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Columna
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Vino y futuro (II)

Hay que seguir a vueltas con el Plan Estratégico de la Denominación de Origen Rioja, que se va a estudiar y discutir esta semana. Por la importancia de la materia, se puede decir que hay trabajo para meses, y es hora de dejar las bases bien definidas para una buena temporada con un análisis más profundo.

Rioja es una marca a la altura de las grandes marcas implantadas en España, como El Corte Inglés, Danone o Telefónica, con todo lo que ello tiene a favor, pero no cuenta con un vino que se identifique con ella. Si se pregunta al consumidor, se perderá dando explicaciones de crianzas, reservas, añadas, de una o varias bodegas. La tempranillo tiene que seguir siendo un elemento diferenciador y abanderado de este vino de Rioja, como la cabernet lo es a Burdeos o la pinot noir a la Borgoña. Otra cosa es cómo se va a identificar este mosto para implantar una marca de vino. Seguimos como hasta ahora con crianzas, reservas, grandes reservas y añadimos el vino de pago, el media crianza o roble o, puestos a añadir contraetiquetas, también sería válido "vino de guarda".

Desde luego, la confusión en los lineales será digna de ver. Éste es el principal problema: intentar de una vez llegar al consumidor con los parámetros de calidad claros. No puede estar en los comercios la misma añada de la misma bodega en cuatro clasificaciones distintas. ¿Cuál es el mejor? ¡El más caro!

Todo lo demás es desviar la atención. Para qué plantar más viñedo si está sobrando uva. El día que se venda todo a unos precios razonables y dignos, no como ahora, con subir la producción un 5% o un 10% será suficiente, porque este pequeño aumento no desviará la calidad. Salvo que queramos seguir viviendo del papá Estado. Hoy toca subvención por plantar, mañana por arrancar. Y esto que lo pagamos todos sólo beneficia a los de siempre.

Respecto a lo de ampliar las variedades tintas foráneas recomendando castas, llamadas atlánticas, como la cabernet o la merlot, en estos momentos las que están de moda son justo la contrarias: shiraz y monastrell, de clara influencia mediterránea y la portuguesa touriga nacional.

En el apartado de vinos blancos y sus variedades, me viene a la memoria el blanco más buscado y pagado de toda La Rioja, que no es otro que el de la Granja de Remelluri. Que se sepa, la verdejo no interviene en su elaboración. Por cierto, ¿qué fue de la maturana? Y ello sin olvidarnos de algún torrontés que se encuentra en el mercado con muchos adeptos.

En algún apartado sí que estamos de acuerdo con el citado informe, por ejemplo, donde dice que hay que abrir nuestras puertas al público e internacionalizar nuestras bodegas, buscando esos clientes, sobre todo, de mercados emergentes y que no sean productores de vino.

No cabe duda que tomar estas decisiones es difícil, pero hay que tener claro que el objetivo pasa por poner las bases para un futuro de equilibrio, calidad y diferenciación en esta aldea global donde se destilan tantos litros de vino a cuenta de todos los contribuyentes, porque ya se empiezan a oír voces de que vamos a subvencionar jardineros en el medio rural.

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