EE UU declara apta para consumo la carne de animales clonados
La industria defiende la técnica para producir animales más resistentes a la enfermedad
La agencia alimentaria y del medicamento estadounidense (FDA) anunció ayer que el consumo de carne y leche de animales clonados no representa un riesgo para la salud humana, hasta el punto de que estos animales no se pueden diferenciar del ganado común. Con esta conclusión, la FDA abre el proceso en EE UU para que se pueda autorizar la comercialización de productos derivados de animales clonados. Las compañías biotecnológicas sostienen que este proceso permitirá producir animales de mejor calidad y más resistentes a las enfermedades.
La opinión se publicó en la revista Theriogenology y está firmada por Larissa Rudenko y John Matheson, científicos de la FDA. La agencia ya dijo en octubre de 2003, en un primer borrador, que el consumo de productos derivados de animales clonados era seguro. Los autores del artículo corroboran ahora esa tesis y dicen que durante el estudio "no se han observado anomalías en los animales clonados que no se hayan observado en animales producidos por otras técnicas agropecuarias o a través del apareamiento natural".
La FDA concluye a partir de esta revelación que los productos derivados de animales clonados -vacas, cerdos y ovejas- "son tan aptos y sanos para la alimentación" como los provenientes de animales comunes. Y por el hecho de que su consumo no plantea ningún riesgo para la salud humana, la agencia considera que no es necesario identificar estas carnes ni leches ni quesos con etiquetas especiales, que permitan determinar que los productos provienen de animales duplicados por vía genética.
Las autoridades estadounidenses empezaron a investigar sobre el asunto a petición de los mismos productores de vacas, cerdos y ovinos.
Las encuestas muestran que los consumidores son reacios a comprar "alimentos de laboratorio", por los riesgos que creen plantean a la salud. El sector espera que esta opinión de la FDA sirva para recuperar la confianza de los estadounidenses hacia estos productos.
Pero el 35% de los adultos en EE UU dice que nunca comprará leche o carne de reses clonadas, incluso si la FDA dicen que son seguras.
La FDA se topa además con el problema de que tiene muy difícil controlar la introducción en la cadena alimentaria productos cárnicos o lácteos provenientes de animales clonados. Por eso, durante el estudio, la agencia pidió a los productores que aplicaran una especie de embargo voluntario hasta que hiciera pública su opinión final. La agencia alimentaria abre ahora un plazo de 90 días para que las partes interesadas puedan hacer sus comentarios a su evaluación de riesgos.
Los legisladores en Washington piden a la FDA que sea clara ante los consumidores estadounidenses, a la hora de explicar cómo se ha realizado este estudio. Las compañías biotecnológicas que desarrollan estas técnicas insisten, por su parte, que este proceso permitirá producir animales de mejor calidad y más resistentes a las enfermedades. Pero los productores tradicionales temen que el miedo de los consumidores hacia estos productos repercuta negativamente en sus ventas y en las exportaciones, como ya sucede con la carne hormonada o las semillas genéticamente modificadas.
De las 13 especies animales clonadas hasta el momento, tres podrían tener un futuro interés por sus productos alimentarios: la vaca, el cerdo y el cordero. Hasta ahora, sin embargo, la clonación de estos animales se ha restringido al terreno de de la investigación.
Un ejemplo de las posibilidades de esta técnica son las nueve vacas generadas hace tres años por científicos del Gobierno neozelandés, combinando técnicas de clonación y modificación genética. Su leche tiene un alto contenido en caseína, la principal proteína de la leche. Esa modificación puede servir para facilitar en gran medida la producción de queso, ya que la caseína extra aumenta la velocidad de coagulación de la leche y la separación del suero lácteo.
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