"Bótox' para Pablo Iglesias e injertos de pelo para Albert Rivera"
Así mejorarían los cirujanos plásticos la imagen de los candidatos a la presidencia del Gobierno. Pero, ¿les granjearía algún voto?
¿Se imagina a Mariano Rajoy sin barba o a Pablo Iglesias con el pelo corto? No sabemos si estarían más guapos, pero correrían el riesgo de desequilibrar su imagen con respecto a su mensaje (la barba es un reflejo de los años, que pueden traducirse en experiencia; y la coleta en disconformidad y rupturismo). Tal vez por eso, porque se aferran a la impresión que ofrecen sus características físicas, estos dos candidatos sean los que ofrezcan un aspecto menos cuidado de los cuatro con posibilidades a ser el próximo presidente del Gobierno. Para algunos psicólogos, la importancia de la belleza en los aspirantes a ocupar puestos públicos tiene que ver con "el efecto de halo”. Según este concepto, descrito por el psicólogo Edward L. Thorndike en 1920, las personas atractivas irradian una aureola positiva que se extiende a otras cualidades y por eso se las considera más inteligentes, creativas, mejores líderes, padres, etc. Es decir, que juzgamos el interior en función de la superficie.
“Lo atractivo siempre genera más adhesión”, asegura Jorge Santiago Barnés, director del Máster en Asesoramiento de Imagen y Consultoría Política de la Universidad Camilo José Cela de Madrid. Aunque para este experto la imagen psicológica (carisma, humildad, personalidad…) es más importante que la física (indumentaria, estilo, rasgos) y la corporal (gestos, posturas), "cuidar el aspecto es un modo de obtener más votos. Comunicamos mucho más de manera no verbal que con palabras". Y pone como ejemplo el debate entre los candidatos a la presidencia de Estados Unidos en 1960, Kennedy y Nixon: para el que lo escuchó por la radio ganó Nixon y para los televidentes el triunfador fue su rival, por su indiscutible atractivo físico.
El doctor Arquero distingue tres zonas en la cara relacionadas con nuestra percepción de sus características: la frente representa la parte racional e intelectual de las personas; la zona de los ojos, nariz y boca se relaciona, según el experto, con cómo intuimos las emociones; y las características del mentón y el cuello las vinculamos a la parte instintiva (energía, potencia…). “Suele coincidir que nos resultan más amables unas caras u otras dependiendo de estas divisiones, aunque no sea una disciplina avalada por la ciencia. La mandíbula de Rajoy da la sensación de poderío físico y potencia. Todos los candidatos tienen la parte racional poderosa: el que más, Iglesias”, sostiene.
Los candidatos a las elecciones prestan atención a su imagen en lo que se refiere a la ropa, cada uno con su propio estilo para exteriorizar credibilidad. Sin embargo, no han sucumbido a la magia de los retoques estéticos. Algunos expertos dan las claves de lo que podrían modificarse estos líderes políticos para ofrecer una imagen más sólida… ¿y ganar algún voto?
Mariano Rajoy: una mandíbula severa
El presidente del gobierno en funciones, por edad (61 años), es el que más podría transformar su aspecto. El doctor Chris Oyola, director de la Clínica Bruselas, retocaría la zona ocular para quitarle años, lo que se denomina 'blefaroplastia', “una intervención sencilla, que se practica con anestesia local”. Pero su problema más acusado y complejo es la mordida, tiene la mandíbula más adelantada que el maxilar superior y eso le da un aspecto severo. "Necesitaría una cirugía ortognática de avance maxilar. Es un cambio estético radical, embellece una barbaridad, es muy agradecido", afirma Ignacio Martín Pérez, especialista en estética dental del centro MaterNatal. Y añade: tiene los dientes incisivos y caninos desgastados y una sonrisa invertida, así que le vendrían bien “unas carillas cerámicas y también un blanqueamiento, porque es fumador de puros y se ve la dentadura oscura”, añade Martín Pérez.
"Recomendaría una inyección de 'bótox' a todos los candidatos para que se les viera más relajados” (Chris Oyola, cirujano)
Por el mentón saliente, “su sonrisa es bastante ambigua, no se sabe si ríe o llora. Y la barba no le beneficia”, comenta Pedro Arquero, cirujano plástico de la Clínica Dr. Arquero, quien aprecia otro problema estético que puede traducirse en falta de confianza de su electorado, el tinte de su pelo: “Los cambios de tonalidad son muy frecuentes y exagerados, le hemos visto pasar del marrón al negro azabache en poco tiempo. No es bueno, porque confunde”.
“Compite con tres aspirantes muy jóvenes. A Rajoy le propondría un rejuvenecimiento facial con la eliminación de las ojeras, las bolsas y la piel sobrante de los párpados y una ortodoncia para corregir la mandíbula”, coincide el doctor César Casado, secretario general de la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE).
Pedro Sánchez: problemas de piel
El candidato que puede parecernos más emocional de los cuatro, por su configuración facial, es Pedro Sánchez. "Hay armonía entre las partes racional, emocional e instintiva”, describe Arquero. El líder socialista es, probablemente, el más guapo de los candidatos al Gobierno, al menos, según los cánones clásicos por los que se rigen los especialistas estéticos. El doctor Oyola trataría, sin embargo, su piel con peelings químicos alternados con dermoabrasión o láser de CO2 fraccionado, para reducir las marcas de acné.
También su mandíbula se encuentra desplazada levemente hacia delante, y eso le da un aspecto más masculino, pero tiene un incisivo ligeramente más corto que otro, “que podría tratarse con una carilla para armonizar la sonrisa”, aclara Martín Pérez.
Albert Rivera: déficit capilar
El candidato más joven, Albert Rivera (36 años), todavía no debe preocuparse por las arrugas y, por su edad, requiere de menos retoques, pero tampoco escapa de las manos de los especialistas consultados. Tanto Casado como Oyola coinciden en tratar su déficit capilar, “primero, con un tratamiento de Plasma Rico en Plaquetas (PRP) y, dentro de unos años, con microinjertos”, especifica el responsable de la Clínica Bruselas. El especialista también modificaría sus dientes: “sus incisivos son cortos, podría ser un desgaste producido por un problema de bruxismo y, además, los tiene ligeramente desplazados hacia la derecha con respecto a la línea media facial”.
Para el doctor Arquero, el líder de Ciudadanos “tiene cara de buen chico, equilibrada, con un toque infantiloide, aunque su mentón, muy potente, le hace parecer un hombre con mucha autoridad. Es el que más se cuida”, sentencia.
Pablo Iglesias: una dentadura imperfecta
En el extremo opuesto, el que menos parece atender su imagen es Pablo Iglesias (37 años), según sostiene Arquero. “Estéticamente, es el que más cambiaría con los retoques. Le veo un entrecejo muy marcado y parece que está siempre enfadado. Para corregir esta impresión, recomendaría una inyección de toxina botulínica (bótox): mejoraría un 95 %, se le quitaría casi por completo", afirma el cirujano Oyola, que aconseja esta técnica no solo al secretario general de Podemos, sino a todos los políticos “para que se les vea más relajados”.
Pero el rasgo más mejorable de Iglesias es el desorden dental. “Tiene un apiñamiento generalizado de todos los dientes. Con una ortodoncia le podría quedar una sonrisa de cine, porque tiene una buena armonía en cuanto al tamaño de los dientes. Cambiaría radicalmente”, subraya Martín Pérez. “Si nos fijamos en la zona del instinto, el mentón y el cuello los tiene muy juntos, y eso hace que la imagen que proyecta esté falta de potencia y energía. Para compensar ese debilitamiento, lleva una pequeña barba que le hace ganar poder”, dice el doctor Arquero.
¿Los candidatos ganarían votos de someterse a los retoques? Los expertos sugieren que de realizarlos, sus imágenes adquirirían un cariz más amable y cautivador, sin embargo, y a tenor de las encuestas, los más favorecidos son los que lucen una estética menos cuidada: Rajoy e Iglesias.
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