Rejuvenecer a los 70

Estimulados por el nervio creativo del arquitecto Alvar Aalto, un equipo formado por la que fue su primera mujer, Aino Aalto, Marie Gullichsen y Nils-Gustav Hahl fundó Artek en 1935 con la aspiración de desarrollar mobiliario nórdico de vanguardia. Aalto ya diseñaba muebles y otros objetos decorativos antes de graduarse como arquitecto, pues consideraba su profesión como un todo en el que el diseño interior y el mobiliario no podían tratarse aparte o diseñarse en discordancia.

Aalto ha pasado a la historia por sus pioneras piezas de madera maciza y contrachapado curvado. Pero más allá de esta contribución técnica, será para siempre considerado por su inconfundible estilo como uno de los progenitores del diseño nórdico contemporáneo. Su santo y seña lo constituyen las piezas orgánicas en madera, nacidas de su particular relación y devoción por la naturaleza y el hombre.

Artek, que se había quedado dormida en los laureles en los últimos tiempos, ya no podía por más tiempo seguir viviendo de las rentas de Alvar Aalto si aspiraba a mantener una buena posición en la lista de las principales empresas de mobiliario del mundo. Así que, al más puro estilo futbolístico, ha echado mano de unos cuantos fichajes. Tom Dixon, por ejemplo, es hoy su director creativo. Nacido en Túnez, pero establecido desde pequeño en el Reino Unido, actualmente es uno de los diseñadores mejor valorados en el panorama europeo. Comenzó de manera autodidacta y hoy tiene su propia firma de mobiliario. Ahora ha decidido unirse a Artek con el desafío de "hacerle recuperar la gloria perdida, regenerándola a través del diseño, la cultura y la tecnología", comenta. Además de Dixon, leyendas vivas de la historia del diseño como Eero Aarnio o Paola Suhonen, la joven diseñadora de la firma de ropa Ivana Helsinki, también se han enrolado en la renovación de Artek.

El proceso ha culminado con la división de su catálogo en tres categorías: Gallery, Projekt y Objekt. Y un estratégico programa de promoción. En la pasada edición de la Feria del Mueble de Milán, el evento europeo más importante de estas características, su stand fue uno de los más potentes. Cosechó éxitos en la Zona Tortona, la más moderna del evento y a la que acude principalmente un público joven y no sólo profesional. El pabellón de Artek ocupó el jardín de acceso a Superstudio Più, el recinto de la Zona Tortona donde también exponen sus diseños el propio Tom Dixon, Marcel Wanders o Paola Lenti. Tres diseñadores jóvenes, con sus propias firmas de mobiliario y un catálogo de lo más vanguardista. Los nuevos diseños de Artek encajaban a la perfección en este entorno.

Su esfuerzo renovador fue también reconocido el pasado mayo con un premio en una feria similar que tiene lugar en Nueva York, conocida como la ICFF. El jurado, compuesto por periodistas y editores de medios relacionados con la arquitectura, el diseño y la decoración, coincidió en considerar sus sillas, butacas y sofás como los mejores "para tomar asiento".

Renovarse o morir es una de las grandes encrucijadas para empresas como Artek, que son ya un clásico, pero corren el riesgo de caer fácilmente en el encasillamiento si se desvinculan de la vanguardia. Pero, como explica Dixon, "siempre existirá un hueco en el mercado para una compañía como Artek, especializada en mobiliario contemporáneo realizado con materiales naturales y que emplea las últimas tecnologías en su manufacturación y distribución. Una compañía que se interesa por la sostenibilidad, la ecología y que produce objetos duraderos, no a la moda. Una compañía que crea productos que tienen una historia, una cultura y una razón para existir. Interesada en el arte, en la tecnología, en la arquitectura y en el mundo moderno".