Naranjas cada vez más amargas
El hundimiento del precio de los cítricos pone contra las cuerdas al campo - La Unió lleva la protesta a la calle y el sector se plantea ir a la huelga
El campo está en jaque. El sector agrario cuenta desde hace años las campañas por derrotas. Los malos datos salpican a casi todas las producciones, pero se visualizan con más crudeza en la citricultura, estandarte histórico y no por ello menos actual de la exportación valenciana y, pese al declive, la actividad agrícola con mayor producción y que más empleo crea todavía. El sector sufre un desplome de los precios en origen que hace cada vez menos rentable la actividad. A ello contribuye la sobreproducción de cítricos en el ámbito mediterráneo en las últimas semanas del año. Los mercados son inundados de mercancía en un contexto de caída de consumo por la crisis económica. A estos factores se suman otros estructurales: la distribución minorista es controlada por pocas empresas, que imponen los precios, mientras que el sector agrario viene lastrado por una fuerte desestructuración, evidenciada tanto en la producción, como en la comercialización e incluso en la reivindicación.
El campo afronta en un clima dramático la campaña, lastrada por las escasas transacciones comerciales y por el mal precio de las pocas que se producen. Para unos, es la peor campaña en tres años, para otros, simplemente la peor campaña, sin acotación temporal. La federación valenciana de cooperativas anunció la semana pasada que estudia paralizar su actividad ante el hundimiento de los precios. La medida, afirmaron, llevaría al paro a 100.000 personas entre recolectores, empleados de confección e industria auxiliar de envases, embalaje y transporte. La Unió calcula que el 30% de la cosecha se quedará sin recoger, y apuesta por ir a la huelga.
La primera respuesta en la calle la dio ayer precisamente este sindicato, que reunió a cerca de 200 labradores ante las puertas de la Consejería de Agricultura. Se vertieron litros de vino, se vaciaron cajas de mandarinas, y se escucharon duras críticas contra Maritina Hernández, titular del departamento. "Lo que no puede ser es que al agricultor no se le pague casi nada, o incluso nada, por los cítricos y a la mujer que va a hacer la compra al supermercado le cobren una barbaridad", decía Domingo Ruiz, de 45 años, llegado desde La Vall d'Albaida.
Las estanterías de un supermercado del centro de Valencia relativizaban, sin embargo, parte de la afirmación: un kilo de naranjas (navelinas) costaba 1,03 euros, y caía hasta los 70 céntimos de euro si se compraba una bolsa de 4,5 kilos. El hundimiento de los precios en origen y la contención del consumo parece haber moderado también lo que paga el cliente final.El agricultor tenía razón en un dato: la situación de los productores es dramática. Según la Unió, el kilo de naranjas (navelina) se está pagando en el campo de media a 0,15 euros. Pero ni siquiera eso es lo normal, porque en los últimos años se ha generalizado la estrategia de "pago a comercialización". Significa que el agricultor cede su producción al distribuidor, este la comercializa, y sólo le paga si obtiene beneficios una vez que ha descontado sus gastos.
El desplome del precio de los cítricos se produce tras una última campaña que dio un respiro a los agricultores en cotización, pero que no supuso una mejora real para el sector porque la producción fue menor. En general, además, el campo sufre la bajada del consumo fruto de la crisis. Y sigue atenazado por el control de la distribución sobre el precio. El secretario general de la Unió, Josep Botella, recuerda que "siete u ocho empresas" concentran la distribución en cada país europeo, "e imponen los precios". Y en la Comunidad Valenciana hay que sumar el fuerte minifundismo y la atomización comercial, que resta fuerza al conjunto. Una situación ante la cual no ha habido una política eficaz. Prueba de ello fue el fracaso de la conocida como Ley contra el Minifundismo, de María Ángels Ramón-Llin.
La realidad que subyace a todo eso es dura. Lo prueban las protestas de la semana pasada de los inmigrantes contratados para la recolección de naranjas ante los continuos recortes de su jornal por parte de las empresas de contratación. Y también algunas de las frases que se oían en la protesta organizada por la Unió. "Mi hijo reza para que granice y se pierda la cosecha para poder cobrar el seguro agrario", decía Elisa Crespo, hija y nieta de agricultores de Carlet. Crespo lamentaba la "división" de los sindicatos en un contexto crítico. La concentración de ayer no fue secundada por la otra gran organización agraria valenciana, AVA-Asaja, que apuesta por que todo el sector analice la situación conjuntamente y por "medidas más contundentes", en palabras de Cristóbal Aguado, su presidente. AVA ha propuesto un paro citrícola en las comunidades productoras, de agricultores y comerciantes. La propuesta está siendo estudiada. Y las cooperativas también proyectan otra movilización.
En lo que el campo está de acuerdo es en que la situación se está volviendo insostenible y hay que tomar medidas. "Este año es la peor campaña", resume Botella. "Estamos en un año muy duro, quizá el más duro en tres años", matiza Aguado. El presidente de AVA cree que los dos próximos años "son cruciales", y marcarán "un antes y un después", ya que de no mejorar la situación se producirá un "abandono masivo" de la actividad. Las principales reivindicaciones se dirigen a Valencia y a Madrid.
Mientras, la Consejería de Agricultura defiende la puesta en marcha de diversas acciones -una campaña de promoción de zumo de clementina o de promoción de cítricos en Rusia- para dinamizar la campaña. También asegura la pronta puesta en marcha del plan de reconversión varietal.
La realidad del sector citrícola
- Evolución de la superficie citrícola. En 2007 había 182.290 hectáreas, 6.400 hectáreas menos que en 2002.
- Producción. El aforo previsto esta campaña es de 3.953.416 toneladas, 734.941 toneladas más que en la anterior.
- Precios en el campo. Un kilo de mandarinas (clemenules) se paga de media a 0,12 euros, según la Unió, y no por debajo de 0,20 euros en cifras de la Consejería de Agricultura. Y uno de naranja (navelina) se paga de media a 0,15 euros, según la Unió, y en la última cotización de Agricultura a 0,14 euros.
- Precios en el supermercado. Ayer se podía comprar en un supermercado del centro de Valencia las mandarinas a 0,95 euros el kilo y las naranjas a 0,7 euros (en mallas de 4,5 kilos) y a 1,03 euros el kilo si es de 1,5 kilos.
- Aportación al PIB. El sector primario aporta el 2,2%.
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