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Menú de ortigas

Planta silvestre de tallo dentado, ha formado parte de la gastronomía mediterránea desde la antigua Roma Estas son algunas de las propuestas para degustarla

VICENS GIMÉNEZ

Aristófanes decía que se deben tomar “antes de que lleguen las golondrinas”, es decir, justo cuando empieza la primavera. Hoy nos atrevemos con las ortigas, una verdura silvestre que ha tenido un papel destacado en la alimentación mediterránea. En la civilización romana constituyó un ingrediente básico tanto para la población como para los legionarios, y durante la Edad Media se siguió consumiendo como verdura. La ortiga, Urtica dioica L, es una planta con tallo dentado que puede provocar rubor y ardor en la piel cuando se toca, aunque es suficiente con remojarla para que esto desparezca. Suele crecer en lugares iluminados y climas cálidos. En cuanto a su uso gastronómico, “una vez cocidas, al desaparecer su efecto urticante, no debería haber problema”, explica la doctora María Ballesteros, miembro de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).

La ortiga es baja en sodio, es fuente de vitamina A (necesaria para el mantenimiento de la piel, la visión y del sistema inmune) y potasio (regulador de la presión sanguínea y de las funciones neurológicas y musculares), y es rica en calcio y en fibra. Sin embargo, desde la Fundación Dieta Mediterránea realizan tres advertencias: las embarazadas deben evitarlas, hay que tener cuidado al tocarlas (pueden provocar reacciones alérgicas) y los efectos secundarios ocasionales incluyen malestar estomacal leve.

Consulta nuestras recetas con ortigas.

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