Tres no son multitud
La cooperación triangular complementa a la Sur-Sur de forma eficiente e innovadora
¿Cómo hacer que la cooperación al desarrollo sea más efectiva? Esa es la cuestión que se plantea la comunidad internacional para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijados para 2030. La Agenda de Adís Abeba para la financiación del desarrollo y, sobre todo, el Objetivo número 17, de carácter transversal (“Alianzas para lograr los objetivos”), señalan claramente las asociaciones como herramientas imprescindibles para el éxito y la efectividad de la cooperación.
Las asociaciones son el equivalente de hacer más con menos recursos; de la eficiencia efectiva en la cooperación, esa que, en definitiva, mejora las vidas de las personas de forma sólida y duradera. Aliarse para el desarrollo es sinónimo de unir fuerzas y voluntades, sumar esfuerzos y crear sinergias. Las alianzas promueven la creatividad y el ingenio, un punto de partida excelente para que el pensamiento lateral se haga paso y dé un nuevo impulso al desarrollo. No son pocos motivos, ni mucho menos vanos, para desdeñar las alianzas como método para lograr una cooperación al desarrollo efectiva.
Los principales actores mundiales de la cooperación al desarrollo discuten estos días en Nairobi cómo conseguir esa efectividad en el segundo encuentro de alto nivel de la Alianza Global para la Cooperación Eficaz al Desarrollo. En este congreso, la Cooperación Sur-Sur y, en particular, la Triangular cobran protagonismo con una sesión plenaria sobre las enseñanzas y buenas prácticas que comportan estas modalidades innovadoras de colaboración basadas en las alianzas.
Ya sea entre países del Sur o con apoyo de un socio triangular, son dos formas de cooperar con las que los países pueden alcanzar sus prioridades de desarrollo y, al mismo tiempo, proyectar sus redes de política exterior y relaciones económicas. Tanto la Sur-Sur como la Triangular no son fines en sí mismas, sino medios para alcanzar un fin. Por eso se encuentran entre los medios clave para la implementación de los ODS, en los que se explicita una llamada a estas modalidades para mejorar el acceso a la ciencia, a la tecnología e innovación y fomentar el intercambio de conocimientos. La Agenda para la Acción de Adís Abeba también subraya la contribución creciente de ambos tipos de alianzas a la erradicación de la pobreza y el desarrollo sostenible, y anima a los países en desarrollo a aumentar sus esfuerzos para reforzarlas.
En esta Agenda para la Acción se enfatiza el compromiso con la Cooperación Triangular como medio para garantizar la transmisión de experiencia y conocimientos técnicos en la cooperación al desarrollo. Para la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), las triangulares son alianzas entre dos o más países en desarrollo con una tercera parte, normalmente un donante tradicional y/o una institución multilateral. Pero independientemente de la definición, las iniciativas de carácter triangular tienen en común que combinan, además de recursos financieros, conocimientos, capacidades y experiencias entre países desarrollados y países en desarrollo, aunque los roles de los distintos socios puedan ser muy distintos.
La colaboración a tres en algún área específica puede incrementar el impacto de sus contribuciones y además generar otros efectos secundarios positivos
En muchos casos, los proveedores de cooperación Sur-Sur todavía necesitan apoyo técnico, financiero y capacidades de los socios triangulares cuando asisten a otro país en desarrollo. Los socios triangulares se benefician asimismo de la capacidad institucional reforzada en el Sur mundial, por la cual incrementan el impacto de su inversión en ayuda oficial al desarrollo.
El modelo triangular de cooperación se basa en la asunción de que los países del Sur se encuentran en una posición mejor para ofrecer soluciones más adaptadas a las necesidades de los países beneficiarios, dado que han confrontado con éxito recientemente desafíos similares. Los socios del Sur en un esquema de colaboración triangular podrían compartir también características económicas y geográficas parecidas, o tener lazos históricos o regionales, así como una lengua en común. A través de esta conexión a tres bandas, los donantes tradicionales tienen la posibilidad de expandir el alcance y el impacto de las asociaciones con estos países del Sur mundial.
Independientemente de su tamaño o peso político en la nueva escena internacional (con la emergencia de nuevos actores, foros e instituciones como el G-20) todos los actores de la cooperación al desarrollo pueden encontrar fórmulas interesantes de trabajar conjuntamente con socios del Sur mundial. Esta colaboración a tres en algún área específica puede incrementar el impacto de sus contribuciones y, a su vez, generar efectos secundarios positivos, en especial en aquellas alianzas que ya se han probado exitosas y efectivas. Es decir, que la cooperación triangular puede convertirse eventualmente en una herramienta para crear alianzas que vayan más allá del ámbito de la cooperación al desarrollo.
En los últimos años, los países de renta media han financiado más de dos tercios de los proyectos de la FAO en materia de cooperación Sur-Sur. De entre ellos, Brasil y China representan más de la mitad de las contribuciones financieras. El resto de actividades de alianza Sur-Sur o triangulares —menos de un tercio— han sido financiadas por socios triangulares, ya sean países o instituciones multilaterales. Estas cifras ofrecen una lectura clara. En primer lugar, se necesita ampliar el abanico de proveedores de cooperación Sur-Sur; y en segundo lugar, existe un gran potencial para que más socios triangulares que faciliten intercambios Sur-Sur, muy especialmente entre los países de la OCDE que, con escasas excepciones, solo participan de forma esporádica o ad hoc en proyectos de cooperación triangular.
Por todo ello, la FAO está convencida de que tanto la cooperación sur-sur como la triangular son mecanismos altamente efectivos para lograr los ODS de una forma eficiente e innovadora, y está comprometida con el fomento y la facilitación de esas alianzas que generen y que multiplican las potencialidades entre los países del Sur mundial para lograr un desarrollo sostenible.
Alexander Jones es director interino de la División de Cooperación Sur-Sur y Movilización de Recursos de la Organización para la Alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas (FAO).
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