El ensayo del supuesto antitumoral se hizo sin garantías de seguridad
El gerente del hospital Virgen del Rocío admite que algunos médicos dieron a familiares el fármaco "informalmente" y "en situaciones desesperadas"
El hospital Virgen del Rocío de Sevilla admitió ayer que el medicamento Emend se recetó en altas dosis a seis enfermos de cáncer por si fuera cierto su efecto antitumoral, a pesar de que la prescripción para este uso "no cumple los mínimos requisitos de seguridad exigibles". El centro y la portavoz del Gobierno andaluz, Mar Moreno, negaron ayer que existiera "inequidad" en el acceso al fármaco, pero el gerente del Virgen del Rocío, Francisco Torrubia, admitió en declaraciones a Canal Sur que el fármaco se administró "informalmente" en casos conocidos "por compañeros" y en "situaciones desesperadas".
El Emend se estuvo recetando hasta finales de 2009 bajo la fórmula de uso compasivo (prevista para una finalidad no autorizada oficialmente) y con el visto bueno de la Agencia Española del Medicamento, según explicó ayer la dirección del hospital, que reconoció que esta práctica se frenó después de que una "investigación interna" desvelara que dicha administración se hacía "sin las mínimas garantías de seguridad".
La prescripción se decidió sin conocer ni la toxicidad ni los efectos adversos
El centro emitió un comunicado en respuesta a una resolución dictada la semana pasada por el Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo. En su escrito, el defensor denuncia la "falta de equidad" en la administración del fármaco, cuyo principio activo es el aprepitant, que habitualmente se usa para prevenir las náuseas y vómitos derivados de la quimioterapia, pero sobre el que un grupo de investigadores sevillanos estudia un posible efecto anticanceroso. Es para esta finalidad para la que, según reconoce el Virgen del Rocío, el Emend se facilitó a pacientes oncológicos "a dosis muy superiores de las pautadas para su uso comercial". "Las dosis para las que se usa en este caso no están ensayadas, por lo que se desconoce la toxicidad y los efectos secundarios", advierte el hospital. El tratamiento a las dosis necesarias para intentar que ataque las células cancerígenas cuesta alrededor de 600 euros diarios.
El propio relato descrito ayer por el hospital revela la falta de control que hubo en la prescripción del uso compasivo del medicamento, para el que desde hace cinco años hay pendiente un ensayo clínico en humanos que confirme o desmienta sus propiedades antitumorales. Mientras se investigaba o no, la finalidad anticancerosa del fármaco se ha ido probando entre familiares y allegados de médicos, que son los que conocían los estudios sobre este uso. Y ahí es donde, según el defensor, surge el trato desigual.
La dirección del centro cambió el año pasado y, según explicó ayer, los nuevos gerentes fueron los que detectaron la prescripción irregular y abrieron una investigación. Al ver que las recetas se estaban dando sin las "mínimas garantías de seguridad", decidieron no autorizar nuevas solicitudes, revocar las que ya estaban en marcha y alertar a los profesionales del servicio de oncología y a "otros centros sanitarios públicos". Según fuentes del Defensor del Pueblo andaluz, el aprepitant se dio también con finalidad antitumoral en el hospital Macarena (Sevilla) y en el Virgen de las Nieves (Granada).
Torrubia cuestionó ayer la eficacia del aprepitant para curar el cáncer y lamentó que se hayan generado "falsas expectativas a familias que se encuentran en situación de desesperación y ansiedad". El comunicado del centro recoge la "necesidad de iniciar" un ensayo clínico riguroso "antes de su aplicación en el ser humano".
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