Las ventas de cava aguantan el tipo

La industria del cava en bloque da por enterrado el episodio de boicoteo de años pasados, derivado de la crispación política. El espumoso eminentemente catalán ha cerrado la campaña navideña y el conjunto de 2007 con un mantenimiento o ligero repunte de las ventas respecto a 2006, tanto en el mercado interior como en las exportaciones, aunque la debilidad del dólar ha castigado las ventas en los países con esta divisa.

El champán araña cuota de mercado al caldo catalán, según el sector

El consumo de cava es aún estacional: el 40% del total se vende en diciembre

Este es el diagnóstico en el que coincidían la semana pasada diferentes bodegas y expertos consultados, en la línea de lo avanzado el pasado diciembre por el Consejo Regulador del Cava, que hará público el balance definitivo el próximo mes de febrero. Son las mismas previsiones que tiene Freixenet, la mayor firma de este sector, que espera un incremento de sus ventas dentro y fuera de España. En 2006 los cavistas vendieron 101 millones de botellas en España, el 8,36% más que el año anterior (frente al descenso de 2005 por el boicoteo a los productos catalanes), y 123 millones en el extranjero, con una caída del 4%, con lo que las ventas totales avanzaron un tímido 1,2%.

"Los temas del boicoteo ya no tienen una incidencia significativa; en principio, en España, el sector mantendrá las ventas o registrarán un pequeño incremento, y eso ya es un éxito en un mercado tan maduro como el español", explica el director general de Instituto Catalán del Vino (Incavi), Joan Aguado.

Es lo que Xavier Nadal llama "salvar los muebles". El presidente de Pimecava, la patronal que agrupa a 244 pequeñas bodegas, señala: "En un sector en el que cada vez hay más competencia, más producto, en el que oferta y demanda no casan bien, salvar los muebles es mucho". Y es lo que, a su juicio, ha hecho el conjunto del sector en 2007.

Agustí Torelló, propietario de las cavas que llevan su nombre, es optimista respecto a las pequeñas bodegas, y sobre su empresa en concreto, especializada en el cava de gama alta. "Nos va francamente bien, creemos que hemos vendido el 12% más. A los pequeños nos afectó mucho menos el boicoteo, las grandes marcas aún notan algo, pero los pequeños no nos enfrentamos nunca a grandes cataclismos".

Juvé i Camps también ha recogido frutos en 2007. Mariano Fuster, responsable del departamento comercial, afirma: "El crecimiento ha sido extraordinario hasta noviembre y en diciembre ha habido cierta desaceleración, con lo que el año quedará en bueno". "De no ser por diciembre, hubiese sido un año extraordinario". La marca catalana calcula que sus ventas han crecido entre el 5% y el 15%.

Xavier Nadal, que además de presidente de Pimecava es propietario de las cavas Nadal, coincide en que "en el segundo semestre sí ha habido cierta crisis del consumo, se diga lo que se diga, pero el año ha sido bueno".

En el mercado internacional, la gran bestia negra del cava es el champán, que, además, empieza a comer terreno en España. Fuentes del sector consultadas aseguran que el caldo francés ha mejorado aproximadamente su peso en el mercado español entre el 3% y el 12% en los últimos tres o cuatro años, una cuota de mercado que ha arañado al cava. Dentro del cava, marcas de fuera de Cataluña, como las valencianas o extremeñas, por ejemplo, que asomaron como operadores algo relevantes del mercado a raíz del boicoteo, han conseguido mantener esa posición en el mercado una vez recuperada la normalidad comercial.

Agustí Torelló tiene claros los motivos del éxito del champán, que gana adeptos incluso dentro del propio mercado catalán. "Los franceses han sabido venderlo, como saben hacerlo con todo: vinos, quesos... parecen los mejores. El champán crece incluso en Cataluña. Se trata de venderse mejor", opina.

Y vender mejor el cava pasa por "reforzar su identidad y simplificar su consumo", en opinión de Nadal. Una forma de simplificar el consumo es producir un etiquetaje de botellas más explicativo para los consumidores, que defina mejor las características de cada caldo, qué es un brut y qué es un semi-seco, y cuál es el mejor momento para consumirlo, como aperitivo, como acompañamiento de una comida, para un postre.

Convertir el cava en un vino más, en un aperitivo y no una referencia exclusiva de las celebraciones significaría también aprobar al final otra gran asignatura pendiente del producto: su marcada estacionalización. El 40% de las ventas de todo el año se llevan a cabo en diciembre.

Aun así, el cava puede convertirse en "el vino del siglo XXI", sostiene el presidente de Pimecava. "Es una bebida para gente más joven, tiene menos azúcar que el champán y los tiros del mercado van por ahí". remacha. Sólo debe, según la opinión general del sector, hacer los deberes.