El Banco de España pide que no se revierta la reforma laboral y reclama políticas contra la deuda
El supervisor calcula que el PIB volvió a crecer el 0,6% en el cuarto trimestre, lo que deja el alza anual en el 2,5%
El Banco de España calcula que la economía española ha crecido un 0,6% en el último trimestre del año. Es lo mismo que los tres anteriores trimestres. Esto significa que el PIB acabará el año con un alza interanual del 2,5%, medio punto menos que el año anterior. Para los próximos años, el supervisor calcula que la economía seguirá creciendo cada vez más despacio: el 2,2% en 2019; un 1,9% en 2020; y el 1,7% en 2021. La ralentización llega por el impacto de muchos frentes externos: China parece crecer más despacio, las guerras comerciales afectan al crecimiento mundial y el Banco Central Europeo está retirando sus estímulos. Para hacer frente a este panorama, el Banco de España deja al Gobierno español dos recetas: reducir el déficit y la deuda y no tocar la reforma laboral.
"La economía española habría crecido, en el cuarto trimestre del año, de acuerdo con la información disponible hasta el momento, a una tasa intertrimestral del 0,6 %, al igual que en los dos trimestres precedentes. La desaceleración de la actividad en España a lo largo de 2018 habría sido notablemente menos intensa que en el conjunto del área del euro, lo que, en parte, podría deberse a la inclusión en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2018, que entraron en vigor en el verano, de algunas medidas que han impulsado las rentas de los hogares", señala el Banco de España a modo de resumen.
El consumo de los hogares sigue animando la economía y con la subida de las pensiones y de los sueldos de los funcionarios, la renta de algunas familias ha crecido, lo que ha apuntalado las compras. Además, el petróleo ha bajado en la recta final del año, y en un país tan dependiente de las importaciones de crudo extranjero, eso supone un alivio para los bolsillos.
El Banco de España, sin embargo, advierte de que la ralentización llega y España debería estar preparada. "El escenario central de evolución de la actividad de la economía española no sería inmune a una hipotética materialización de alguna de las perturbaciones procedentes del contexto exterior". Entre esos factores exteriores de incertidumbre, el organismo que dirige Pablo Hernández de Cosa, destaca varios: las tensiones comerciales globales y un cierto endurecimiento de las condiciones financieras mundiales; el devenir de la política presupuestaria en Italia o la incertidumbre en torno a la forma en que se producirá finalmente la salida del Reino Unido de la Unión Europea; las preocupaciones acerca del curso de la economía china, que parece ralentizarse; y la pérdida de dinamismo de las exportaciones europeas hacia el exterior, entre otros elementos.
Prioridad: reducir la deuda
La receta para España que propone el Banco de España es clara: seguir con las reformas, pero no deshacer todas las que se han acometido en los últimos años. "Las políticas económicas pueden realizar una contribución significativa a la reducción del grado de vulnerabilidad", señala.
En la que más insiste, y aquí coincide claramente con las advertencias que han hecho otros organismos públicos como el FMI, es en la necesidad de mantener unas cuentas saneadas. "En particular, el diseño de una estrategia bien definida para la reducción duradera del déficit público estructural y del endeudamiento de las Administraciones Públicas ayudaría a crear cierto margen de maniobra para que la política fiscal pueda hacer frente a las consecuencias de una eventual ralentización de la actividad y a limitar un eventual encarecimiento del coste de financiación de los agentes públicos y privados", recomienda.
La reforma laboral
El Banco de España también lanza un aviso a navegantes sobre posibles cambios en el mercado laboral. Algo velado, pero claro: deshacer la reforma laboral, como está entre los objetivos del Gobierno de Pedro Sánchez (que negocia eliminar algunos puntos clave) puede, según el Banco de España, ser contraproducente. "El despliegue de un catálogo de reformas que fomenten un funcionamiento más eficiente de los mercados de trabajo y de bienes y servicios ayudaría, asimismo, a aumentar el crecimiento potencial de la economía y su resistencia ante perturbaciones exteriores. En este sentido, resulta oportuno mantener y reforzar los principales elementos del actual marco jurídico del mercado de trabajo que favorecen que el ajuste en este mercado sea compatible con una menor destrucción de empleo durante las fases recesivas, así como la eliminación de las regulaciones que limitan la competencia en algunos mercados de productos", pide.
No es la primera vez que el Banco de España lanza este aviso al Gobierno. Hace una semana, el gobernador Pablo Hernández de Cosa ya dio su opinión al respecto sobre la negociación que mantienen Gobierno y sindicatos para eliminar algunos puntos de la reforma laboral del PP. "Es importante no revertir las cosas que se han hecho bien. Y hay que hacer una valoración positiva de las reformas laborales del 2010 y del 2012. Han permitido rebajar la tasa de paro del país y contribuir al crecimiento económico", destacó el pasado viernes en Barcelona, en una conferencia.
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