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Cierre nuclear: ahora o nunca

Zapatero afronta su única oportunidad de clausurar una central y cumplir su programa - Garoña es la planta más antigua y la de menor potencia

Garoña no es sólo la central nuclear más pequeña y antigua de España. Es, sobre todo, un símbolo, una ecuación sin salida y un problema político para José Luis Rodríguez Zapatero, que está ante su única ocasión de cerrar una nuclear. La próxima que cumplirá 40 años es Almaraz I, pero eso ocurrirá en 2021. Faltan al menos tres elecciones generales.

El momento es clave. El presidente del Gobierno tiene un mes para decidir el futuro de la central burgalesa después de que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) avalase el viernes que funcione 10 años más. Tiene dos opciones. Puede cumplir su programa electoral y su palabra -"soy el más antinuclear del Gobierno"-. Pero entonces se enfrentará a eléctricas, sindicatos, empresarios, la Junta de Castilla y León y meterá en un lío a su partido en la región. Es más: deberá explicar por qué cierra una central que es segura por motivos ideológicos, y recibirá reproches más o menos públicos de Felipe González, Almunia, Solana, Solchaga e incluso Sebastián y parte del partido.

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La otra alternativa, cerrar la central cuando cumpla 40 años, es decir, en 2011, no es mucho mejor. El presidente "más antinuclear" daría al lobby nuclear su mayor satisfacción en 30 años.

Moratoria de González

Si González dictó una moratoria -por razones económicas, no políticas- y Aznar mandó cerrar Zorita, Zapatero quedaría como el presidente que más ayudó a la industria nuclear. Los ecologistas erosionarían su imagen de presidente verde. El ala ecologista del partido (liderada por Caldera) tampoco callaría, y el PSOE se alejaría aún más de los grupos en el Congreso que necesita como IU-ICV, PNV, BNG o ERC.

Las opciones intermedias no convencerían a nadie. Si la nuclear funciona más allá de 2011 habrá superado los 40 años para los que fue diseñada, con lo que no contentaría a los ecologistas. Pero si la cierra antes de 2019 se enfrentaría a las eléctricas o a los pronucleares. En este caso, las empresas energéticas irían a los tribunales, con posibilidades de obtener una indemnización millonaria.

Si uno mira la hemeroteca diría que la decisión está tomada: Zapatero lo dejó claro a EL PAÍS SEMANAL, en 2006: "La energía nuclear va a provocar un debate muy importante. En nuestro programa, que coincidía con un deseo muy fuerte de la ciudadanía, se incluía la reducción de centrales. Hay problemas de energía, y que quizá aumenten por el precio del petróleo. En ese contexto, vamos a hacer un calendario de cierre de centrales. Esto va a generar mucha polémica porque la mayoría política va a apostar por la energía nuclear. Yo, sin embargo, creo que hay que hacer crecer las energías alternativas. Los ciudadanos desconfían con razón de la energía nuclear porque no está resuelta la seguridad ni está resuelto el problema de los residuos". Del calendario de cierre nuclear nunca más se supo.

"Éste es capaz de cerrarla y para que se vea que es una decisión política prefiere que el informe del CSN sea favorable", vaticina un socialista. Un ex alto cargo del Gobierno dice sentirse "muy preocupado por lo que pueda decidir". Un tercero cree que la cerrará, pero es de los pocos de los consultados que se atreven a hacer un pronóstico. Otro ironiza sobre la división en el partido: "Están los que quieren cerrar todas las nucleares y los que quieren encender la luz por la mañana". El resto de fuentes del PSOE y su entorno consultados admiten que sólo Zapatero sabe qué hará. La legislatura pasada los altos cargos del Gobierno hablaban sin reparos de que la central estaba tocada de muerte. Pero la opinión pública vira lentamente y cada vez es menos antinuclear. La salida de Caldera y Narbona del Ejecutivo también relajan la presión sobre la planta.

Y, sin embargo, si fuera a cerrarla, ¿por qué el Gobierno eludió el tema en campaña? ¿Por qué no hizo un anuncio antes de las europeas? No sólo no lo hizo sino que logró que el CSN ocultara su informe favorable hasta el lunes para salvar las elecciones. Esto apuntaría a que la mantendrá, y el PSOE busca de urgencia argumentos, como mantener Garoña pero obligarla a reinvertir parte de sus beneficios en renovables. Es una opción con la que intentaría cuadrar el círculo nuclear.

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