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El Tribunal de Defensa de la Competencia investiga las prácticas de la cervecera Damm

La Generalitat ve indicios de acciones restrictivas, denunciadas por un pequeño distribuidor

Distribuciones Verdún, un pequeño negocio familiar que distribuye bebidas y productos alimentarios en Valls (Alt Camp), ha denunciado al grupo cervecero Damm ante el Gobierno catalán por abuso de posición dominante, según fuentes próximas al caso. Verdún, que antes de dar el paso había pasado dos veces por los juzgados sin éxito, asegura en su denuncia que la conducta de Damm de imponerle los precios de reventa vulnera la ley. La Generalitat ve indicios de ello y ha elevado el caso al Tribunal Catalán de Defensa de la Competencia. Damm subraya que el Tribunal no ha emitido aún ninguna resolución definitiva ni se ha pronunciado al respecto y recuerda las dos sentencias que hasta ahora ha ganado.

Verdún considera que el contrato de distribución firmado con Damm en 1993 incumple el reglamento europeo (2790/1999) en al menos dos puntos y vulnera la Ley de Defensa de la Competencia española (Ley 16/1989), según la denuncia.

En primer lugar, el distribuidor se queja porque asegura que Damm le obliga a fijar los precios a sus clientes y, en segundo lugar, añade que la cervecera le impide llevar a cabo ventas pasivas -se denominan así las ventas realizadas cuando el distribuidor no busca clientes, sino cuando son éstos los que se dirigen a él- fuera del territorio asignado.

La dirección general de Defensa de la Competencia, órgano dependiente del Departamento de Economía de la Generalitat y al frente del cual está Arseni Gibert, ha examinado ya el caso. Economía mantiene siempre el silencio hasta que se pronuncia, cuando ha lugar a ello, el Tribunal Catalán de Defensa de la Competencia (TCDC). Pero según fuentes próximas al caso, esta dirección general ha juzgado "anticompetitivas" tanto la imposición de precios como la imposibilidad de responder a la demanda de clientes fuera del territorio asignado, porque atenta contra la independencia de Verdún.

Prácticas "restrictivas"

Por esos motivos, ha elevado la denuncia al Tribunal Catalán de Defensa de la Competencia (TCDC) al considerar que Damm podría ser responsable de llevar a cabo "prácticas restrictivas a la competencia". Propone que se declare nulo el contrato firmado entre ambas partes en 1993, así como cualquier otro de las mismas características que Damm haya podido firmar con otros distribuidores.

Preguntado al respecto, el grupo cervecero recuerda que el TCDC no ha emitido ninguna resolución y se escuda en dos sentencias judiciales a su favor.

El contencioso empezó hace tres años, en enero de 2004, cuando Damm demandó a Verdún por incumplimiento del contrato al distribuir una marca de cerveza competidora: Heineken. En aquel momento, Verdún justificó que el reparto de Heineken se llevó a cabo ante la negativa de Damm a proveerle, al rechazar cargar un camión de Verdún. El juez dio la razón a Damm en esa ocasión y en otra posterior, cuando Verdún reclamó la nulidad del contrato. Fue entonces cuando Verdún decidió presentar una denuncia ante la dirección general de Defensa de la Competencia, a mediados de 2005.

Uno de los precedentes en los que se basa la denuncia de Verdún es el de Sanmy, una pequeña empresa catalana de gaseosas y refrescos familiar que denunció al gigante Cadbury Schweppes por imponer el reparto de la gaseosa La Casera, propiedad de la multinacional. Fuentes del sector van más allá de la denuncia y sugieren incluso que la cervecera Damm está "presionando" a los distribuidores para que repartan, además de sus cervezas, el agua Veri y los zumos Granini, al haber introducido de forma unilateral ambas marcas en el sistema de rappels (descuento que se aplica por ventas).

Damm, presidida por Demetrio Carceller, controla el 20% del mercado de la cerveza en España, según datos del propio grupo, a través de marcas como Estrella, Voll Damm, Xibeca o Damm-Bier (sin alcohol), entre otras, y también produce el agua Veri y los zumos Granini.

Hace un año, Damm dio el primer paso para convertirse en un gran grupo agroalimentario con la compra del 5% del capital de Ebro Puleva. La cervecera cerró 2005 con una cifra de negocio de 627 millones de euros y un beneficio neto de 57 millones.

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