Si hasta 'wasap' tiene una, será por algo
Los humanos producimos ocho millones de toneladas de materia fecal al año. El 75% es agua, pero el resto es una mina… Los datos que lo avalan
5.000 toneladas. El nitrógeno por millón de habitantes que arrojamos al inodoro en forma de excrementos, más 2.000 toneladas de potasio y 1.500 de fosfato. Son sustancias fertilizantes de alto valor agrícola, cuyo uso enriquecería los suelos (más que el fertilizante químico) y dejaría de ensuciar las aguas. Habría que solucionar antes problemas sanitarios asociados. Joan Romanyà, doctor en Biología de la Universidad de Barcelona, confirma que es difícil de aplicar fuera de pequeñas comunidades rurales.
15 trasplantes fecales. Son los que se han llevado a cabo en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid, uno de los pocos en España que aplica este tratamiento. “Los pacientes suelen ser mujeres de 80 años [llegan más a esa edad que ellos] a las que una diarrea crónica (Clostridium difficile) impide hacer vida normal, las recluye en casa y convierte en ‘ancianos frágiles”, expone Antonio López–San Román, jefe de Gastroenterología de dicho hospital. El pronóstico, excelente. La tasa de curación en EE UU es del 94% frente al 31% que se trata con antibióticos.
1.200 especies distintas de microorganismos. Habitan nuestro estómago. A mayor diversidad bacteriana en el intestino, mejor salud general. A través de una colonoscopia, un trasplante de heces altera la flora bacteriana. “Los donantes suelen ser familiares”, aclara el médico Antonio López–San Román, quien no duda de que pronto se probará con hígados grasos, colon irritable y enfermedad del Crohn. Experimentos en ratones acreditan la existencia de bacterias que desencadenan obesidad o delgadez, por lo que el trasplante fecal también podría ayudar a perder peso.
1.000 euros. Lo que puede ganar en EE UU donando excrementos humanos. La ONG OpenBiome está construyendo su propio banco de heces, y paga a quienes le ayudan, aunque asegura que solo el 3 % de los donantes son válidos. Científicos de la entidad trabajan en pastillas de caca congelada para evitar las molestias de una exploración interior de colon.
50%. Porcentaje de pacientes con trastornos mentales que también presenta problemas digestivos. Yolanda Sáenz, investigadora del CSIC que coordina un proyecto sobre la comunicación entre microbiota intestinal y sistema nervioso, asegura que las emociones influyen en el intestino, y viceversa. “Modulando la microbiota se pueden atenuar alteraciones de comportamiento (ansiedad, depresión) relacionadas con el estrés”, asegura. Los excrementos, como un antidepresivo más. Falta investigación en humanos.
90. Latas rellenas de sus propios excrementos que el artista italiano Piero Manzoni (1933-1963) llegó a exponer en museos como el MoMa de Nueva York o el Pompidou de París. La serie se titulaba Mierda de artista. En Corea del Sur incluso existe el Museo de la Caca.
95%. Ahorro en CO2 que es posible con el biometano, la energía que se produce a partir del excremento humano. En Reino Unido ya circula un autobús con este tipo de energía. Sarah Jewitt, profesora de la Universidad de Nottingham (Reino Unido), hace las cuentas: “Si todas las plantas de aguas residuales fabricaran energía a partir de las heces, 350.000 hogares podrían abastecerse solo a partir de los deshechos humanos”. En España, los excrementos también se aprovechan, pero muchos acaban en vertederos por falta de inversión económica.
48 horas. El tiempo máximo que suele pasar hasta que un recién nacido brinda su primer obsequio a los orgullosos padres, el meconio, una sustancia viscosa con células muertas y otras secreciones que los pediatras identifican como la primera hez. Toda una prueba de amor.
Fuentes adicionales: Asociación Española de Biogás; Science; Universidad de Nottingham; FAO; Sociedad Chilena de Obesidad; JAMA y Britannica.com
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