saciante que era muy valiosa a la hora de elaborar pan. Asimismo, descubrió que las patatas podían ser destiladas en licores, algo que antes se había logrado de trigo, el centeno y la cebada y también un método para teñir algodón textil y lana utilizando jabón y cómo reemplazar los peligrosos ingredientes de los cosméticos de la época haciendo polvo derivado de las patatas.
Fue tal la obsesión que llegó a tener por la patata y por sus beneficios para la salud y la vida diaria, que se dice que Eva Ekeblad promocionaba su uso y su consumo utilizando flores de la planta como adornos para el cabello.
Sin embargo, a pesar de su fama y reconocimiento, ingresando en la Real Academia de las Ciencias sueca, nunca participó en los encuentros de la institución, así que en 1751, la entidad científica la nombró miembro honorario en lugar de permanente, entre otras razones porque el estatuto limitaba la pertenencia a los hombres.
Google homenajea hoy a la polifacética condesa, en el día en el que habría cumplido 293 años, con un doodle en el que además de su efigie en una de las letras del buscador, aparece la harina de patata en otra y todas ellas realizadas con mondas de patata.
Eva Ekeblad falleció el 15 de mayo de 1786 en la ciudad sueca de Lidköping a los 61 años de edad, pero su figura siempre quedó unida al impulso definitivo de la patata en Europa casi tres siglos después de que el tubérculo llegara de América.
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